martes, 9 de noviembre de 2010

Cuarto y quinto días.

En la madrugada del 7 de noviembre -24 de octubre en el calendario Juliano, entonces vigente- de 1917, Vladimir I. Lenin llegó al soviet de Petrogrado para encabezar la revolución de Octubre, segunda y definitiva fase de la revolución bolchevique que había empezado en febrero de ese mismo año…

El 7 de noviembre de 2010 un grupo relativamente numeroso de nostálgicos del PCUS estaban congregados en la Plaza de la Independencia de Kiev, bajo un mar de banderas rojas en una espléndida mañana de domingo. De los discursos sólo entendí las palabras Tovarichi –camaradas- que era con mucho la que más se repetía y Pravda -verdad-, pero el tono y el ambiente: viejos camaradas y viejos oradores ondeando viejas banderas y coreando viejas consignas, eran de lo más kitsch. Hace unos años, el 7 de noviembre en la Unión Soviética era como el 18 de julio en España en tiempos de SE. Ahora los paseantes, yo entre ellos, se entretenían sacando fotos de los congregados y luego iban a lo suyo. La mayoría, por cierto, pareció tener la misma idea que nosotros que, a requerimiento insistente de N. habíamos pensado ir a comer al McDonalds que hay en esa misma plaza. Cuando llegamos, naturalmente, estaba lleno y una Dievushka le dio un globito ‘happy meal’ a N. por ser la más pequeña y a mí seguramente por la mala cara que ponía. El caso es que, ya con el globo en la mano, convencimos a N, E ya lo estaba, de que sería mejor ir a comer a un sitio más despejado y de que con el globito ya tenía suficiente para convencer a sus amigas, cuestión que le parecía muy importante, de que había estado en el McD.

Por la tarde tuvimos que dejar a E en el hospital y a N en el Orfanato. Ya habíamos estado en ambos sitios el jueves, pero N. insistió en enseñarnos su habitación y presentarnos a sus amigas y fuimos hasta la residencia de niñas. Desde luego lo que aquí no falta es espacio. El orfanato está en una zona muy arbolada y consta de edificios dispersos aquí y allá. En uno comen, en otro estudian, en otro están los niños y en el que fuimos las niñas. La verdad es que no nos causó buena impresión. Ya empezaba a anochecer y el sitio era bastante triste. Muebles en no muy buen estado, unos pocos videos, menos libros o cuentos y unas cuantas niñas retozando por viejos sofás con un aire bastante más apagado de lo que cabría esperar en una residencia infantil.  N volvió a preguntar que por qué no nos íbamos ya juntos a casa y nosotros nos fuimos de allí algo deprimidos. A la salida vimos unos columpios y toboganes nuevos. E. nos dijo que los habían puesto los americanos.

Este lunes las cosas han ido bastante bien. S, yo ya estoy en Barbastro, ha conseguido, gracias a la colaboración de la Embajada y la Interpol Españolas y de un amigo de Mila que es amigo de alguien que conoce a alguien en el lugar oportuno, resolver el problema del certificado de Interpol, que ya ha aparecido, ha sido firmado y enviado, por correo, no todo iban a ser facilidades, de manera que llegará a su destino, el Departamento de Adopciones, el miércoles o el jueves. Con eso y otro papel que tiene que firmar la inspectora con la que estuvimos el viernes pasado ya estarán, o eso parece, todos los documentos necesarios para que nos den una fecha para el juicio que podría ser a principios de la semana que viene. Esta tarde ha llegado N desde Barbastro. Eso también es una buena noticia.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Segundo y tercer días

Ayer tuvimos un día muy ajetreado entre gestiones incomprensibles y atascos, tanto burocráticos como automovilísticos. Cruzar uno de los puentes sobre el Dniéper en coche, a las 5 de la tarde, nos costó dos horas y resolver el dichoso asunto del certificado de la Interpol, a pesar de la más que eficaz colaboración de la Interpol española, tuvimos que llamar nosotros, que lo volvió a reenviar por tercera vez y por correo electrónico, nos llevó todo el día y aún sigue sin resolver. Supongo que en cualquier momento, el problema se resolverá solo y de forma tan inexplicable como se presentó.


La invitación para conocer a N y E llegó a las 12 de la mañana en vez de a las tres de la tarde, lo que nos permitió adelantar también la visita al notario a dónde había que ir para preparar la petición. Por cierto que no era notario sino notaria, también muy guapa y hacía ella sola el trabajo que en España hacen el notario y cinco o seis oficiales. Una vez hecho ese papel hubo que ir a una guardería destartalada en el otro extremo de la ciudad, a encontrarnos con una inspectora -hasta el momento sólo hemos tratado con mujeres-  y con las niñas que llegaron allí acompañadas de la directora del orfanato. Las niñas copiaron y firmaron un texto preparado de antemano en el que se decía, más o menos, que daban su consentimiento a la adopción.

Da la impresión, a veces, de que este proceso de adopción es un asunto entre ucranianos, mejor dicho, entre ucranianas y que nosotros estamos aquí de convidados de piedra salvo cuando las cosas se enredan mucho, hay que hacer alguna gestión con las autoridades españolas, firmar algún papel y sobre todo aportar el imprescindible lubricante para toda esta compleja e inextricable maquinaria: el dinero. Por lo demás todo el asunto transcurre en ucraniano, o en ruso, a base de charlas entre Mila y las innumerables funcionarias involucradas, que intercambian confidencias, que poco o nada tienen que ver con nuestro asunto y papeles mientras nosotros esperamos sentados. Cuando hay dónde sentarse, claro.

Las chicas se han quedado con nosotros este fin de semana en el apartamento y gracias a ellas nos enteramos de que un cartel, aparentemente inofensivo, que había en la puerta y al que no le habíamos dado mayor importancia, anunciaba un corte de luz en el edificio el sábado y el domingo de 11 a 17 horas. Paciencia.


Así que esta mañana nos hemos ido a dar un paseo y cerca del apartamento nos hemos topado con una división motorizada de la época soviética, comisarios políticos incluidos, formada al principio de la calle Jressatik, que no parecía demasiado amenazadora, a juzgar por la gran cantidad de gente que había haciendo fotos a los vehículos, que luego han resultado de pega y a los soldados. Los viejos uniformes y vehículos militares rusos hacían juego con los edificios de la calle, algunos de los cuales se construyeron durante la época soviética, después de la última guerra mundial.



Para no llamar demasiado la atención hemos aceptado unas banderitas ucranianas y hemos bajado por la calle, que hoy era peatonal, hasta la puerta del ayuntamiento dónde había toda una concentración de militares jubilados, ancianos, soldados de uniforme, enfermeras, etc. y dónde nos hemos parado al lado de una ucraniana que agitaba su banderita con mucho más entusiasmo que nosotros y que se ha dirigido a mí para decirme algo que, naturalmente, no he entendido. E. me ha dicho luego que me estaba preguntando si sabía yo de que trataba todo aquel jaleo.

Creo que tendré que ir otra vez al oculista, así que, desde el lunes, escribiré desde España lo que me cuente S. que se queda aquí con una amiga para seguir con el papeleo e intentar llegar al juicio lo antes posible.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Primer día

Ya sé que más de uno está esperando, quiero decir temiendo, otra catástrofe, pero no. Hoy la cosa, salvo un pequeño rifirrafe con una funcionaria ucraniana de la Embajada de España en Kiev, ha adquirido un tonillo burocrático aburrido que no tengo más remedio que reflejar en esta crónica del primer día en Kiev.


Con la luz del día el apartamento, y sobre todo el entorno, parecen otra cosa. Se trata, aparentemente, de una casa que tuvo cierto empaque en algún momento, quizá antes de la revolución y fue transformada después en apartamentos, la escalera es aún la original, los techos son demasiado altos para el tamaño de las habitaciones, tiene unos ventanales bastante pretenciosos y todo el conjunto presenta, en el exterior un aspecto viejo y abandonado. Dentro está razonablemente limpio y en general es habitable y eso es algo que pasa en casi todos los edificios públicos que hemos visitado. Ningún mantenimiento de fachadas pero bastante digno en el interior. En la misma planta que estamos nosotros hay un notario y el portero, que debe dormir allí, ya nos saluda con un cortés Buon Giorno y levantando la mano cada vez que nos ve pasar, sea por la mañana o por la tarde. Tenemos a dos pasos todas las grandes iglesias de Kiev y la zona más visitable de la capital. Quizá, después de todo, no vayamos, aún, a un hotel.

A las 9:20 ha venido Mila, una chica simpática que tiene una hija casada en España y que, aunque no lo parece, ya es abuela. Hemos hablado un poco de las posibilidades de agilizar el proceso, que no parecen muchas y nos hemos ido al departamento de menores dónde había una cola hasta la puerta, cosa que, un punto a favor de los funcionarios ucranianos, no ha impedido que entráramos a la hora prevista en una pequeña oficina atendida por tres o cuatro funcionarias jóvenes y de aspecto amistoso. La ‘entrevista’, propiamente dicha ha consistido en una verificación de los documentos que enviamos este verano y una amigable charla de Mila, en ruso, con dos de las funcionarias. Finalmente una de ellas nos ha leído lo que consta en el expediente de N y E, nos han dicho que si nos parecía bien y si queríamos hacer alguna pregunta. Hemos contestado que sí y que no y con un cortés intercambio de da svidanias y spasibas se dio la entrevista por concluida a los veinte minutos, justos, de haber empezado. En conclusión, que el expediente está bien y que mañana, a las tres de la tarde, nos invitarán, oficialmente, a conocer a las niñas. Queda así, también oficialmente, superado el primer paso ucraniano de este farragoso proceso.

Lo de la Embajada viene a cuento de que, ahora, las autoridades ucranianas quieren verificar la falta de antecedentes criminales de los adoptantes con un certificado emitido por la Interpol que ya solicitamos y fue emitido por la Interpol española hace ya dos meses y enviado a la Interpol ucraniana que a estas alturas aún no lo ha enviado al departamento de adopciones y naturalmente se trata, como no, de un papel imprescindible para poder señalar la fecha del juicio. La embajada española podría, según Mila, desatascar el asunto con un sencillo trámite pero una funcionaria ucraniana que había a la puerta me ha informado de que el cónsul actual ha dicho que esos trámites ya no se hacen. Como el Cónsul no estaba le he dejado una nota y mi teléfono y ya veremos mañana si solucionamos algo.


Por la tarde más papeles en el orfanato de N y una visita al hospital dónde estaba E. Tanto la una como la otra dan por hecho que en cuatro días estarán en casa. No será en cuatro días pero ahora también yo creo que esto acabará bien. Hemos comido con Mila a las cinco de la tarde en un restaurante ucraniano que está debajo del apartamento y hemos dado un paseo por la plaza de la Independencia y aledaños. Aquí a las cuatro ya es noche cerrada así que a las 8 nos hemos vuelto a casa y me he puesto a escribir esto.

Y ¿qué pasa con la moratoria que, teóricamente, debería poner fin a estos procesos? Ni la más mínima mención por parte de nadie. Parece que, al menos en este asunto, la política va a lo suyo mientras la administración sigue su curso. La cuestión parece estar en que la cosa se resuelva antes de que converjan.

jueves, 4 de noviembre de 2010

El viaje

Bueno, pues ya estamos en Kiev y la verdad es que, como casi siempre me ocurre en estos viajes, la cosa no ha estado exenta de complicaciones, en esta ocasión, además, para demostrar que cualquier situación, por mala que sea, es susceptible de empeorar. No sé por qué cuento esto que, en realidad es una cuestión marginal pero como sé que a más de uno o una le hará gracia y ya que me he propuesto escribir una crónica de este viaje, allá va: El lunes, día 1, la mosca que, ocasionalmente, se pasea por delante de mi ojo derecho desde hace un año, como consecuencia de una degeneración normal del cristalino, se había convertido en un enjambre alocado bastante molesto que, si no hubiera estado pendiente el viaje, puede que hubiera dejado correr por algún tiempo, lo que ciertamente y como se verá hubiera sido un grave error. Por si acaso, llamé a mi oculista que me citó para el martes a última hora y después de un examen más largo que de costumbre, me dijo que de ninguna manera podía emprender viaje sin solucionar el problema, salvo que quisiera afrontar el riesgo, prácticamente la certeza, de un desprendimiento de retina en los próximos dos días. Y esto a las 10 de la noche y con la salida prevista para diez horas después. Le expliqué el motivo del viaje y las razones por las que un aplazamiento era imposible, así que, después de hacer alguna llamada, me propuso una sesión de Láser para cauterizar el desgarro a las 7:30 de la mañana siguiente y en San Jorge.

Después de una noche prácticamente sin dormir, aún tuvo que ir S a una farmacia a comprar unas gotas para ganar tiempo yendo con el ojo ya dilatado, llegamos al Hospital, en el mismo Taxi con el que íbamos a ir a Barcelona y con una ligera antelación sobre la hora prevista y tuvimos la suerte de encontrarnos, casi inmediatamente con nuestra buena amiga Teresa que trabaja en la planta de consultas externas. En estas circunstancias siempre va bien encontrar un amigo. El médico, que parecía muy eficiente, apareció poco después y tras otra de esas molestas sesiones de exploración que te dejan prácticamente ciego me hizo sentar delante del Láser y allí me dejó, temporalmente, ciego del todo con los flashes del aparato pero con el desgarro reparado, al menos de momento. Eso sí, me dijo que el enjambre me acompañará durante bastante tiempo, concretamente hasta que me muera, aunque quizá se atenúe algo más adelante. Que no haga esfuerzos, llevamos dos maletas horrorosas, y que no me agache. En fin, el caso es que a las ocho y diez salíamos de Huesca y a las once y veinte, después de la parada de rigor en la Panadella, llegábamos al aeropuerto de Barcelona.

El vuelo ha salido a su hora y ha transcurrido, sin ningún incidente digno de mención, en un avión pequeño y destartalado de la compañía ucraniana de bandera. La comida como de costumbre, se podía comer y nada más y las azafatas amables y muy guapas como la mayoría de las chicas de este país pero me ha dado la impresión de que una de ellas me miraba de forma rara. Probablemente porque he llevado la boca abierta todo el viaje para evitar la sobrepresión sobre el ojo recién operado. En todo caso queda confirmada la idea de que el hombre no se ha hecho para volar y yo menos.

La cuestión de la moratoria sigue abierta aunque, ahora mismo, no parece tan grave como ayer, sobre todo porque es difícil deducir el alcance real del acuerdo adoptado, ya que en la plantilla de la sesión aparece un texto que puede traducirse como ‘aprobado como base’ lo que deja la duda de si es directamente ejecutivo o simplemente una pauta para que el gobierno o el mismo parlamento en una lectura posterior, produzcan la norma que haya de aplicarse. En fin, mañana a las 10 es la cita en el departamento de menores a dónde iremos con Mila y después iremos al orfanato a ver a N y al Hospital a ver a E que tiene una especie de gastritis crónica que aquí, por lo visto tratan con largas hospitalizaciones. Supongo que el fin de semana lo pasará N con nosotros y el lunes y el martes los dedicaremos a hacer algunas gestiones que aún están pendientes antes de que se señale fecha para el juicio.

El apartamento que nos han buscado no es gran cosa. El ascensor no funciona, es asqueroso y te deja dentro con la luz apagada y las puertas cerradas, los pasillos de película de miedo y el portero por lo visto está sólo para uno de los vecinos que es el que le paga, así que hemos tenido que subir las maletas a mano. Menos mal que es un primer piso. Eso sí, está a 100 metros de la Plaza de la Independencia pero, aun así nos iremos a un hotel.

martes, 2 de noviembre de 2010

Preparando el viaje ( y III)

Bueno, pues en el departamento de menores no sabían nada y por lo que parece, una vez que se han enterado, por Mila que, a su vez, se había enterado por mí, de la aprobación de la moratoria mantienen la primera cita, de carácter administrativo, para el día 4. Así que iremos a ver si conseguimos agilizar el procedimiento y que se vea el juicio de adopción antes de que entre en vigor la moratoria lo que, según parece, ocurrirá cuando el Presidente la firme. En todo caso, lo de que la adopción ya no tendrá lugar, si es que eso es finalmente lo que pasa, es algo que no se les puede decir a las chicas por teléfono. No será fácil, pero, también por esa razón, hay que ir.

¿Preparando el viaje?

Después de varios aplazamientos y sin un sólo voto en contra, el Parlamento de Ucrania acaba de aprobar la moratoria... He hablado con Mila, la chica que nos lleva los papeles en Ucrania, para que vaya al departamento de menores a ver si aún hay algo que hacer...

lunes, 1 de noviembre de 2010

Preparando el viaje (II)

No sé aún en que acabará todo esto pero, de momento, lo más estresante son, con mucho, los preliminares. ¿Qué ropa se lleva uno a un país dónde el año pasado a mediados de noviembre alcanzaron los 25º bajo cero y ahora no bajan, ni está previsto que bajen en la semana entrante, de 6 o 7 sobre cero?. Como la cita llegó con sólo una semana de tiempo el apartamento que teníamos previsto está ocupado y ahora nos están buscando otro, pero es lunes y aún no lo tenemos. El día 4 está prevista la entrevista en el Departamento de Menores de Kiev, a dónde ya hemos tenido que enviar un montón de documentos, certificados, informes... pero ahora hay que ir con un papel que necesita la firma de un funcionario que está de vacaciones y que se supone que podrá ser sustituido, e esos efectos, entre hoy y mañana. Lo que no se sabe es que pasará si, finalmente, el papel en cuestión no aparece. Y por supuesto, aún no está en la Web, o yo no he sabido encontrarlo, el orden del día de las sesiones de esta semana ¿incluirán la moratoria? ¿llegarán a debatirla? ¿con qué resultado?. La solución... mañana, o pasado, o...

sábado, 30 de octubre de 2010

Preparando el viaje (I)

El miércoles iremos a Kiev para continuar con los trámites de adopción. El parlamento, la Rada Suprema de Ucrania, tiene pendiente de debate, desde el 21 de mayo de este año, un proyecto de Ley que, en caso de ser aprobado, establecería una moratoria para la adopción, de niños ucranianos, por nacionales de países sin convenio bilateral con Ucrania, es el caso de España, de manera que, si eso ocurre antes de que se vea el juicio de adopción, el viaje no habrá servido para nada. El motivo aducido en la nota explicativa, es la falta de control posterior del estado ucraniano sobre sus nacionales acogidos por familias extranjeras, probablemente debido a que algunas de las familias adoptantes han incumplido, en el pasado, su compromiso de registrar a los niños en el consulado o la embajada de ucrania en su país o de informar periódicamente a las autoridades ucranianas sobre su estado de salud, nivel de integración, estudios, etc.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Huelga general.

La huelga ha pasado sin pena ni gloria. Lo que digan los sindicatos no es más que publicidad de los sindicatos y lo que dice el gobierno hace ya algún tiempo que está desconectado de la realidad. Lo único cierto es que, si había alguna cuestión pendiente antes de la huelga, seguirá pendiente después de la huelga.

domingo, 16 de mayo de 2010

Crisis, crecimiento y petróleo

El gobierno ha extendido, de golpe y por sorpresa, los efectos de la crisis a un colectivo que , hasta ahora, se consideraba al margen de este tipo de problemas. Me refiero, claro, a los funcionarios y por extensión a todo aquel que percibe una remuneración legal con cargo a los presupuestos del Estado como, por ejemplo, los pensionistas. El caso es que el  gobierno socialista ha optado por, o se ha visto abocado a, el suicidio político. Lo de los funcionarios puede tener un pase con una parte del electorado, harta de la administración pública en general y que cree que un funcionario es, en el mejor de los casos, un señor con manguitos que cobra, demasiado, por aparecer, alguna vez, por una oficina a rellenar crucigramas y en el peor, un paniaguado de la política, pero lo de las pensiones afecta a todo el mundo y el argumentario del PP ha dado en el clavo, porque coincide con lo que piensa la mayoría  ¿por qué no cerrar un par de ministerios inútiles en lugar de tocar las pensiones? El efecto más notorio de estas medidas no son, pues, los cuatro o cinco mil millones que el gobierno cree, o finge creer,  que va a ahorrar sino el hecho de que la gente, incluso la que se creía inmune, ha empezado a considerar que la crisis ha dejado de ser un problema abstracto que afecta, sólo, a los de siempre, para ser un problema general que le afecta directamente y además algo que no va a acabar, ni de lejos, tan pronto como prometía el gobierno, lo que, sin duda, va a tener serias consecuencias en el consumo interno, que ha sido el principal motor de una economía como la nuestra.

Los dispendios de los últimos años, empezando por los 400 euros que Zapatero prometió en la última campaña electoral, las subvenciones a partidos y sindicatos, la corrupción rampante, las ayudas a la compra de vehículos y los 8000 millones de Euros del plan E del año pasado, a los que hay que sumar, si no me equivoco, otros 5000 este año, ampliamente publicitados con carteles, y otros medios,  que también han costado una fortuna, aunque las inversiones fueran jaleadas como un necesario estímulo para la economía del ladrillo, que pasaba sin solución de continuidad del sueño a la pesadilla, se considerarán ahora, no sin razón, como una muestra clara de que el gobierno, que no ha entedido en ningún momento la verdadera naturaleza del problema, es el principal responsable de todos los males actuales.

Eso, sin embargo, es mucho decir. En todo caso, lo que sí es cierto es que la presente crisis no es fácil de abordar con los mecanismos clásicos –keynesianos-,  como, a estas alturas, ya debería ser  evidente hasta para ZP. Nada más empezar todo este desastre, se nos vendió, desde Estados Unidos pero convenientemente jaleado por los expertos locales,  la idea de que los culpables eran unos desaprensivos que habían dejado, de repente, de pagar sus hipotecas, hipotecas que habían sido previamente empaquetadas y vendidas a inversores de todo el mundo por un valor que, a causa del incumplimiento de sus obligaciones por parte de los ya citados, ya no tenían. En fin, dejando aparte las evidentes lagunas de esta historia, aunque unos cuantos hicieron fortuna contándola por ahí, lo que se nos estaba diciendo es que se trataba de una sencilla crisis financiera y las crisis financieras, más tarde o más temprano, se arreglan. Pero ¿y si no se trata de una crisis financiera?

En octubre de 1929 la bolsa de valores de Nueva York se vino abajo con notable estrépito, dando así carta de naturaleza a una crisis que duró más de diez años, cambió el mapa del mundo y dió lugar a la más terrible, hasta entonces, de las guerras. Pero Estados Unidos, en 1929, nadaba en petróleo y contaba con todo tipo de recursos y con una mano de obra dispuesta a trabajar y deseando hacerlo, así que, aunque la sobreproducción y otros factores jugaron su papel, el origen de la crisis tenía bastante que ver con la ingeniería financiera, la especulación y la formación de burbujas. Ahora, 80 años después, las circunstancias no son las mismas. Desde finales de la segunda guerra mundial la prosperidad,  impulsada por el petróleo abundante y barato y su principal indicador, el PIB, han crecido ininterrumpidamente en todos los países del primer mundo. Un crecimiento que damos por garantizado y que ha devenido imprescindible para sostener la compatibilidad entre nuestra cultura monetaria, basada en el interés compuesto y en la deuda, y el sistema, finito, materia energía. Un crecimiento que depende de un flujo contínuo y creciente de energía de calidad, una energía que nos ha venido proporcionando el petróleo para el que, hoy, no hay ningún sustituto válido ni sostenible ni insostenible.

Y como el mantenimiento de este flujo creciente de energía es imprescindible, una eventual interrupción de ese suministro creciente, cada vez son más los que sostienen que el Peak Oil ha ocurrido ya, conducirá, inevitablemente,  a una crisis mucho más grave –una crisis sistémica, en realidad- que las que hemos sufrido hasta ahora. El sistema funciona, exclusivamente, en crecimiento. Ni el stand by ni el decrecimiento programado son posibles. El sistema es demasiado complejo y está demasiado interconectado como para andar manipulando cualquiera de sus resortes.

Es verdad que el petróleo está bajando, en mi opinión sin otra razón para ello que la caída de consumo industrial, el cierre de posiciones cortas y el pesimismo que se ha instalado en todos los mercados, incluidos los de materias primas, pero, por el momento, ni el precio del petróleo, China sigue consumiendo cada vez más, ni el de las acciones de los grandes bancos españoles, por ejemplo, tienen mucho que ver con la demanda ni con la oferta real y previsible de crudo o con los beneficios obtenidos por los bancos y sí con el estado de ánimo de inversores, traders y especuladores y su particular percepción del futuro inmediato. Y me temo que, cuando llegue el momento de conciliar los mercados con la realidad, el precio será lo de menos.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Apagando la luz...

Me ha escrito mi amigo Rubén para decirme que había entrado ya un par de veces, al menos, en este blog, para ver que pendejadas, puede que en realidad haya dicho pelotudeces tenía yo que decir ahora de las medidas del gobierno que, en su opinión, demuestran que el presidente tiene lo que hay que tener y está dispuesto a enfrentarse con los sindicatos y con quién sea para levantar el país. Mi amigo Rubén, creo que ya lo he dicho, es argentino y en Argentina tienen un sindicato, la CGT, aliado tradicional del peronismo, que quita y pone presidentes sin despeinarse y que está metido, de hoz y coz, en todos los casos de corrupción que afectan, desde hace años, a la política y a la economía argentina. Por eso a Rubén le entusiasma ver a un Gobierno enfrentarse a los sindicatos, como le indigna ver  a un juez, como Garzón, perseguido porque, eso piensa Rubén, se está enfrentando a los militares y la extrema derecha al investigar ejecuciones, desapariciones y otras macanas de la interminable dictadura del general Franco. La verdad es que, después de oir esta mañana la presentación de las medidas de austeridad y el posterior debate en el Congreso, se me ocurre más de una pelotudez pero, sobre todo, me invade una sensación de aburrimiento, de dejá vu, junto con la persistente impresión, eso no es de ahora,  de que esto ya no tiene remedio. El gobierno, en realidad su presidente,  ha hecho lo que han dicho o lo que le ha parecido la opción menos problemática y más directa, para contentar, hay quien diría obedecer, pero el matiz es lo de menos, a los avalistas de la deuda pública española y no perjudicar a la banca, que le ha sacado, recientemente, de un serio apuro en relación con esa deuda, confiando, además, en que podrá calmar –convencer- a los sindicatos como los ha convencido –calmado- otras veces. Pero de momento, ha dejado, y es una pena,  la triste impresión de que sus compromisos, no valen, más por inconsciencia que por mala fe, el papel en el que están escritos. Y por si todo esto fuera poco, hemos tenido que ver a Rajoy y al Partido Popular, de paladines de los derechos de trabajadores y pensionistas.

Europa ha prometido que pondrá 500.000 millones de euros encima de la mesa, para garantizar a los eventuales tenedores de deuda pública, española sobre todo, que, pase lo que pase, recuperarán su dinero y para  ganar algo de tiempo para la economía española, pero no ha sido, claro, a cambio de nada o a cambio de más promesas. Ya no podemos seguir viviendo como unos jubilados de lujo mientras los que trabajan, los que investigan, los que fabrican y los que cultivan los alimentos que nos comemos están en Asia, en América o en África y viviendo peor que nosotros. La fiesta ha terminado y cuanto antes nos hagamos a la idea y empecemos a intentar vivir en consecuencia mejor.  Zapatero ha ignorado esta crisis todo el tiempo que ha podido, esperando que se arregara sola y todavía sigue creyendo, o fingiendo que cree, que en poco tiempo volveremos a estar como antes. Pero no es así. Nunca volveremos a estar como antes.  Y en cuanto a Garzón, querido Rubén, pues no sé que decir. A mí me ha parecido siempre un poquiyo fantasma, pero me preocupa, por lo que puede suponer de precedente y de aviso para navegantes, que lo empapelen por sus investigaciones en los casos Gurtel y de la Memoria Histórica, de la misma forma que me parece bien que le toquen un poco las narices por el asunto del Banco Santander y los cursos en NY financiados por Botín. En fin, que todo parece muy confuso pero, en definitiva, es la misma mierda de siempre.

lunes, 10 de mayo de 2010

Extracción de carbón en North Staffordshire



















Las técnicas de excavación de galerías eran muy rudimentarias y la madera para entibar muy escasa, así que, cuando un pozo se volvía inseguro, se abandonaba y se perforaba otro al lado...

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Y subió la bolsa...

Preguntas (de un ingenuo) ¿Para qué sirve la bolsa? ¿qué sentido tiene que un índice, el Ibex, por ejemplo, gane o pierda 1000 puntos en una sesión? ¿tienen esos altibajos algo que ver con la economía real? ¿el banco de Santander, por ejemplo,  ha mejorado, en algo, su negocio en relación con la semana pasada? ¿había empeorado algo la semana pasada en relación con la anterior?

Respuestas (de un cínico) A mí para nada, ninguno, no, no y no.


Esto que está pasando, en la bolsa y sobre todo en los mercados de deuda y derivados donde la cosa aún ha sido más gorda, como casi todo en esta economía, por llamarla de alguna manera, no tiene nada que ver con cosas tangibles ni, por extensión, con la realidad. No son más que fantasías generadas por computador. Ahora resulta que lo que había en las bolsas la semana pasada, según el titular de Cotizalia, reproducido más arriba, eran manadas de lobos. Como los lobos se van, la bolsa sube y como la bolsa sube, los lobos no sólo se van sino que se van despavoridos. ¿está claro?. Claro que no. Profundizando un poco más,  parece que de lo que se trata es de que los que juegan a corto, es decir, los que venden acciones que no tienen, o que han pedido prestadas,  a precios altos para comprarlas y devolverlas, cuando bajen quedándose con la diferencia, han seguido vendiendo más allá de lo razonable y se han cogido, bendito sea dios, los dedos. Pero como tenían que devolver las acciones prestadas,  no tienen más remedio que comprarlas a toda prisa antes de que el precio, impulsado por sus mismas compras, suba todavía más. A mí estos tíos no me parecen ni más ni menos lobos -golfos- que los bancos, que crean de la nada el dinero que prestan, confiando en que se les devolverá y que, cuando no se les devuelve, van a llorar al Estado para que les compense. Ahora los gobiernos europeos, con su superfondo de salvación de 750000 millones de euros, tan fantástico como todo lo demás,  han lanzado un mensaje inequívoco a los mercados, gobiernos incompetentes y especuladores varios: continúen ustedes jugando a lo que quieran que, si vienen mal dadas, el dinero público les sacará de cualquier apuro en el que se metan. Una vergüenza. Mejor dicho, otra vergüenza que, probablemente, sólo servirá para empeorar las cosas en el momento, inevitable, en el que haya que dejarse de encantamientos y atenerse a la realidad.

domingo, 9 de mayo de 2010

Comedores de patatas

De Aardappeleters -los comedores de patatas- Vincent Van Gogh, 1885. La pintura representa una familia holandesa, a dieta de patatas, justo antes de la era del petróleo. Los descendientes de esa familia tendrán hoy, a poca distancia de su casa, varios supermercados con las estanterías repletas de comida traída, mayoritariamente, de países del tercer mundo, a los que se les ha impuesto una producción especializada en nuestro beneficio, factible sólo gracias a la utilización de mano de obra semiesclavizada, al consumo masivo de fertilizantes, procedentes del petróleo, a la utilización también masiva de maquinaria agrícola movida, por supuesto, con derivados del petróleo y a la posibilidad de llevarlo de una parte a otra en un tiempo récord gracias, también, al petróleo. Lo más curioso de todo esto es que nadie parece creer que necesitamos un plan B, o lo creen y no se les ocurre ninguno que es, por ejemplo, lo que me pasa a mí, por si la crisis económica, que parece cada vez más inmune a los exorcismos y sortilegios del gobierno o la crisis energética dejan un día las estanterías vacías, porque, con todos los terrenos agrícolas en torno a las ciudades grandes y pequeñas, cubiertos de urbanizaciones, será difícil encontrar un espacio apto para cultivar patatas.
El gobierno español, a la fuerza ahorcan, se propone, después de haber abominado no hace ni dos días de las reducciones drásticas, reducir, más, el déficit para restaurar, dicen, la confianza en la economía española, en medio punto porcentual este año y en un punto enterito el año que viene, lo que, según parece, quiere decir que va a dejar de gastar 15000 millones de euros, de los que cinco mil figuraban en el presupuesto de gastos vigente y 10000 en un presupuesto, el de 2011, que aún está por hacer y  que son,  más o menos, lo que se ha gastado en los planes de estímulo, levantar aceras o subvencionar la compra de coches nuevos o en la tontería aquella de los 400€ para cada quisque. Me gustaría saber a quién, o a qué, le va a quitar 15000 M€ un gobierno que tiene horror a cualquier forma de conflicto susceptible de quitarle votos  y una incapacidad congénita para la rectificación.

viernes, 7 de mayo de 2010

El nuevo archivo/museo de Barbastro

Mucha escalera, mucha cámara de vídeo, mucha luz y mucho espacio -vacío- para albergar los fondos del viejo y pequeño, museo diocesano de Barbastro -y los que aún están el Lérida-,  en un entorno más adecuado. Da la impresión de que esperan muchas visitas y piensan contar con mucha gente para atenderlo. También hay espacio, un par de salas enormes, para los archivos municipal y diocesano, biblioteca, un pequeño escenario y para las oficinas del obispado y la residencia del obispo. 

jueves, 6 de mayo de 2010

Esto se complica (más).

Bueno, pues no. Los 80$ por barril no eran el suelo para los precios del crudo ni parece que el dinero que ha salido estos días de las bolsas de valores se esté invirtiendo en materias primas. El petróleo está cayendo al mismo, o parecido, ritmo que las bolsas europeas y, a última hora de hoy, la de Nueva York. Las razones por las que está pasando esto, sobre todo después de que Obama haya paralizado la búsqueda de nuevos yacimientos en la costa de Estados Unidos como consecuencia de la catástrofe de Louisiana,  se me escapan por completo. Ni hay nuevos descubrimientos ni se sabe que los chinos, ajenos, por el momento a esta turbulencia bursátil, hayan pensado reducir su consumo. Lo único que se me ocurre es que los que invierten en los mercados de futuros estén descontando una crisis, con la subsiguiente caída del consumo energético,  más duradera de lo previsto.


Por otra parte, España ha conseguido colocar 3.000 millones de euros en bonos del estado a cinco años, bien es verdad que gracias a las presiones ejercidas por el gobierno sobre la banca española y a un interés 0.71 puntos más alto que en la subasta de marzo, con lo que de momento, y por los pelos, el estado español mantiene su capacidad de financiarse en los mercados de deuda. No sé si esto es una buena o una mala noticia. Probablemente sería mejor reducir los gastos y no incrementar la deuda, al menos hasta que retomar la senda del crecimiento vuelva a ser una opción de futuro. Que ya veremos.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Problemas en el casino




El Ibex35, una especie de índice ponderado del valor de un conjunto seleccionado de acciones de la bolsa española, está, a estas horas de la mañana, por debajo de los 9600 puntos lo que, como puede verse en el titular de arriba y en otros similares, ha desatado una especie de pánico entre los analistas financieros, políticos y pensadores aúlicos del régimen, los mismos que, no hace ni dos semanas, jaleaban los 12000 puntos que ese mismo índice estaba a punto de alcanzar, como una prueba más de que la economía española estaba muy lejos de los problemas griegos. ¿Esto de ahora significa que ya somos como ellos?. No lo creo, como tampoco creía que lo de los 12000 puntos significara lo contrario. Los problemas, que los hay, están en otro sitio: la deuda pública, las materias primas, la energía y los alimentos. Es probable que el dinero, que está saliendo a chorro de las bolsas europeas, vaya hacia esos mercados, aunque el petróleo, de momento, ha vuelto a los 82$/b, pero los problemas del crudo, por ejemplo, no están en la escasez de capital, sino en la creciente dificultad para extraerlo y en el crecimiento exponencial del consumo en China y otros lugares. Y en cuanto a los rumores sobre una posible intervención del FMI, que, según el gobierno, han provocado la caída de la bolsa española, los que deberían estar preocupados son los funcionarios y los pensionistas, no los accionistas del Santander.

sábado, 1 de mayo de 2010

Pico de Petróleo V


Y mientras aquí y fuera de aquí, cada uno va a lo suyo, la crisis energética sigue su curso. Por el momento la información -el gráfico es de elaboración propia con datos de la EIA-  que proporciona el Departamento de Energía de los Estados Unidos no ha experimentado grandes cambios con respecto a los últimos diez meses. La producción y el consumo parecen estancados en torno a los 85 millones de barriles diarios y el precio, que sigue una trayectoria inequívocamente ascendente, parece haber encontrado su suelo en los 80 $/b -hoy ha superado los 86 $/b-, pero las grandes cuestiones siguen abiertas y las respuestas, cuando las hay,  son cada vez más inquietantes. El incremento del consumo interno en los países productores,  el agotamiento de los grandes yacimientos en Oriente Medio y otras señales potencialmente alarmantes –Arabia Saudí está construyendo una Central Nuclear para garantizarse el suministro de energía eléctrica- ponen seriamente en duda la capacidad de recuperación de la producción cuando la crisis actual termine. Por otra parte el incremento del consumo de China y los movimientos de su gobierno para asegurarse el suministro suponen un riesgo cierto de guerra por el petróleo en cuanto la demanda supere, de forma irreversible, la producción.

Porque lo que está cada vez más claro es que ni las fuentes no convencionales de petróleo ni las energías renovables van a cubrir la brecha entre la demanda y la producción en los próximos años, -sigue siendo un problema de concentración y no de cantidad de energía- brecha que, como puede verse en el gráfico, de la EIA, es más que alarmante. El desastre de las costas de Louisiana frenará, inevitablemente, la exploración del fondo marino en busca de nuevos yacimientos de crudo, autorizada, ordenada, en realidad,  por Obama como último recurso para evitar la crisis de suministro y las subvenciones públicas,  que han mantenido viva en contra de la realidad económica y energética, la fantasía de las renovables, están resultando demasiado onerosas en medio de la crisis y sus resultados están muy lejos de ser los esperados, por ya se están dando los primeros pasos para terminar con ellas, incluso con efecto retroactivo..


1 de Mayo

 Si la economía vuelve a crecer, algo indispensable para que el sistema monetario, basado en la deuda y por tanto en el crecimiento exponencial,  no se hunda, será por razones que poco tendrán  que ver con los trucos y monerías de este gobierno que, como cree firmemente que todo lo que está pasando se puede atribuir al comportamiento cíclico de la economía y, por supuesto, a la conjura exterior, se dedica a anunciar la recuperación, un día sí y otro también, con la esperanza de acertar alguna vez y de que se olviden los fiascos anteriores. La oposición, por su parte, que también cree en los ciclos y sobre todo en la misericordia divina, confía en que esta fase contractiva se prolongue, al menos, hasta las elecciones y mientras tanto siguen exigiendo reformas estructurales que es una forma, como otra cualquiera, de no decir nada. O de pedir, pero sin que se note, el despido libre para que la crisis la paguen los de siempre. Hasta ahora al gobierno eso le parecía un asunto intocable pero hoy eso ya no está tan claro -según Zapatero la reforma laboral es ahora decisiva-. Ya veremos lo que quiere decir con eso, si es que él mismo lo sabe y no se trata de otra boutade, para salir del paso, pero tal como están las cosas hay medidas, probablemente indispensables, que están fuera del alcance del gobierno. Con 4,5 millones de parados, cualquier metedura de pata con los sindicatos, que hacen lo que pueden para contener la agitación en las calles, puede llevarse al gobierno por delante y crear un clima social irrespirable. La tímida y a todas luces insuficiente reestructuración de la administración y las empresas públicas, anunciada como el primer gran paso en la contención del déficit pero que apenas ha afectado a 32, no demasiado altos, cargos, ha dejado claro, por si había alguna duda, que tampoco por ahí el gobierno se va a complicar la vida. Sin reforma laboral, sin adelgazamiento de la administración, con la deuda disparada y los intereses cada vez más altos, gracias a la rebaja en la calificación y sin posibilidades de devaluar la moneda, el gobierno tiene un margen de maniobra muy escaso. O nulo.


viernes, 23 de abril de 2010

De velos, deudas y otras historias.

Que una adolescente marroquí lleve o no lleve un pañuelo en la cabeza,  en clase o fuera de clase,  es algo que, objetivamente, no tiene la menor importancia, pero parece ser que, en algunos colegios de Madrid, hay una norma interna que prohibe que los alumnos lleven la cabeza cubierta. Es una norma que no tiene mucho sentido, otra cosa sería que se prohibiera el burka o algún otro aditamento que impidiera identificar al portador, pero, claro,  si fueramos a eso tendríamos que  cuestionar un montón de leyes que no tienen más objeto que dejar claro que aquí, como en todas partes,  hay unos que mandan y otros que obedecen y que el poder, para manifestarse en todo su esplendor, tiene que ser y es, por naturaleza, arbitrario. Hay quien argumenta que, si en los países árabes hay restricciones indumentarias, que afectan sobre todo a las mujeres y que hay que seguir a rajatabla, que a ver por qué aquí van a hacer ellos y ellas lo que les parezca. Bueno, la verdad es que nos ha costado lo nuestro deshacernos de nuestros propios talibanes, con sotana y tonsura y el apoyo de la guardia civil, que estuvieron muchos años pontificando, sobre lo que había y lo que no había que vestir, las mujeres, sobre todo. Me parece que ahora , superada esa etapa, deberíamos dejar a la gente en paz  y si no hay ninguna restricción para ir medio desnudos por la calle o para vestir en la escuela de la manera más estrafalaria que a uno se le ocurra, cosa que me parece muy bien, tampoco debería haberla para el, o la, que se empeñe en pasar calor con un trapo en la cabeza. Claro que, mientras la norma no se derogue,  la niña sólo tiene dos opciones, quitarse el pañuelo al entrar en el colegio o buscarse uno donde se pueda llevar la cabeza cubierta, que tampoco es tanto problema. Me han hecho gracia las declaraciones del muy atildado representante de los obispos. Al hombre le parece bien que la chica vaya a clase como le dé la gana, él pasa de la normativa civil, porque dice que hay que respetar los sentimientos religiosos y la manifestación externa y, sobre todo,  pública de esos sentimientos. No vaya a ser, habrán pensado, que aplaudamos ahora lo del velo y alguien empiece a cuestionar, de hecho ya se está haciendo, los crucifijos y las sotanas en las escuelas o la permanente exhibición de cruces, alzacuellos y otros símbolos religiosos, por él mismo y sus colegas, en cualquier lugar.

Traigo este tema a colación, a pesar de que como he dicho al principio, me parece bastante insustancial  –aunque hay lugares donde se mata por cosas parecidas–  porque es uno de los temas candentes de los telediarios de este fin de semana. La próxima solución, o no solución,  del problema de la deuda griega, las idas y venidas de Garzón,  las querellas que está tramitando, contra él, el tribunal supremo y la inoperancia del tribunal constitucional, que ha necesitado cuatro años para no resolver sobre la constitucionalidad del estatuto de Cataluña, son otros. Nada de todo esto tiene demasiada importancia, salvo que uno sea inversor-especulador,  político con mando en plaza o aspiraciones, o periodista, pero hablar de estas cosas distrae al respetable y le mantiene alejado de los verdaderos problemas del planeta que, por otra parte, tampoco sabríamos como resolver. Además, la vicepresidenta del gobierno ha anunciado, once again,  la inminente vuelta al crecimiento, así que a disfrutar que son cuatro días.

Los míos y los suyos


El antiguo presidente del Comité Olímpico Internacional, Samaranch, ha muerto y ha sido enterrado, con honores de gran estadista, en una ceremonia presidida por el Rey. ¿Y qué?,dirá mi amigo Rubén. Pues nada, la verdad. Al fin y al cabo el Rey y toda la corte de los milagros han ido al entierro de uno de los suyos. Yo no hubiera ido, nadie me ha invitado,  porque a mí Samaranch me deja, y me dejaba,  frío. A  mí y a media Europa, que lo considera, en todo caso,  un modelo de habilidad y capacidad de adaptación, capaz de pasar de los círculos del poder franquista a los de la democracia, esta,  sin despeinarse lo más mínimo y también el hombre que salvó los juegos olímpicos a costa de acabar con el amateurismo, institucionalizar los negocios y también la corrupción. Dice el Frankfurter Allgemeine Zeitung en su edición digital de hoy:  Das Prinzip „Eine Hand wäscht die andere“ wurde unter Samaranch zur Maxime. (La idea de que una mano lava a la otra llegó, con Samaranch, al máximo). Yo hubiera ido, por ejemplo, al entierro de Delibes, -tampoco me invitó nadie y además me caía muy lejos-, mientras el Rey estaba viendo a Alonso, otro de los suyos, en una competición de fórmula 1. 

viernes, 16 de abril de 2010

When push comes to shove…

Los optimistas, cornucopianos, o los que dicen que esto se arregla a base de contarnos unos a otros historias más o menos edificantes e inspiradoras,  como los promotores de una curiosa iniciativa puesta en marcha, sin demasiado éxito, hace unos meses, deben ser, en general, buena gente, cargada de buenas intenciones y con un legítimo y perfectamente comprensible deseo de que las cosas les vayan bien a ellos y también a los demás, durante todo el tiempo posible.  Pero que sean buena gente no significa, necesariamente, que sean inofensivos. El optimismo injustificado es casi siempre un peligro, incluso cuando sólo trata, es el caso de la Web citada más arriba, de animar el consumo al que, en este extraño modelo económico, se le atribuyen poderes taumatúrgicos en relación con la marcha de la economía. Cuando, como es el caso de los que niegan la inminencia e incluso la posibilidad de un pico de petróleo o creen que la energía que actualmente se extrae de los combustibles fósiles se obtendrá con análoga facilidad de otras fuentes limpias o renovables, el optimismo impide o restringe la adopción, a tiempo, de determinadas medidas correctoras es, además de peligroso, suicida, aunque no por eso deja de tener cierta lógica. El optimismo es necesario para sostener el tinglado actual, en eso tienen razón los de la página Web y el actual gobierno de España, porque el optimismo es la base de la confianza, precisamente la paginita de marras está producida por una fundación denominada Fundación Confianza, y la confianza es lo que sostiene, por ejemplo,  el valor de la moneda en cualquier circunstancia, pero mucho más en una situación como esta,  en la que la deuda ha rebasado con creces los límites de lo asumible. El dinero que circula en billetes o monedas, denominado en Euros, dólares, yuanes, libras esterlinas o en lo que sea, es apenas un 4 o un 5 por ciento del total en circulación y es la parte creada por las CECAS y los bancos centrales. El resto es mayoritariamente dinero bancario, creado por los bancos privados, como deuda,  con la única garantía de la confianza en que el deudor se hará cargo de ella y la pagará.

La mayor parte del dinero en circulación, por lo tanto, está respaldado por compromisos que no se sabe si se podrán cumplir o que sólo se podrían cumplir en un entorno y en unas circunstancias muy diferentes a las actuales. El valor del dinero es lo que aparece en los billetes o monedas o lo que consta en las cuentas y depósitos, es decir, 10€ valen 10€, pero sólo mientras nos avengamos a guardar esos 10€ en el banco o en casa. Si, por el contrario, a la gente, a toda o a bastante gente,  le diera por transformar sus billetes, monedas y apuntes bancarios en cosas tangibles se encontraría con que el valor real de todos los bienes y servicios disponibles es insignificante, en comparación con la cantidad de dinero en circulación. Y eso en un momento en que la restricción de crédito amenaza con asfixiar la economía, lo que podría parecer, pero no lo es, un contrasentido. El crecimiento es lo único que puede garantizar el pago de la deuda. Sin crecimiento podríamos llegar, sólo en teoría, a pagar el principal pero el pago de los intereses exige que la producción de bienes y servicios de mañana sea superior a la de hoy. De lo contrario todo el sistema se colapsa. Y el crecimiento requiere energía, energía concentrada, abundante y barata. En definitiva, petróleo. Y petróleo de origen convencional. Nada de arenas bituminosas, petróleo enterrado varios kilómetros por debajo del fondo del mar o supuestas reservas sin confirmar. Sin esa energía adicional, hoy más que ayer pero menos que mañana, como decía una medallita que se vendía en España hace cuarenta años, no hay crecimiento y en un sistema económico que no contempla el stand by, eso pone las cosas muy difíciles. Una solución parcial o un amago de solución parcial, podría ser la reforma monetaria. Acabar con la creación del dinero como deuda y que los bancos centrales y los estados nacionales o las organizaciones supranacionales recuperen el viejo poder de los reyes de acuñar moneda de forma exclusiva, moneda que se crearía libre de deuda y podría ser puesta en circulación para  pagar las nuevas infraestructuras y otros compromisos públicos.  Hoy por hoy, si el gobierno quiere gastar dinero tiene que pedirlo prestado y pagar por él un interés y los únicos beneficiarios son los bancos que tanto han contribuido, ahora y antes de ahora, a que la economía entre de tanto en tanto en crisis cada vez más graves y más difíciles de resolver. Pero esto es sólo una solución a medias, o ni siquiera eso,  del problema de la incompatibilidad entre la finitud de los recursos minerales y energéticos del planeta y el crecimiento exponencial de la masa monetaria. Hay otros problemas, derivados del crecimiento insostenible, del agotamiento de recursos irreemplazables para los que hemos creado una necesidad insoslayable, por ejemplo en alimentos, combustible para automoción y todo lo que garantiza el mantenimiento de una economía globalizada que permite el sostenimiento de una población de casi 7.000 millones de personas en un planeta cuya capacidad de carga está en estos momento en el límite o eso, al menos, es lo que puede deducirse de las condiciones, más que precarias, en las que se desenvuelve actualmente la vida de millones de personas y de otros indicadores al alcance de cualquiera. Estos problemas no se resolverán con artificios monetarios sino con una reducción drástica del consumo y de la población del planeta. A ver si aparece algún voluntario. O voluntaria, que diría la ministra de igualdad.

jueves, 15 de abril de 2010

¿Cuando terminó la recesión? (En Estados Unidos)

Resumen: Puede que terminara en junio de 2009 pero, desde entonces, se han perdido 900.000 empleos en Estados Unidos y la sangría sigue aumentando. En ocasiones anteriores -ver gráfico- el comportamiento de la economía ha sido completamente diferente y el empleo se ha recuperado casi inmediatamente después de la recesión.

The recession

When did it end?

A question of not just academic interest

Apr 15th 2010 | WASHINGTON, DC | From The Economist print edition
THE American recession is over. In the summer of 2009 real GDP and industrial production hit bottom and resumed growth, and expansion in both measures strengthened as the year ended. Industrial production has continued to grow in early 2010 as, in all likelihood, has output. By the end of the current quarter the American economy may have returned to its pre-recession peak in real GDP.
Most economists agree about all of this. Prominent voices like Northwestern University’s Robert Gordon, Harvard’s Jeffrey Frankel, and Stanford’s Robert Hall have declared the recession dead and gone. But those men all sit on the National Bureau of Economic Research’s recession-dating committee, responsible for pinpointing the beginning and end of business cycles. On April 12th that committee announced that it was not able to set an official end-date for the American recession.
That a date has not yet been chosen is not that unusual; the committee has taken longer to decide in past recessions. The choice to delay a conclusive statement may have been an act of caution, to avoid a black eye in the event that the economy contracts again before reaching its previous peak.
But the suggestion that the economic pain is not yet definitively over struck a discordant note amid cheerier headlines. Earlier in the month this paper expressed the hope that a needed transition in the American economy had begun, and others have gone further. The New York Times and Washington Post have both featured business columnists arguing that Americans are too pessimistic about the strength of the economy. BusinessWeek praised the success of Obamanomics on its cover. Newsweek’s cover announced, “America’s Back! The Remarkable Tale of Our Economic Turnaround”.
Some optimism is warranted. Recent data indicate that recovery in manufacturing is well established, and service-industry expansion has picked up pace in each of the past three months. Labour markets are finally improving; during the first quarter of this year employment grew by 162,000 or 1.4m, depending on which data set you use. And investors have bought the idea of recovery. The Dow Jones Industrial Average has risen by over 10% since early February, and recently closed above 11,000 for the first time since September 2008.
But full-throated cheerleading is premature. By Mr Gordon’s calculations, much of the data point to June 2009 as the likely recession end-date. Since then the American economy has seen a net deterioration in employment by about 900,000 workers. The performance is by far the worst nine-month stretch following a recession of any post-war downturn (see chart). The last time the American unemployment rate rose above 10%, during the recession of 1981-82, the economy added between 1m and 2.5m jobs in the first nine months of recovery.
Meanwhile, housing markets look shaky just as government schemes to support the sector are ending. The Federal Reserve is not cheering: on April 14th Ben Bernanke, the chairman, predicted a “moderate” recovery amidst “significant restraints”. Small-business confidence declined in March for a second month. Any number of unpredictable shocks, from a big sovereign default to rapid monetary tightening in overheating emerging markets, could undermine the recovery.
No vulnerability is so worrisome as unemployment. As of March, 15m Americans were jobless, while another 9m were unwillingly working only part-time. Knowing just when the recession ended will not be of much comfort to them.

domingo, 11 de abril de 2010

El elefante y la civilización (una metáfora)


Aunque no sabríamos construir un elefante, podemos, bajo ciertas condiciones, conducir uno. Me refiero a que hay gente que puede, sentándose encima y con la ayuda de una especie de punzón al extremo de un palo, hacer que vaya en una u otra dirección, avance al paso o al trote, se detenga, se incline, etc, pero no es una tarea sencilla. Es un ente de extraordinaria complejidad, -ya digo que no podríamos construir nada parecido- pero las gentes que pueden manejarlo han aprendido a localizar determinados puntos, donde una aplicación moderada de fuerza, ejercida con las piernas del jinete o con el punzón,  puede hacer que el animal, que puede alcanzar las siete toneladas de peso, actúe de una determinada manera y no de otra. Estos puntos son esenciales para el manejo de sistemas complejos, una pequeña acción ejercida sobre ellos puede provocar un efecto notable sobre todo el conjunto, por lo que su identificación es una tarea de primera importancia en el análisis de sistemas. Esta civilización es un sistema muy complejo, auto sostenido, que tampoco hemos construido, que no podríamos reproducir, o controlar ni con la ayuda de los computadores más sofisticados. Pero sí que podemos, sin duda, identificar algunos de los puntos de apalancamiento del sistema y actuar sobre ellos para intentar que evolucione en el sentido más conveniente o, al menos, para intentar controlar los bucles de realimentación positiva que inevitablemente lo llevarían al colapso. Pero, al igual que ocurre con el elefante, no basta con identificar esos puntos. Hay que saber cómo incidir sobre ellos y en qué dirección y sentido aplicar la presión necesaria para inducir el comportamiento esperado y la experiencia demuestra que, en la mayor parte de los casos, de una correcta identificación de los lugares donde actuar no se sigue, más bien al contrario, la actuación adecuada. Por ejemplo, hay un punto de apalancamiento perfectamente claro y correctamente identificado por los gobiernos de todo el mundo, como la respuesta a la mayoría de los problemas existentes: el crecimiento. El problema es que la acción correcta, que sería ralentizar el crecimiento, pararlo o, en determinados casos, hacerlo negativo, ni siquiera se toma en consideración en ninguna parte del mundo, sino que la acción más generalizada consiste en intentar mantenerlo y si es posible incrementarlo, ignorando u obviando el hecho de que un crecimiento indefinido no es posible en un planeta redondo y finito. Una acción que, en lugar de solucionar los problemas globales, -pobreza, hambre, destrucción del entorno, agotamiento de los recursos, deterioro de las ciudades, desempleo- los agudiza cada vez más.




miércoles, 7 de abril de 2010

Más de lo mismo

Mientras el petróleo crudo se queda, de momento, en el entorno de los 86$/b, después de haber estado esta mañana a 86.66$/b, el Sr. Presidente del actual gobierno de España nos sorprende, es un decir, con nuevas iniciativas para potenciar nuestra economía, crear puestos de trabajo y devolvernos, cuanto antes, a la senda del crecimiento. Son sus palabras, claro, no las mías. En esta ocasión se trata de subvencionar coches eléctricos y de promover obra pública, iniciativas que no son nuevas ni servirán para nada que no sea engordar, más,  las cuentas corrientes de algunos, derrochar millones de euros de dinero público y llevar la deuda a niveles más insoportables, si es que eso es posible o tiene aún alguna importancia. Como ejemplo de lo que digo y relacionado también con el manido y cada vez más insoportable tema de la sostenibilidad, basta citar lo ocurrido con una planta de producción de biodiesel, inaugurada a bombo y platillo en 2007 en la antigua azucarera de Linares (Jaén), citada como referencia europea en el campo de los biocombustibles y subvencionada, faltaría más,  con 24 millones de euros, que lleva cerrada desde diciembre pasado, fecha en la que se acabó la subvención. Esto último, lamentablemente, está dentro de la lógica de las cosas: si quieren seguir produciendo biodiesel, con el único objeto de apuntarse algún tanto en el cuento de la sostenibilidad, que lo subvencionen porque lo que es obvio es que jamás será rentable, compite directamente con la producción de alimentos,seriamente comprometida ya por múltiples razones y que su tasa de retorno, real,  no superará, en el mejor de los casos, el 1:1.

Y en cuanto a los coches eléctricos no queda gran cosa que decir que no se haya dicho. Son un experimento de laboratorio que corre razonablemente bien en pistas de pruebas. Sustituir el parque actual por esos modelos está, definitivamente,  fuera de nuestras posibilidades actuales y previsibles y eso dejando aparte que esa tecnología, como todas las tecnologías y todas las ‘energías’ actuales es totalmente dependiente del petróleo y de los combustibles fósiles sin los cuales no tendríamos ni coches eléctricos ni de hidrógeno, ni tampoco electricidad o hidrógeno que, supongo, será lo siguiente que subvencionarán. Lo de promover nueva obra pública a estas alturas ni siquiera merece comentarios y lo de que no le va a costar nada al Estado hasta 2014, Zapatero dixit,  menos aún.