domingo, 27 de enero de 2008

Sie kamen zuerst und holten die Kommunisten, und ich sagte
nichts, weil ich kein Kommunist war.
Dann kamen sie und holten die Sozialisten, und ich sagte nichts,
weil ich kein Sozialist war.
Dann holten sie die Gewerkschafter, und ich sagte nichts, weil ich
kein Gewerkschafter war.
Dann holten sie die Juden, und ich sagte nichts, weil ich kein Jude
war.
Dann holten sie mich, und es war keiner mehr da, um etwas zu
sagen.

Martin Niemöller

A cuatrocientos euros el voto... de momento.

Estamos, por si alguien no se había dado cuenta, en plena campaña electoral. El Sr. Presidente del Gobierno, en funciones, ha presentado hoy el programa con el que va a optar a la reelección y en el que, entre otras cosas de las que ya nos iremos enterando, se compromete a entregar a cada contribuyente o pensionista, si gana las elecciones, la cantidad de 400 € en el mes de junio. Esto parece, dirán ustedes, una descarada compra de votos. Bueno, pues desgraciadamente vivimos unos tiempos en los que las cosas cada vez son más lo que parecen y esto, efectivamente, es comprar votos con dinero público con el único objetivo de mantenerse en el poder. Parece que por la razón que sea el Estado dispone actualmente de un cierto superávit, ha ingresado más de lo que ha gastado, y el actual gobierno se dispone a liquidarlo, en su propio beneficio, mediante esta y otras patochadas que ahora no recuerdo. Lo que sí recuerdo es la promesa del Sr. Rajoy, a la sazón candidato del Partido Popular al cargo que ahora tiene el Sr. Zapatero, de reducir en 1000 € el IRPF de las mujeres. Ya dije en una ocasión que no hay alternativa al cachondeo actual y me ratifico. Estoy empezando a pensar que la mejor opción, con el actual panorama, es no votar. O votarle a Llamazares que por lo menos tiene cierta gracia.

sábado, 26 de enero de 2008

A vueltas con Gran Scala

Parece que lo de Gran Scala va en serio. O, al menos, parece que el gobierno de Aragón está dispuesto a echar el resto para que el proyecto llegue a buen puerto. A mí, creo que ya lo dije, todo este asunto me parece una vergüenza. Porque es una vergüenza, de momento, que un grupo de promotores sin otro capital que una idea, estúpida, sean recibidos como si fueran los reyes magos y se les organice, en la sede del Gobierno y mano a mano con el presidente y el vicepresidente, un increíble y surrealista acto de presentación de... humo. Es una vergüenza que el Gobierno se comprometa por escrito a modificar la normativa administrativa, y también la legal, por lo que parece, en función de las necesidades del proyecto. Es una vergüenza que el gobierno presente como solución a los problemas de despoblación, de momento no hay otros, de los Monegros una estupidez tan grande como un complejo entramado de casinos y parques temáticos y acepte sin cuestionarlas cifras absurdas de inversión, empleos y visitantes. Es, en definitiva, una vergüenza que un gobierno que hasta ahora no se había distinguido por ninguna metedura de pata excesiva, aunque sí por un manifiesto apoyo al urbanismo salvaje en el Pirineo y por incrementar la macrocefalia de Zaragoza en detrimento del resto del territorio, haya comprometido todo su crédito en lo que presenta todos los visos de ser una estúpida comedia y, si no, una operación mafiosa.

Cotiella