miércoles, 7 de agosto de 2024
Viejos amigos
Cada vez me interesa menos la comida de los restaurantes y aprecio más la compañía y la posibilidad de mantener una agradable conversación. En esta ocasión, además, hemos comido bien.
domingo, 10 de marzo de 2024
Una de restarurantes.

La Peña Miguel Cebollada ha otorgado a La Bodega de Chema de Zaragoza el premio al mejor restaurante de Aragón. Muy merecido, por cierto. Enhorabuena a Alfredo Abadía y a todo su equipo. La foto de la izquierda corresponde a una comida de amigos: 4 barbastrenses y un riojano y una burgalesa que como si lo fueran, celebrada el pasado día 9.
martes, 19 de septiembre de 2023
Comentario de Ildefonso García Serena al artículo Conos de Vida
Mi gozo en un pozo. Después de un pesado viaje de regreso de vacaciones, por fin llegué a mi casa. Abrí el buzón del correo y allí estaban los últimos ejemplares atrasados de El Cruzado. Los puse en la mesilla de noche para leerlos antes de dormir esperando relajarme.
Pero el número 5.265 venía cargado con una página de opinión que me alejó del sueño. Era un artículo de mi buen amigo el profesor Carlos Gómez en el que describe una metáfora: dos conos unidos por sus bases, ilustrados con un dibujo en azul y rojo con las misteriosas palabras “entrada y salida”.
Pensé que sería una simpática idea, muy propia del matemático que es Carlos, y acerté; pero a medida que leía, comprendí que él estaba hablando de nuestras vidas mortales que comienzan y luego se ensanchan hacia su mitad para luego caer aceleradamente hasta ser expulsadas del inferior. Ni el dibujo ni la geometría habían sido nunca mi fuerte, pero aun así había podido captar el concepto en todos sus matices. ¡Y no solo el concepto!
Vale la pena y mucho, amigo lector o lectora recuperar ese artículo de septiembre, ¿A qué se parece la vida? –y volver a leerlo– para gozar de la belleza poética del texto alegórico, tomando figuras de la Física (velocidad de caída, tiempo, opacidad, ascenso y descenso) y de la Geometría (vértices, perímetros, círculos, alturas…) unidas todas en un baile en el que Conocimiento y la Literatura se dan hábilmente la mano para describir nada menos que el proceso de la existencia humana. Era una descripción exacta.
Yo ya sabía que el segundo tiempo de la vida corre más rápido que el primero, pero a pesar de ello, esa noche tardé en dormirme. No por miedo, sino porque hasta ahora nadie me había explicado la vida tan bien y con tanta hermosura geométrica. Al final de su artículo aclaraba que ese día no estaba de humor para hablar de cosas como fútbol femenino, sainetes políticos o catástrofes, lo que se entiende muy bien, vista la actualidad. Pero precisamente porque estas banalidades son la sal de la vida, deberíamos pedirle a don Carlos que no deje de escribir sobre sus metáforas, los conos de la vida.
No sé por qué, a mí se me antojaron hechos de una hojalata bruñida, reluciente, pintados de azul y rojo, con muchas cosas dentro, buenas y malas, y algunos pocos granos de sal que hacen que nuestra existencia fugaz no sea tan aburrida. Que así sea.
miércoles, 21 de septiembre de 2022
lunes, 15 de julio de 2019
A Joaquín Coll
Estaba pensando, mientras miraba tu caja en la nave central de la Catedral, en que no has sido un hombre de iglesia, a pesar de que tienes, como yo, buenos amigos entre los curas de Barbastro que son, como nosotros, una especie en peligro de extinción. Tampoco fuiste un hombre de partido aunque hiciste tus pinitos en los primeros años de la transición en lo que ahora se llamaría izquierda radical y ya en los años 80, ahí coincidimos algunos años, en el PSOE en una época de crisis, que se resolvió con el final del amateurismo y la improvisación que nos tocó representar, para dar lugar a la consolidación de una clase política totalmente profesional y a unos liderazgos agotadores.
Los 80 fueron, en Barbastro, una suerte de década prodigiosa. El hospital, tantas veces reivindicado desde la Asociación Cultural del Somontano, más conocida como ACUSO, que presidiste, la UNED, la primera variante de Barbastro que sacó del centro de la ciudad el tráfico pesado de la 240 y por supuesto, los primeros ayuntamientos democráticos que convirtieron en alcaldes y concejales a gentes de todo tipo y condición. También llegaron las primeras señales de crisis en el polígono industrial, creado durante el desarrollismo tardo franquista y en el comercio local que empezaba a padecer las consecuencias del abandono del casco antiguo y de la instalación de grandes superficies.
Por aquel tiempo o algo después, ya no recuerdo bien, se nos ocurrió reivindicar, a través de una nueva asociación, que también presidiste, una rectificación de la línea ferroviaria que no dejara de lado a Barbastro. Incluso llegamos a redactar un anteproyecto del tramo Huesca Barbastro, pero el proyecto era, por lo visto, demasiado ambicioso, mucho más que los políticos que hubieran podido apoyarlo. También intentamos que el Ayuntamiento asumiera el proyecto de dejar exenta la catedral, comprando y derribando los edificios de la acera derecha del coso y de hecho se llegó a comprar el primero, pero ahí quedó la cosa.
Ahora dicen que fuiste poeta, cocinero y no sé cuántas cosas más. Es posible pero, sobre todo, fuiste un hombre con amigos, tenaz con tus ideas y tolerante con las ajenas. Capaz de entusiasmarte con un proyecto y de abandonarlo cuando dejabas de verle futuro. Quizá con poca paciencia con la estupidez y la mediocridad pero incapaz de dedicar más de un minuto a hablar mal de la gente, te hicieran lo que te hicieran, costumbre esta que no dejaba de resultar irritante. Hemos compartido tardes y noches de charla en torno a una botella de vino o una jarra de cerveza, en bares que ya no existen, en ciudades que ya no volveremos a ver juntos y con gentes que ya no están y hemos dedicado tiempo a reflexionar sobre el mundo que se nos venía encima sin llegar, no hemos tenido tiempo, a demasiadas conclusiones. Ahora descansa tranquilo. Ya te contaré.