domingo, 9 de diciembre de 2007

Puente


Este puente hemos estado en Madrid. Hacía calor por la noche y frío a mediodía, había niebla y más gente de la que espero volver a ver reunida nunca jamás, tuve un altercado con una vieja que estaba plantada con un nutrido grupo de coetáneas impidiendo el paso de la gente por una de las aceras de la Gran Vía y fuímos al teatro en un día distinto al que nos correspondía, afortunadamente un día antes y no un día después, lo que nos permitió rectificar a costa de hacer dos veces el trayecto por calles literalmente atestadas de turistas y otros delincuentes. Al menos la representación valió la pena. La cola para ver la ampliación del Museo del Prado, otro de los objetivos del viaje, iba de la Puerta de Goya al Jardín Botánico y no se movía, o al menos el movimiento no era apreciable desde fuera, así que nos fuimos al Thyssen dónde había mucha menos cola, pero al llegar a la taquilla te daban una entrada para una hora y media más tarde. Todo sea por Durero. El viernes cenamos en Lhardy, que ya no es lo que era y además estaba tan repleto de gente como cualquier chiringuito de la plaza Mayor. La cena más bien regular y a 84 euros el cubierto. En fin, que no volverán a pescarme fuera de casa en fechas tan señaladas, a no ser que pueda ir a una cabaña en las Maldivas, que he visto anunciada en un programa de viajes de televisión, de 3.500 euros la noche, viajes aparte, en adelante, si es que llego a poder permitírmelo antes de que también pueda permitírselo todo el mundo. Que al paso que voy no creo.

martes, 4 de diciembre de 2007

Vuelve el bueno de Bono. ¡Aleluya!

Si algún día nos falta Bono, cosa poco probable vista la marcha que lleva y la energía que derrocha, la política de este país ya no será la misma. Hoy ha presentado un libro sobre Zapatero y ha aprovechado para soltar un par de genialidades de las suyas. Ha dicho que le ha preguntado a ZP si, cuando sea presidente del Congreso, podrá seguir yendo a buscar a su niña al colegio. Normal. Al Patrón es al que hay que preguntarle esas cosas. Lo que pasa es que no queda muy bien que el jefe del ejecutivo sea el que dé permiso para nada al presidente del Parlamento, pero ni Montesquieu es ya lo que era, ni aquí se han guardado nunca las formas en esta clase de asuntos. En cualquier caso no hay que tenérselo en cuenta, a Bono, porque la quina que debe estar tragando el pobre hombre es de las que hacen época. También ha soltado que ZP le dijo que no pensaba volver a presentarse, y casi seguro que se lo dijo. Y casi seguro también que no esperaba que le tomara la palabra y lo fuera a soltar en público a la primera ocasión que tuviera. Pero bueno es Bono para echar en saco roto una cosa así. En fin, más vale que Zapatero aguante porque la alternativa, tanto dentro como fuera del PSOE, es para salir corriendo. ¿Qué habremos hecho para merecer una clase política como esta?