lunes, 13 de octubre de 2025
viernes, 12 de abril de 2024
Diálogos para besugos VI.
- Buenos días.
- Buenos días. ¿En qué podemos ayudarles?
- Estábamos pensando invertir en un pequeño negocio
- Estupenda idea. Les felicito. España necesita emprendedores.
- Tenemos un pequeño problema. No tenemos dinero.
- Es un problema, desde luego. Pero no es pequeño.
- Nos han dicho que aquí nos lo resolverían.
- Algún gracioso. Pero lo habrá hecho sin mala intención. No se lo tengan en cuenta.
- En fin, que ustedes podrían anotar en nuestra cuenta, en el haber, claro, la cantidad que necesitamos.
- Vaya, qué idea tan fantástica… Y ¿por qué íbamos a hacer semejante cosa?
- Bueno, eso es lo que hacen habitualmente ¿no?
- No es tan sencillo. El negocio bancario…
- El negocio bancario consiste, si no estamos mal informados, en crear dinero de la nada y prestarlo con un interés, que no me atrevo a calificar de abusivo. Un negocio con poco riesgo y considerables beneficios.
- Es una aproximación un tanto superficial a lo que realmente hacemos, pero, en todo caso sería legal y no es asunto suyo. Y, vamos a ver. ¿Ustedes han venido aquí a pedir un préstamo?
- Desde luego que no. A nosotros no va a hacernos creer que nos presta los ahorros de alguna ancianita. Sólo queremos que pulse unas pocas teclas en su terminal y abone en nuestra cuenta la cantidad que necesitamos.
- Y, naturalmente, no piensan ustedes pagar intereses ni devolver el dinero.
- Claro que no. No vamos a devolver dinero real a cambio de dinero inventado.
- No sé qué quieren decir con eso de dinero inventado. Si llegáramos a hacer, bajo ciertos supuestos que no parece que se den, lo que piden, el dinero que acreditaríamos en su cuenta no saldría de la de ningún otro cliente, eso es cierto, pero desde el momento en el que ustedes podrían disponer de él para hacer pagos, o para que nosotros los hiciéramos en su nombre, sería un dinero tan real como los billetes emitidos por el Banco Central Europeo.
- Es posible. Depende de lo que se entienda por dinero. Pero entonces resulta que están ustedes, una entidad privada, creando dinero de la nada. Si nosotros hiciéramos eso no tardaríamos en tener a la policía aporreando la puerta de casa.
- Sí, por eso no les aconsejo que lo hagan. Pero, en fin, así son las cosas. Además, la existencia de una determinada cantidad de dinero es imprescindible para que la economía funcione y sólo una pequeña parte son billetes o monedas, creados por las autoridades monetarias. Inyectar dinero bancario en la economía es una de las tareas más importantes de los bancos comerciales. Y desde luego es legal y está muy estrictamente regulada.
- Pero no se limitan a inventar dinero y prestarlo con un interés. También deciden, al margen del parlamento, qué proyectos se van a financiar y cuáles se van a descartar.
- No crea todo lo que le cuentan. Pero mire, en parte tiene razón. Por ejemplo, casi hemos decidido ya que no financiaremos su proyecto.
viernes, 12 de mayo de 2023
Tiempo de espera
El ministerio de consumo ha decidido eliminar las esperas en los servicios de atención al usuario, en el sector privado, por el socorrido procedimiento de legislar en contra. En contra de las esperas, quiero decir. De acuerdo con la nueva norma, el tiempo de espera al teléfono en uno de estos servicios quedará reducido a tres minutos. Estupendo, aunque, si esto se podía arreglar legislando, no sé por qué han esperado tanto ni por qué aún nos pueden tener colgados tres minutos. Yo quiero que me atiendan en el acto.
Pero no es tan sencillo. Ayer tuve
ocasión de conocer alguno de los efectos colaterales de la ley. Tuve que llamar a una
clínica con cuyos empleados de atención al público llevo años
manteniendo una relación de amor – odio. Los he odiado cuando me hacían esperar
seis, siete u ocho minutos, pero los he querido cuando, una vez que conseguía
hablar con ellos, me resolvían, casi siempre con eficiencia, la cuestión o el
problema que les planteaba. Normalmente, además, cuando por hartazgo colgaba
antes de obtener respuesta, me devolvían la llamada. Me conocían a mí, conocían,
por supuesto, su lugar de trabajo y los servicios que ofrecía y sabían cómo
resolver la mayoría de los problemas. Si algo no podían resolverlo en el acto,
el caso quedaba registrado y normalmente acababan resolviéndolo.
Bien, pues, a lo que iba. Ayer llamé y en menos de un minuto me cogieron el teléfono. A veces pasaba, de manera que no me pareció demasiado extraño. No, al menos, hasta que comprobé que la persona que me cogió el teléfono no me conocía, no conocía al médico y tampoco sabía, ni pareció impresionarle mucho, que las consultas posoperatorias tuvieran prioridad. Sólo sabía que no había horas libres este mes y que las del mes que viene no estaban aún disponibles. Que me tomaba el nombre y que ya me llamarían. Como no sabía con quién estaba hablando, intenté explicarle el caso, me acababan de operar y la consulta, por indicación del mismo médico, tenía que ser este mes. Que no. Que no había horas libres y que ya me llamarían. Al final le dije, suponía que era una nueva empleada en fase de aprendizaje, que si podía pasarme con Lidia (nombre ficticio). No sabía quién era Lidia, no sabía quién era yo, no sabía quién era el médico y yo no estaba hablando con la clínica sino con un centro de llamadas ubicado sólo Dios sabe dónde. Le dije que muchas gracias y colgué.
¿Qué ha pasado? Lo que tenía que pasar. La
atención al cliente estaba a cargo de tres o cuatro personas ubicadas a la
entrada de la clínica, que hacían lo que podían y generalmente lo hacían bien,
para atender al teléfono y a los usuarios que hacían cola frente al mostrador.
Había que esperar, claro, pero, además de que, como he dicho antes, devolvían,
si podían, las llamadas perdidas, tenían un correo electrónico, al que siempre
contestaban, con el que también se podían resolver las cuestiones que podían
esperar. Todo eso ha desaparecido. La forma más sencilla, y para muchas empresas
será la única, de adaptarse a la nueva legislación es externalizar la atención
al cliente, contratando los servicios de un call center y eliminando también,
eso no sé si era necesario, la atención por correo electrónico. ¿Hubiera pasado
lo mismo más tarde o más temprano? Puede. Es la tendencia. Pero la nueva normativa
ha precipitado las cosas.
Ahora te cogerán el teléfono en menos de
tres minutos y te atenderá una persona, como prevé la nueva ley, pero no te
resolverán nada que requiera un mínimo de conocimiento del entorno. Para los
mayores, pero también para el resto, una barrera más. Si no tienes recursos adicionales,
esa es una barrera, infranqueable en la práctica, que la Web, mal hecha y
diseñada para mantener al usuario alejado, tampoco resuelve. Era preferible
esperar.
jueves, 10 de mayo de 2012
Un paleto en Madrid (crónica de una reunión de trabajo)
La reunión objeto del viaje, una comida con el Rector, estaba prevista para las 15:00 horas en un lugar denominado Casa Adolfo.
lunes, 23 de junio de 2008
Y llegó el verano
miércoles, 28 de mayo de 2008
jueves, 8 de mayo de 2008
Energía y futuro
El hidrógeno es muy abundante en la naturaleza, pero su estructura atómica le proporciona una notable e irritante tendencia a combinarse con otros elementos y no se encuentra libre en ninguna parte de este planeta, aunque sea la fuente de energía de las estrellas. Su obtención, a partir de algunos de los compuestos de los que forma parte, como el gas natural, básicamente metano (CH4) y el agua (H2O), exige un aporte externo de energía, con un balance final que, por el momento y mientras las leyes de la termodinámica sigan en vigor, es negativo: la energía que se obtiene de su combustión es inferior a la utilizada para obtenerlo. Tiene, sin duda, una importante ventaja sobre la energía solar o eólica, o, en definitiva, sobre la electricidad, como es la posibilidad de almacenarlo y se supone, que, en el futuro, puede jugar un papel importante como sustituto de los combustibles líquidos, utilizados masivamente en el sector del transporte. Por el momento, sin embargo, el estado de la investigación sobre células de combustible, que son el principal candidato para sustituir a los motores de combustión interna, su precio, el coste de producción y las dificultades de almacenamiento y transporte del hidrógeno necesa-rio para alimentarlas, hacen económicamente inviable esa transición. Sostener lo contrario es una peligrosa fantasía.
En cuanto a los biocombustibles, como el etanol o el biodiesel, procedentes del procesamiento industrial de caña de azúcar, colza, maíz, cebada y otros productos agrícolas, además de que el balance energético final es también e inevitablemente, negativo y de que no está claro que la emisión de contaminantes al quemarse sea inferior, o menos nociva, que la de los combustibles fósiles que se pretende sustituir con ellos, es probable que, antes de proyectar una extensión masiva de su producción y consumo, debamos elegir entre comer o ir en coche. La escasez de determinados alimentos ya está siendo un problema en muchos países, antes llamados subdesarrollados y ahora, con irresponsable optimismo, en vías de desarrollo. Problema que no hará sino agravarse, si terrenos agrícolas y otros recursos escasos, se detraen de la producción de alimentos para dedicarlos a otros fines.
La investigación relacionada con la utilización de las denominadas energías re-novables y también, en el caso de la eólica y la solar, limpias, está impulsada por el incremento de precio del petróleo y también, al menos en teoría, por la constatación, por un lado, de que la combustión de hidrocarburos, o de carbón, con la consiguiente emisión de CO2 y otros gases de efecto invernadero, tiene un efecto negativo sobre la atmósfera, el clima y el ecosistema en general, con consecuencias sobre las que discrepan científicos, gobiernos y ecologistas, pero que se presumen devastadoras y, por otro, de que este problema puede quedar resuelto por la vía, expeditiva e involuntaria, de terminar con las reservas, inevitablemente finitas, del petróleo en todas sus fases de formación. Esta investigación debe continuar e incluso intensificarse, otra cosa sería una grave irresponsabilidad, pero hay que aceptar la posibilidad de que puede que no lleguemos a tiempo y de que el final del petróleo nos sorprenda, en un plazo muy breve, sin ninguna alternativa válida para sustituirlo.
Ser conscientes de esto puede que no ayude a conciliar el sueño pero, probablemente, suavice el inevitable, brusco y potencialmente traumático despertar del que llevamos disfrutando poco más de cien años, un pequeño paréntesis en la historia de la humanidad, y nos induzca a tomar alguna medida para intentar mitigar los aspectos más desagradables de lo que está por venir. Aún así, nada, probablemente, evitará que cosas que ahora damos por garantizadas desaparezcan, para siempre, de nuestras vidas. Quizá convenga hacerse a la idea de que lo que se nos viene encima, si el petróleo se acaba o se hace inaccesible, no es una crisis pasajera, como podría serlo la supuestamente originada por las dichosas hipotecas subprime y el final, en España, de un determinado modelo de desarrollo, sino algo definitivo, que nos obligará a reconsiderar nuestra relación con la naturaleza y a ajustar nuestro modo de vida a las posibilidades reales de nuestro entorno más inmediato.
Publicada en El Cruzado Aragonés, de Barbastro
domingo, 9 de diciembre de 2007
Puente
Este puente hemos estado en Madrid. Hacía calor por la noche y frío a mediodía, había niebla y más gente de la que espero volver a ver reunida nunca jamás Tuve un altercado con una anciana que estaba plantada con un nutrido grupo de coetáneas impidiendo el paso de la gente por una de las aceras de la Gran Vía y fuímos al teatro en un día distinto al que nos correspondía, afortunadamente un día antes y no un día después, lo que nos permitió rectificar a costa de hacer dos veces el trayecto por calles literalmente atestadas de turistas, carteristas y otros especímenes de la fauna ibérica. Al menos la representación valió la pena. La cola para ver la ampliación del Museo del Prado, otro de los objetivos del viaje, iba de la Puerta de Goya al Jardín Botánico y no se movía, o al menos el movimiento no era apreciable desde fuera, así que nos fuimos al Thyssen dónde había mucha menos cola, pero al llegar a la taquilla te daban una entrada para una hora y media más tarde. Todo sea por Durero. El viernes cenamos en Lhardy, que ya no es lo que era y además estaba tan repleto de gente como cualquier chiringuito de la plaza Mayor. La cena más bien regular y a 84 euros el cubierto. En fin, que no volverán a pescarme fuera de casa en fechas tan señaladas, a no ser que pueda ir a una cabaña en las Maldivas, que he visto anunciada en un programa de viajes de televisión, de 3.500 euros la noche, viajes aparte, en adelante. Si es que llego a poder permitírmelo antes de que también pueda permitírselo todo el mundo. Que al paso que voy no creo.
domingo, 12 de noviembre de 2006
Religión y poder

He visto la película española ‘los Borgia’ que, a pesar de que dura dos horas y media, se puede ver sin ningún problema. Cuenta la historia de Rodrigo Borgia, que llegó a Papa con el nombre de Alejandro VI, que hacía y deshacía a voluntad, nombró Cardenal a su primogénito, Gonfaloniero a su segundo y casó a su tercer hijo y a su hija con quien, en cada momento, le pareció más conveniente para sus manejos políticos. El papa tenía a su amante en el Vaticano y se rumoreaba que su hija mantenía relaciones incestuosas con él mismo y con su hijo mayor, que a su vez se acostaba con su cuñada y mató o hizo matar a su hermano y a su cuñado. De todo esto, y de otras cosas que no se cuentan en la película, pero que seguro que también ocurrieron, estaban al cabo de la calle los que gobernaban Roma, las ciudades italianas y los países cristianos de Europa occidental pero a nadie se le ocurría poner en cuestión al Papa por dos razones, la primera es que el Papa era uno de ellos y no se comportaba de forma diferente a como se comportaban ellos y la segunda, y más importante, que hacía ya tiempo que los gobernantes habían descubierto lo útil que era tener a dios, a cualquier dios en el que la gente pudiera creer, de su parte. Ignacio Sotelo se lamenta, en El País de hoy, de la actitud del ejecutivo socialista, que se ha plegado ante la iglesia en la cuestión de la financiación, como se plegará en las relacionadas con la enseñanza de la religión en los centros públicos y en cualquier otra que no afecte a principios fundamentales (al César lo que es del César…) Y eso no tiene nada de extraño, porque el único objetivo claro que tiene este gobierno, todos los gobiernos, es permanecer en el poder el mayor tiempo posible y están convencidos de que, en España, no hay quién mantenga el poder mucho tiempo sin una neutralidad benevolente por parte de la iglesia católica. Neutralidad que creen asegurarse a base de concesión tras concesión y que, finalmente, no puede existir porque también la iglesia tiene claros quienes son sus amigos y quienes meros aliados coyunturales.
La imagen es un detalle del Fresco de la Resurrección de Pinturicchio, pintado hacia 1492 y está en el dominio público (al menos, según Wikipedia, en los Estados Unidos).
miércoles, 1 de noviembre de 2006
Noviembre
Un alumno, o ex alumno, tanto da, de un instituto le ha dado una brutal paliza a un profesor, mientras una compañera suya filmaba el acontecimiento. Después intentaron vender la grabación a los periodistas por 100 € aunque finalmente tuvieron que rebajar el precio hasta los 20. Los emigrantes llevan a sus hijos a las guarderías públicas y exigen a sus responsables que los alimenten de acuerdo con su religión. Me contaban ayer que una mujer apareció por una guardería con las deposiciones de su hija en un recipiente, para demostrar que había comido sustancias prohibidas, salchichas, concretamente, y organizar el correspondiente escándalo a las maestras que la atendían. Adolescentes descontrolados, ignorantes hasta lo increíble, patanes y violentos vendiendo a periodistas sin escrúpulos las grabaciones de sus hazañas, emigrantes imponiendo violentamente sus creencias religiosas en un país que acaba, prácticamente, de salir de once siglos de su propio fanatismo religioso. No sé que clase de mierda estamos haciendo, bueno, están porque yo cada vez tengo menos que ver con lo que está pasando, pero sí que vamos, cada vez más deprisa, hacia un desastre, una reacción violenta o las dos cosas a la vez. Y no será esa idiotez de la alianza de civilizaciones lo que lo remedie.
domingo, 1 de octubre de 2006
Hule
(Entrada completa y sin cortes publicitarios en majaderos)
martes, 5 de septiembre de 2006
Trabajo de oficina
domingo, 20 de agosto de 2006
Las matemáticas son para los jóvenes
miércoles, 16 de agosto de 2006
Homilías
lunes, 14 de agosto de 2006
¡que vienen los moros!
viernes, 11 de agosto de 2006
Mr. Ansar is talking to the american Congress (or so)
Dicen que los españoles no hablamos idiomas porque tenemos un excesivo sentido del ridículo. Este no parece ser el caso (no habla inglés, pero será por otra cosa).

