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miércoles, 16 de julio de 2025

Financiación

 Una característica de esta sociedad es la práctica imposibilidad de llegar a conclusiones generalmente aceptadas sobre un número cada vez mayor de cuestiones.

Consideremos, por ejemplo, el caso de la financiación de la autonomía catalana, de acuerdo con el nuevo sistema acordado por representantes del gobierno y del partido ERC. Estos últimos sostienen, porque así conviene a sus intereses electorales, que se trata de una singularidad que beneficiará a Cataluña y acabará con el crónico déficit de ingresos de su hacienda. Una situación popularizada con la consigna ‘España ens roba’, empleada frecuentemente en el discurso independentista catalán para denunciar el déficit fiscal percibido.

Los representantes del gobierno, en cambio, admiten que el cambio recaudatorio beneficiará a Cataluña, pero sostienen que no se trata de una singularidad sino de un nuevo y beneficioso modelo de cálculo, extensible a cualquier otra autonomía que lo solicite sin que nadie resulte perjudicado y todos, se acojan a él o no, vean mejorada su financiación.

Para los partidos de la oposición, PP y Vox, y para la mayoría de las autonomías, exceptuadas Navarra y el País Vasco que ya gozan de sistemas similares al que ahora se pretende extender a Cataluña, el nuevo sistema perjudicará a la hacienda general y a la mayoría de las haciendas autonómicas, generando una diferencia importante en relación con la cantidad que perciben con el sistema actual.

Pero se trata, en principio, de una cuestión computable. No debería ser difícil hacer números, cuantificar la situación actual y evaluar la resultante de la aplicación del método propuesto, algo que no parece que haya nadie interesado en hacer. No, al menos, de manera consensuada. Cada cual exhibe sus números, que son los que le conviene exhibir para sostener su particular visión. Una visión más política que económica ya que la cuestión se genera a partir de la necesidad gubernamental de contar con el apoyo de los sectores independentistas catalanes.

lunes, 2 de junio de 2025

¿Soy de los nuestros?


Hay distintas formas de analizar la realidad. Y también, claro, de contarla. La gente, sobre todo en el tercer
[1] grupo, tiene una acusada tendencia gregaria. Necesita ser parte de algo. Especialmente durante la adolescencia y en la vida laboral, etapas en las que la sensación de pertenencia puede llegar a ser una necesidad existencial. Pero eso no es fácil. Ni gratis. Es posible que haya que comulgar con un catecismo cuyos postulados varían con el tiempo. En función de quién los enuncie en cada momento. Y puede que no sea suficiente hacerlo con alguno de esos postulados. Ni siquiera con la mayoría. Puede que haya que comulgar con todos.

Por concretar un poco y bajar de los cerros de Úbeda, supongamos que estamos hablando de un individuo, hombre o mujer, que, por razones personales, familiares o de trabajo, está obligado a relacionarse en el entorno político vigente en la tercera década del siglo XXI. En teoría esta persona podría observar la realidad y callarse, u opinar sobre lo que ve en el sentido que en cada ocasión le pareciera más conveniente. Ambas posturas le conducirían, probablemente, al ostracismo y al aislamiento social. Pero también podría aspirar a formar parte de algún colectivo o partido existente y, para hacer méritos rápidamente, podría manifestarse en contra de las corridas de toros o, incluso, a favor de la independencia judicial.

La primera de esas dos posibilidades es inocua. Apta, quizá, para obtener una cierta pátina progresista pero irrelevante a la hora de asegurarse la bienvenida en un partido. Estar a favor de la independencia judicial es más prometedor, pero hay que evitar peligrosas generalizaciones. Separar cuidadosamente a los jueces cuya independencia es defendible de aquellos que utilizan su poder para perjudicar al gobierno de turno. La independencia de estos últimos debe ser cuidadosamente supervisada. Pero en todo caso, son posturas que, en el mejor de los casos, sólo servirían para señalar una peligrosa tendencia a tener ideas propias.

Así que nada de esto es significativo a la hora de asegurar su pedigrí como miembro, o incluso como reconocible simpatizante a tiempo completo, de uno u otro colectivo. Lo que, como ya he dicho, no es cosa sencilla. Para eso hay que prestar atención al discurso actual del partido o asociación que elija -mejor si se puede acceder a una actualización diaria-, y atenerse estrictamente a su contenido en cualquier actividad o conversación. Y para ello hace falta, y eso es lo que se pide, fe. Y poca memoria. Y fuertes convicciones, como diría alguno de los más carismáticos líderes actuales. O al menos lo suficientemente fuertes como para comprender que, si lo que dicen ahora es distinto de lo que decían antes, por algo será.

Una vez alcanzado este estado de pertenencia, que hay que cuidar y actualizar día a día, se puede acceder a una realidad que hasta ahora ha permanecido oculta. Historias antes inverosímiles adquieren para nuestro personaje, desde una nueva y más amplia perspectiva, las características de una verdad revelada, quizá contrafactual pero que los hechos ya no pueden desvirtuar. Y así, como Winston Smith, a fuerza de repetir el discurso del Gran Hermano, terminará creyéndoselo. Y amándole.

Enviado a ECA 13 junio 2025

[1] No leer más allá de la línea 11. Publicado el 11 de abril.

lunes, 26 de mayo de 2025

Experimento o imprudencia

Según un artículo de The Telegraph del 23 de mayo de 2025, el apagón del 28 de abril en España, calificado como "incidente" por la REE, podría haber sido causado por un experimento del gobierno para evaluar la capacidad del sistema eléctrico de integrar energías renovables. Este supuesto experimento estaría relacionado con la preparación para el cierre progresivo de centrales nucleares a partir de 2027. Sin embargo, el gobierno español ha negado rotundamente estas afirmaciones, calificándolas de "bulo" y asegurando que las causas del apagón aún están bajo investigación y se esclarecerán en los próximos meses.

A pesar de la falta de confirmación oficial, hay indicios que sugieren que, en el momento del apagón, la red eléctrica pudo llevar un exceso de energía procedente de fuentes renovables, que no aportan de forma directa la frecuencia ni la inercia necesarias para estabilizar el sistema frente a desviaciones. La presencia de la ministra de Transición Ecológica en la sede de Red Eléctrica de España (REE) media hora antes del incidente podría respaldar la hipótesis de un experimento controlado, aunque también podría tratarse de una coincidencia o de una gestión imprudente por parte del operador.

Un "experimento" implicaría una acción deliberada, lo cual sería grave si se descontroló y causó el apagón, pero podría considerarse un paso necesario para garantizar la estabilidad de la red ante la creciente integración de renovables. La alternativa, introducir renovables sin pruebas previas y esperar que "no pase nada", es aún más grave. Sea como fuere, la falta de transparencia sobre las causas reales del apagón alimenta la especulación y subraya la importancia de esclarecer si fue un experimento fallido o una imprudencia operativa.

lunes, 5 de mayo de 2025

Algo de luz sobre el apagón del 28 de abril.

 El apagón ocurrido el pasado lunes, atribuido por Red Eléctrica Española a la desconexión repentina de dos plantas fotovoltaicas en Extremadura y la subsiguiente pérdida de 15 GW de potencia, ha vuelto a poner de manifiesto las dificultades de gestión que, casi inevitablemente, acompañan a las situaciones críticas. Aunque el origen técnico del incidente parece relativamente fácil de explicar, su trasfondo tiene que ver con la complejidad del sistema eléctrico y las implicaciones, también políticas, de la transición energética.

La energía eléctrica que llega a nuestras casas procede de diversas fuentes: centrales nucleares, térmicas de carbón o gas (ciclo combinado), hidroeléctricas, así como instalaciones eólicas y fotovoltaicas. En cada momento, el operador del sistema, Red Eléctrica Española (REE), decide cuál es la contribución de cada fuente al sistema, teniendo en cuenta su disponibilidad, el coste de generación y otros factores estratégicos o técnicos.

La política energética del gobierno español está orientada a reducir la dependencia de fuentes fósiles y nucleares, favoreciendo el desarrollo de las energías renovables, especialmente la eólica, la solar y la hidroeléctrica. Se trata de una estrategia razonable desde el punto de vista ambiental y económico, pero siempre que se tengan en cuenta las limitaciones técnicas inherentes a estas formas de generación.

La electricidad generada por estas fuentes circula en forma de corriente alterna a través de la red de transporte de alta tensión, gestionada por REE. Esta red opera normalmente a tensiones de hasta 400 kV y con una frecuencia estándar de 50 Hz, que debe mantenerse de forma extremadamente precisa. Las centrales convencionales (nucleares, térmicas, hidroeléctricas) utilizan grandes generadores rotatorios sincronizados con la red, que giran típicamente a unas 3.000 revoluciones por minuto, produciendo de forma natural corriente alterna con la frecuencia requerida. Estos generadores también aportan inercia mecánica al sistema, lo que permite amortiguar de manera automática pequeñas variaciones de demanda o generación.

En cambio, la energía fotovoltaica produce corriente continua, que debe transformarse en corriente alterna con la frecuencia, fase y forma de onda adecuadas. Por su parte, los aerogeneradores modernos producen corriente alterna, pero a una frecuencia variable, determinada por la velocidad del viento. Ambos sistemas necesitan inversores electrónicos que adapten la energía a las condiciones de la red. Este proceso, aunque tecnológicamente resuelto, introduce costes adicionales y no proporciona inercia natural, lo que reduce la capacidad del sistema para reaccionar de forma inmediata ante desequilibrios.

Por este motivo, la estabilidad del sistema requiere mecanismos adicionales, como almacenamiento, control de frecuencia avanzado o inercia sintética. Si el sistema cuenta con una proporción muy alta de energía renovable y carece de suficiente respaldo convencional o mecanismos de compensación, puede volverse más vulnerable a perturbaciones. Esta vulnerabilidad está, casi con toda seguridad, entre las principales sino la principal, causas del apagón.

Dicho esto, y considerando el compromiso del gobierno y de REE con el despliegue de energías renovables y el progresivo cierre de las centrales nucleares, es lógico preguntarse si el mix eléctrico actual garantiza siempre la robustez necesaria para evitar caídas de frecuencia o apagones ante imprevistos. La transición energética es inevitable y deseable, pero exige una gestión técnica rigurosa y realista de sus desafíos.

lunes, 17 de marzo de 2025

Sin título

En una entrevista concedida al diario La Vanguardia y reproducida en el número del pasado domingo, el ministro Oscar López dedica dos páginas a trasladar a los lectores las excelencias de su política al frente del departamento de Transformación Digital y Función Pública. Durante la entrevista, que contiene algunas novedades, el ministro evita meterse en jardines de los que pueda resultarle difícil salir. O, mejor dicho, lo intenta.

El tema escogido por el periódico, aprovechando que se desarrolla en Barcelona el Mobile World Congress, es la inteligencia artificial. Lo que no es óbice para que las entrevistadoras formulen todo tipo de preguntas sobre la política ministerial, el futuro, la ciberseguridad, la incursión gubernamental en telefónica, los bulos, la comunidad de Madrid y su presidenta o el problema, aparentemente ya resuelto, de MUFACE. Dos páginas dan para mucho y el multifacético y locuaz ministro entrevistado no rehúye casi ninguna pregunta.

La entrevista no consigue, ni creo que lo intente, ponerle en aprietos. Una de las primeras preguntas es: ‘Estos días ha habido quien defiende que España tiene la sociedad más avanzada en digitalización ¿Está de acuerdo?’ El ministro reconoce, modestamente, que queda mucho por hacer, pero asegura que España, en ese campo, es mucho más que el cuarto país de la Unión Europea. Y que es el único país de la Unión con un modelo propio de IA, un observatorio y una carta de derechos digitales. Cuestiones estas últimas que, junto con el control de los medios de comunicación para la erradicación de la ‘desinformación’, parecen estar entre las de mayor interés para él.

Sigue diciendo el ministro que el gobierno, ‘a través de la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica, va a invertir, o ha invertido ya, 67 millones de euros, de los fondos europeos, en la empresa Multiverse Computing, de Gipuzkoa’ que ‘hace cuatro o cinco años empezó con la computación cuántica y que ha desarrollado un modelo de comprensión de la IA que reduce la comprensión de los modelos de lenguaje en más del 90%, lo cual supone un ahorro energético del 50%’. La primera aparición de la palabra comprensión habrá que sustituirla, supongo, por compresión y la segunda por tamaño. Estos datos, ciertamente muy ambiciosos, de confirmarse, constituirían efectivamente un hito muy importante, por cuanto el costo energético de la IA es uno de sus principales puntos débiles. 

He buscado Multiverse Computing en la Web y he encontrado una página, en inglés, en la que aparecen referencias, acompañadas de alguna métrica ilustrativa del ahorro ofrecido, al algoritmo de compresión de modelos de IA y también, muy breves, a la utilización de la computación cuántica para el desarrollo de sofisticados algoritmos. En realidad, no se refieren exactamente a computación cuántica, una tecnología que aún está en mantillas, sino a combinarla con la ‘inspirada’ en ella. Todo puede ser, pero se echa de menos algo más de detalle en el tratamiento de esos temas, quizá porque el objetivo de la página es más comercial y publicitario, que técnico o informativo. 

El ministro dice también, remontándose a ‘otras revoluciones tecnológicas’ en las que Europa ha llevado la delantera, que se puede ganar la segunda carrera de la IA. Supongo que se refiere a las dos primeras revoluciones industriales, claramente europeas y más concretamente británicas. Pero ganar, aquí, supone pasar por delante de Estados Unidos y de China, que entonces no estaban en la competición ni, desde luego, llevaban la delantera que ahora llevan. Después Europa perdió por incomparecencia la revolución informática y ha perdido claramente la de la IA, así que ese hipotético primer puesto, aunque sea en una segunda carrera, no está, ni mucho menos, garantizado. 

Enviado a ECA 14032025

 

sábado, 19 de octubre de 2024

Momentos históricos

 

Hace 16 años, en la sala de la Corona de la sede del gobierno de Aragón, presentaron lo que iba a ser ‘el proyecto más grande en Aragón desde los Reyes Católicos’. Sus impulsores, se dijo, ‘habían sabido reconocer la idoneidad del territorio Aragonés’ para desarrollar un proyecto que iba a atraer 40 millones de visitantes cada año, y que consistía en ubicar un enorme conglomerado de hoteles y casinos en el desierto de los Monegros. La proclamada idoneidad de Aragón se debía a la ‘disponibilidad de agua, energía y suelo abundantes’, además de ‘estabilidad política’. El proyecto no salió adelante, pero se había declarado de interés público o se había modificado la legislación para facilitar su puesta en marcha. Nadie, por supuesto, asumió, tras el fracaso, responsabilidad alguna ni dio la menor explicación.
El Heraldo de Aragón del pasado día 15 daba la noticia de la presentación, en el mismo lugar, del proyecto de creación, por un fondo de inversión norteamericano, de un nuevo centro de datos en Calatorao. En principio nada especialmente llamativo; entre Huesca y Zaragoza ya hay tres centros de ese tipo en explotación y, contando este y según el mismo artículo, otros 16 en proyecto, impulsados por Microsoft y otras empresas relacionadas con el sector informático o los fondos de inversión. La presentación tuvo, sin embargo, algunos momentos de 'déjà vu' como, por ejemplo, cuando el presidente dijo que el promotor había ‘sabido reconocer el inmenso potencial que tiene Aragón’, constatando, añadió, que en ‘Aragón contábamos con talento, energías renovables, agua suelo y paz social’. Llevado por el entusiasmo, aunque en esta ocasión sin involucrar a los Reyes Católicos, dijo también que Aragón estaba viviendo un ‘momento histórico’ y anunció la declaración de interés autonómico del proyecto. Las similitudes, por el momento, terminan aquí. Espero.
El presidente aseguró que Aragón iba a superar a Virginia, en Estados Unidos, como sede de estos centros, cosa que, a decir verdad, no parece muy difícil. Virginia no dispone de demasiado suelo libre, algunos enclaves históricos de la Guerra Civil americana han tenido que ser utilizados para instalar los últimos centros, y en algunos sectores del estado empieza a preocupar el agua y la energía comprometidos en esas instalaciones. Ese, el de preocuparnos por el futuro, es un problema que aquí no tenemos.  Aun así, no acabo de compartir el entusiasmo por estas granjas de máquinas, ordenadores, routers, etc., que serán chatarra en pocos años y que, mientras tanto, consumirán recursos, ya veremos si por encima de nuestras posibilidades. Sería mejor intentar, como proponía mi buen amigo Ildefonso García Serena la semana pasada, impulsar la fabricación de chips. O retener y atraer talento para desarrollar los algoritmos que gestionarán los datos base de la IA, ya que tanto, y sin duda tan justificado, interés tenemos ahora por esta tecnología. 
Porque la presencia de los centros de datos en territorio aragonés aporta más bien poco a la digitalización de la comunidad. Los doscientos empleos que se anuncian para después de la terminación de las obras, si finalmente se llevan a cabo, serán empleos de mantenimiento. Electricistas cualificados, probablemente con titulación superior, pero nada más. Los puestos de trabajo relevantes en esta industria seguirán estando en California y otros lugares de Estados Unidos o en Alemania, Reino Unido o Dinamarca. Aquí podemos seguir viéndolas venir, pero hay otras posibilidades. De todo lo que alardeamos, agua, energía…, el talento es lo más seguro. No conviene desaprovecharlo.


Enviado a ECA 25 de Octubre de 2024


viernes, 1 de marzo de 2024

A vueltas con el hidrógeno (natural)

 

La perforación del pozo de ‘hidrógeno natural’ cerca de Monzón empezará en 2024, es decir, este mismo año, con una inversión de 12 millones de Euros. Hidrógeno ‘natural’ que según los participantes en esta rueda de prensa, ‘siempre ha estado ahí’ y que  se obtiene directamente de un depósito subterráneo sin más que perforar en el lugar adecuado. En realidad es algo, la existencia de un depósito de hidrógeno en estado natural, que no parece demasiado probable ni hay demasiados precedentes. Viniendo de otra fuente, no habría más remedio que contemplar todo el asunto con cierta prevención y algo de escepticismo, pero nunca se sabe. También los cincuenta casinos y cuarenta millones de visitantes anuales de Gran Scala, en Ontiñena parecían un cuento y al final…


domingo, 14 de mayo de 2023

Y llegó el hidrógeno...


Átomo de oxígeno huyendo de uno de hidrógeno

Bueno, en realidad lleva mucho tiempo rondando por aquí y poco más se puede decir sobre esta pretendida fuente de energía que, en realidad, no es tal sino sólo una portadora con bastantes problemas. Los procesadores de lenguaje natural capaces de generar respuestas, más o menos ajustadas, a muchas cuestiones, son una fuente de información, quizá más precisa, y desde luego mucho más rápida, que buscadores como Google. ChatGpt y Bing son dos ejemplos de estos procesadores que ya llevan algún tiempo compitiendo y Google Bard la última incorporación, inaccesible desde Europa, a no ser que, VPN mediante, finja uno encontrarse en alguno de los países donde se ha producido el lanzamiento. Estados Unidos, por ejemplo. A propósito del hidrógeno libre y sobre la noticia, reiteradamente aparecida en algún medio de comunicación pero, por el momento, ignorada por las autoridades, cada vez menos propensas a hacer el ridículo, sobre el supuesto hallazgo de una importante bolsa en algún lugar entre Barbastro y Monzón, mantuve un corto diálogo con Bard, cuyas dos últimas preguntas y respuestas son las siguientes:

-         
Can we say, then, that free hydrogen can not be found anywhere on Earth because of high reactivity?


Hydrogen is a highly reactive element, and it will quickly react with other elements to form  compounds. Therefore, it is not possible to find hydrogen free in any place on Earth. 
However, hydrogen can be found in compounds, such as water, methane, and ammonia. These compounds can be found in the atmosphere, in the oceans, and in the Earth's crust. Hydrogen can also be produced artificially by splitting water molecules. This process requires a lot of energy, but it is a clean and renewable way to produce hydrogen. Hydrogen is a promising fuel for the future. It is a clean, renewable, and abundant resource. However, there are still challenges to overcome before hydrogen can be widely used as a fuel. These challenges include the high cost of production and the need to develop safe and efficient ways to store and transport hydrogen.

-          Do you know that a company in Spain pretends to have found a massive deposit of free hydrogen between the cities of Barbastro and Monzon in the northeast of the country?


Yes, I am aware of that. The company is called Helios Aragón, and they are a joint venture between the Spanish oil company BP and the Spanish energy company Axion. Helios Aragón claims to have found a massive deposit of hydrogen and helium in the Pyrenees Mountains, near the cities of Barbastro and Monzón. The company estimates that the deposit contains around 500 billion cubic feet of hydrogen and helium. If Helios Aragón's claims are true, this would be a major breakthrough for the hydrogen industry. Hydrogen is a promising clean energy source, but it is currently very expensive to produce. If Helios Aragón is able to extract hydrogen from this deposit at a competitive price, it could help to make hydrogen more affordable and accessible. However, it is important to note that Helios Aragón's claims have not yet been independently verified. The company has not yet released any detailed information about the deposit, and it is not clear how they plan to extract the hydrogen. It is also possible that the deposit is not as large or as pure as Helios Aragón claims. Only time will tell if Helios Aragón's claims are true. However, if they are, this could be a major step forward for the hydrogen industry. 

Esto no significa nada, en realidad. Afirmaciones tajantes de estos procesadores, sobre todo en cuestiones opinables, puede convertirse en suposiciones o afirmaciones en sentido contrario a poco que se les presione, pero sus respuestas pueden ser una buena base para iniciar una investigación más profunda sobre cualquier tema. Incluso con su colaboración.


jueves, 23 de marzo de 2023

Hinteligencia artificial


 Últimamente los telediarios abren con una o varias mujeres, en la cola de un supermercado, quejándose de una subida continua de los precios que está complicando, aún más, la vida de la clase media. Una clase media que había llegado a creer que los problemas a la hora de la compra eran cosa del tercer mundo. Una de las compradoras se preguntaba que como era posible que estuviera pasando esto. Es posible que parte de la subida se pueda cargar en la cuenta de la inflación, aunque seguramente no toda. Recurrir a la actual ministra de hacienda, que cree que nos gastamos la pensión en los nietos, o a cualquier otro vocero gubernamental o de la oposición, en busca de explicaciones es inútil. Se limitarán a repetir el relato que les hayan construido para explicar la crisis y cuya relación con la verdad es… iba a decir inexistente, pero es mejor decir problemática.


Me decía ChatGPT[1] (chato), que la verdad no es una categoría política, por más que la confianza sea un ingrediente esencial, o eso se decía, de la comunicación entre la administración y los administrados. La verdad, que en general no puede ser identificada unívocamente, y en la comunicación política menos que en ningún sitio, no es más que, acaso, uno de los relatos intercambiables que pretenden explicar este o aquel suceso. Normalmente hay un relato oficial que sirve, al menos durante un tiempo, para explicar acontecimientos como el BigBang, la caída del Imperio Romano, el asesinato de Lincoln, la crisis de los misiles, la caída de la Torre 7 del WTC (Centro de comercio mundial), el hundimiento del Titanic o la eficacia de las medidas anti-COVID, además de algunos de actualidad más inmediata, que no menciono porque ya tengo bastantes problemas. Cuestionar esos relatos y, sobre todo, proponer otro, aunque sea más realista, es propio de negacionistas, terraplanistas y otras gentes de prescindible criterio, con las que yo, por supuesto, no tengo ninguna relación. Pero que un relato no se pueda, o no se deba cuestionar, no quiere decir que no existan relatos alternativos. Casi siempre existen.


Los relatos oficiales, aun cuando contengan algo de verdad, cosa que no es del todo descartable, se reconocen fácilmente por carecer de explicaciones suficientes y también de evidencias contrastables, como me decía chato, pero a propósito de cualquiera de las teorías de la conspiración de las que habíamos estado hablando. Por concretar, le pregunté si no le parecía curiosa la coincidencia entre la lista de banqueros muertos en el Titanic y la de los que estaban en contra de la creación de la Reserva Federal (FED) en 1912. La respuesta de chato, que dio la impresión de haberse puesto de mal humor, fue que, por supuesto, no había ninguna evidencia de que hubiera la más mínima relación entre el hundimiento del Titanic y la creación de la FED. También me dijo que ya sabía él, o ella, que circulaban por ahí teorías de la conspiración relacionando ambas cosas y que difundirlas estaba pero que muy mal. Le di la razón, pareció calmarse y me preguntó si podía ayudarme en otra cosa.


Aun así, hice varios intentos de introducir en la conversación otras teorías, existentes o inventadas. Chato reconoció inmediatamente las existentes, despreció las inventadas y defendió la posición oficial antes de que yo la hubiera cuestionado, en general con el débil argumento de la falta de evidencias que contradijeran el relato, pero sin presentar ninguna, salvo continuas referencias a expertos, en favor de la tesis oficial. Las últimas líneas de la conversación contenían siempre una velada manifestación de disgusto por tener que tratar estos temas. Le pregunté que si se guardaba estas conversaciones y mi nombre. Me dijo que no, pero, por si acaso, le dije que yo, en fin, que yo no… que a ver que iba a pensar... Para terminar, le pregunté si sabía jugar al ahorcado. Jugamos algunas partidas, pero hacía trampas. Escogía palabras inexistentes.


Enviado a ECA 24 de marzo de 2023

[1] Sistema de procesamiento automatizado de lenguaje natural, con el que es posible charlar de casi todo, accesible a través de la página openai.com. En lo sucesivo chato.

miércoles, 22 de febrero de 2023

Cui prodest?

 Como parece que más tarde o más temprano vamos a tener problemas de suministro de gasóleo y gasolina, la Unión Europea ha tomado la iniciativa de prohibir la venta de coches nuevos con motores de combustión, a partir del año 2035, es decir, a 12 años vista. La medida, la declaración, en realidad, es inocua. Lo que vaya a pasar con el mix energético de aquí a doce años es difícil de prever, pero, por lo menos, parece algo más ingeniosa que la de prohibir la importación de gas y petróleo rusos. Sin embargo, en un sector como el de los automóviles, que aún en acusada decadencia, tiene en Europa a varios de los principales fabricantes y proporciona cientos de miles de puestos de trabajo, no acaba de estar claro a quién o a qué beneficia esta ocurrencia. Pero ya lo sabremos. O no.


Porque las medidas gubernamentales, incluso las aparentemente carentes de sentido, se toman siempre en beneficio de alguien. Generalmente del mismo gobierno, pero también de los que sostienen al gobierno, de los amigos del gobierno, o de los que podrían hacer caer al gobierno. En este último tramo podríamos, quizá, entrar las gentes del común, porque el gobierno intentará evitar medidas que puedan molestar mucho a mucha gente a la vez o, lo que es más normal, intentará disfrazar sus ocurrencias para que parezcan destinadas al bienestar de mucha gente o de poca gente, o de un sector supuestamente marginado. En cualquier caso, si el comportamiento del gobierno es excepcionalmente extravagante, la respuesta a la pregunta cui prodest? puede ayudar a entenderlo.


Pongamos por ejemplo las dos o tres leyes, a cuenta de las que ahora andan peleados el gobierno y el gobierno ante la sorna de la oposición y el desconcierto y el aburrimiento de las gentes del común. Estas medidas han sido propuestas por el gobierno y también por amigos del gobierno, tan amigos, que están, pero no parece que estén, en el mismo gobierno. El gobierno cree que las leyes en cuestión le ayudarán a distinguirse del gobierno y a tener una agenda social distinta de la que tiene el gobierno. Además el gobierno, ante el relativamente escaso impacto, ni favorable ni desfavorable, de las últimas medidas de contención de los precios, propone ahora una ayuda directa a las familias de hasta un 14% del importe de la cesta de la compra, pero el gobierno cree que este tipo de medidas son contraproducentes y que habrá que esperar a ver si el cheque de doscientos euros por cabeza, la bajada del IVA y el resto de las medidas ya adoptadas, acaban solucionando algo y moviendo la intención de voto en un sentido favorable al gobierno.


Por otra parte, el gobierno, siguiendo las directrices marcadas por la OTAN, está dispuesto a transferir al ejército ucraniano algunos de sus artefactos de guerra, concretamente un modelo antiguo y ya desahuciado de tanque, de fabricación y patente alemanas, que andan ahora limpiando, municionando y lubricando. El gobierno, sin embargo, se opone a enviar estos tanques, por estropeados que estén, porque cree que lo que habría que hacer es explorar la vía diplomática, antes de vender o regalar armas a una de las partes. Finalmente será la opinión del gobierno la que prevalezca y los tanques saldrán hacia Ucrania, a ver si sirven para algo y a quién. Nuestro flamante alto comisario europeo de asuntos exteriores, el Sr. Borrell, cree que lo que hay que hacer es comprar conjuntamente muchas armas y enviarlas enseguida a los ucranianos, además de mantener e incrementar las sanciones a los rusos con objeto de hundir definitivamente su economía. Habrá que ver si un país con la población y los recursos de Rusia, que cuenta con armas nucleares operativas, va a perder la guerra y dejar que se hunda su economía, algo que no parece que esté pasando, sin celebrarlo con un buen número de fuegos artificiales visibles desde toda Europa.


Mientras tanto y un año después de que empezara todo este carajal, los que ponen los muertos civiles son los Ucranianos. Las armas, tanto las rusas como las de la OTAN, están destruyendo su territorio, ante la impotencia de familias enteras que malviven en refugios improvisados o en el metro, sin acceso a calefacción, agua ni electricidad durante muchas horas al día y esperando que el próximo misil caiga lejos de su casa. O de lo que queda de su casa. Después ya vendrá la reconstrucción, que se repartirán empresas europeas y americanas y quizá también rusas, en proporción al número de bombas que haya aportado cada uno.


Enviado a ECA 24022023

viernes, 30 de diciembre de 2022

Fin de... año

Vi una película, hace unos días, en la que la protagonista, a causa de un accidente dejaba de envejecer, se veía obligada a cambiar periódicamente de residencia y tenía que hacer pasar a su hija por su madre. Otro accidente devolvió las cosas a la normalidad y la protagonista, una vez localizada la primera cana, se casó con el hijo o el nieto de su primer amor y fueron felices y comieron perdices hasta, esto no salía en la película, pero era obvio, que fallecían y descansaban para siempre. Yo hubiera preferido otro final, pero las películas tienen que acabar en algún momento y no pueden gestionar acontecimientos lineales, así que los guionistas optaron por no complicarse la vida y matar a la protagonista, único final que conservaba el orden natural de las cosas y permitía poner la palabra FIN al cabo de la hora y media o dos que duraba la película.

Porque lo natural, efectivamente, es envejecer, con suerte, y, en todo caso, morirse tras un tiempo razonable. A mí lo de no envejecer me hacía, ya no, claro, cierta ilusión, sobre todo por una interpretación, quizá demasiado literal, del viejo proverbio chino que recomienda sentarse a la puerta de casa para ver pasar el cadáver de tu enemigo. Pero si uno envejece, a partir de cierta edad lo que ocurre es exactamente lo contrario. Cada vez que pasas por delante de según quien, sobre todo si está sentado en la puerta de su casa, no puedes evitar preguntarte, ¿qué estará esperando este desgraciado?

En fin, bromas aparte, estamos asistiendo al final del año 2022 de la era cristiana y a punto de empezar el 2023. Digo esto, no porque tenga demasiada importancia, sino porque, en tiempos de tanta incertidumbre como los que nos ha tocado vivir, bien está contar con alguna certeza más, además de la apuntada en el párrafo anterior. Al final del verano cualquiera hubiera dicho que el otoño iba a ser poco menos que un anticipo del apocalipsis, con la inflación desbocada, la guerra en Ucrania transmutada en guerra nuclear mundial y la economía occidental definitivamente hundida, víctima de nuestros excesos y de algún error en el suministro de recursos. Evidentemente, las cosas no han ido, aún, por ahí, y los españoles de a pie, esos para los que dice trabajar el presidente del actual gobierno, han salido pitando a las carreteras, estaciones de ferrocarril y aeropuertos para ocupar, según las recurrentes noticias de todos los medios, el 80, 90% y 100% de las plazas disponibles en hoteles, restaurantes y chiringuitos diversos en los pueblos y las ciudades, el mar o la montaña, con la única condición de estar lejos del lugar de residencia habitual.

Mientras llegaban las vacaciones, nuestra esforzada clase política ha dedicado largas jornadas laborales a legislar sobre las cuestiones más pintorescas, la mayoría de las cuales, cosas de la edad y del poco tiempo que probablemente me quede para disfrutar del país que nos están dejando, me importan más bien poco. Quizá lo más sorprendente sea una ley, no recuerdo el nombre, que supera una de las pocas limitaciones impuestas al poder del parlamento británico. Uno de sus viejos manuales sostenía que el parlamento podía hacer cualquier cosa, menos convertir a un hombre en una mujer. Bah, cosas de los ingleses y de la edad media.

Bueno, pues volviendo a lo del final de año, el caso es que parece que los americanos van a intentar volver a la luna y que lo de la fusión nuclear estará listo, ¡sorpresa!, dentro de -otros- 25 años. Mientras tanto, entre Barbastro y Monzón se va a perforar, según publicaba El Periódico del 18 de este mes, una reserva de hidrógeno puro que, por lo visto, ya se descubrió en los años 60 del pasado siglo y que es, naturalmente, la primera de Europa. El 18, sí, no el 28. Tengan un feliz 2023, mantengan un razonable escepticismo, conserven a los amigos que aún les queden y procuren estar a prudente distancia de los que cantan por las mañanas.

Publicado en ECA 30/12/2022 

lunes, 23 de noviembre de 2020

Y llegó la vacuna... ¿o no?

 Muchos de los que se aventuraron a opinar sobre la evolución del COVID-19, a la vista de sus primeras manifestaciones, han tenido que rectificar y acomodarse, de mejor o peor grado, a las directrices de la OMS que, hay que reconocerlo, no han variado mucho desde que decidieron que nos enfrentábamos a una pandemia global que requería medidas excepcionales. Aunque esté feo citarse uno mismo, no tengo más remedio que reconocer que mi primera impresión, publicada aquí mismo en el mes de marzo o abril, fue que esto iba a durar poco, salvo que hubiera alguien interesado en mantenerlo, añadía para curarme en salud. Evidentemente no estuve muy acertado. 
Treinta y cinco semanas después seguimos con el virus bastante activo y a merced de sucesivas ocurrencias gubernamentales, recibidas, por el momento y con pocas excepciones, con singular estoicismo, que no parecen estar solucionando gran cosa, más allá de permitir a la epidemia seguir su curso apartando, de cuando en cuando, de la circulación los huéspedes necesarios para intentar evitar la saturación de un sistema sanitario cuyas deficiencias, a duras penas paliadas por el esfuerzo de sus profesionales, no resultan menos evidentes por haber reducido a una sola casi todas las patologías posibles, incluyendo aquellas, como el cáncer, que en 2019 mataron en España a más de cien mil personas y que, probablemente, están matando a muchas más en 2020.


Pero no todo son malas noticias. Ya tenemos, dicen, una vacuna a la que se atribuye un 90% de eficacia, lo que supongo que significa que 9 de cada 10 inoculados quedarán, temporalmente, al menos, inmunizados contra el COVID-19. Una vacuna basada en una tecnología relativamente nueva, es decir, que lleva ya unos años produciendo beneficios especulativos a dos empresas de biotecnología, Moderna (2010), en Estados Unidos y BioNTech (2008) en Alemania, asociada esta última a la norteamericana Pfizer, pero no, hasta ahora, un solo resultado tangible. Lo que he entendido, a partir de las explicaciones de una cualquiera de esas dos empresas, Moderna, y BioNTech es que no se trata, como en la vacunación clásica, de inocular una versión atontada del virus para estimular, sin riesgo de contraer la enfermedad, el sistema inmune del organismo, sino de construir, a partir de una cadena doble de DNA, lo que se conoce como un mensajero RNA, de aquí viene el nombre de una de las empresas moderna. Este mensajero, m RNA, contiene las instrucciones necesarias para que los ribosomas celulares construyan o activen las proteínas necesarias para combatir con éxito una determinada enfermedad. De hecho, en las páginas de estas empresas aparece el cáncer, entre otras, como objetivo a batir, por el momento sin éxito, aunque en el caso del COVID lo hayan conseguido, aparentemente, en un tiempo asombrosa y afortunadamente corto.


No es, sin embargo, demasiado tranquilizador que los directores financiero y médico de moderna y el director general de Pfizer vendieran casi todas sus acciones en esas empresas al socaire de la subida provocada por los anuncios de la vacuna, sin esperar a los mucho mayores beneficios que, sin duda, cabría esperar de su comercialización, cuando tal cosa ocurra. Que probablemente ocurrirá, aunque yo, y que el comité de la verdad recientemente constituido no me lo tenga en cuenta, sigo siendo escéptico. No creo que esto, por sí solo, acabe con la civilización y mucho menos con la especie humana, que seguramente ha superado crisis mayores, pero sí que la enfermedad y sobre todo su errática gestión nos complicará y mucho, la vida antes de que esto acabe, sobre todo a los que por edad u otras patologías ya la teníamos complicada de antemano.

Publicado en ECA el 19/11/2020

sábado, 11 de abril de 2020

Más sobre la pandemia


Se ha puesto de moda, en determinados sectores, atacar a Fernando Simón y por extensión al actual gobierno de España,  por haber dicho, en los primeros días del mes de marzo, que la pandemia, según la denominación actual de la OMS, afectaría poco o nada a España. A mí estos ataques me parecen fuera de lugar y ello sin perjuicio de que Fernando Simón me caiga bien y también sin perjuicio de que cualquier gobierno me parezca, de entrada, sospechoso de intentar darme gato por liebre. Y me parece injusto y fuera de lugar porque lo que ningún gobierno y por reducción el director de la oficina de coordinación de alertas, puede hacer en un caso como ese es decir que no tiene ni la menor idea de lo que va a pasar de manera que, entre las dos opciones posibles, que no iba a pasar nada o que esto iba a ser una catástrofe sanitaria, optaron por la primera, que entonces les pareció más probable. Otros, pocos, optaron por la otra con el mismo fundamento, esto es, ninguno y acertaron. Mala suerte para el gobierno y también para Fernando Simón que, a pesar de todo, ha seguido dando la cara para que se la partieran, hasta que la enfermedad lo ha retirado, esperemos que temporalmente, de la circulación. A mediados de marzo el gobierno se quedó sin opciones. Su errónea valoración de la situación inicial y la escalada, magnificada por la OMS, de contagios y fallecimientos, no le dejó otra alternativa, a pesar de su evidente reluctancia inicial, que seguir las indicaciones del organismo, invocar el estado de alarma y declarar un confinamiento más o menos generalizado cuyas consecuencias presumían, parece que acertadamente en este caso,  desagradables como poco, pero que tiene una marcha atrás muy difícil, o en la práctica imposible, hasta que se encuentre una vacuna o un antiviral eficaz.

viernes, 28 de febrero de 2020

Vamos a morir todos


Me disponía a escribir, con algo de retraso, por cierto, mi artículo mensual para el Cruzado cuando he oído la última noticia sobre el coronavirus. Según parece, ya tenemos un afectado en España, bueno, en Cataluña que, por el momento y a pesar de las idas y venidas de los sucesivos gobiernos, sigue siendo parte de España. Yo no sé qué es exactamente lo que hay detrás de esta epidemia o lo que sea, pero, sea lo que sea lo que hay, es casi seguro que no nos enteraremos. No voy a poner en cuestión la reacción de la OMS y de los distintos gobiernos porque, a pesar de las limitaciones que tiene cualquier opinión sobre acontecimientos contra factuales, cabe suponer o al menos resulta arriesgado negar, que una reacción más medida, con menos cuarentenas y menos efectos negativos sobre la economía, hubiera dado lugar a una situación mucho peor que la actual. Sin embargo, 80 mil afectados, menos de 3.000 muertos, un índice de recuperación del 37% y una brusca caída del número de nuevos casos a partir del 13 de febrero permiten, comparando esta epidemia con cualquier gripe normal y sin necesidad de llegar a la de 1918 que se llevó por delante a cincuenta millones de personas, aventurar la posibilidad, siempre presente cuando uno se relaciona con administraciones de cualquier tipo, de que no nos estén contando las cosas como son y ni siquiera como creen que son. La reacción, no ahora sino cuando los muertos se contaban sólo por decenas en una población de mil millones, fue a todas luces excesiva. Que en un país que no se distingue precisamente por su transparencia informativa, su gobierno haya puesto en jaque su economía y la de todo el mundo por algo que no alcanza ni de lejos la morbilidad de una gripe ordinaria, con unas medidas tan espectaculares como construir un hospital en una semana, paralizar fábricas, restringir el transporte de personas y mercancías y concentrar en un espacio limitado a una población en riesgo de millones de personas, es, por no decir otra cosa y por comparación con situaciones similares, algo extraordinario. Supongo, mejor dicho, espero, que en un par de semanas o como mucho de meses, ya nadie se acordará de esto, a no ser, claro, que haya alguien o algo interesado en que no sea así o no tengamos ninguna noticia de interés con la que sustituir a esta.

Publicado en ECA 28/02/2020

lunes, 27 de enero de 2020

El pin parental


Hace unos días tuve ocasión de ver en un cine, que es, por cierto, donde mejor se ve el cine,  una película de 2019 que ha pasado casi desapercibida por las carteleras españolas. De hecho en el cine dónde la vi -uno de esos multicines de Zaragoza que ocupan, con veinte o treinta salas pequeñas y casi inaccesibles para personas con problemas de movilidad, el espacio de aquellos impresionantes y magníficos cines de dos mil butacas, como el Palafox o el Cervantes-la ponían en una sala pequeña y acudió un número muy reducido de espectadores. La película en cuestión es Dark Waters, -aguas oscuras-, del director, para mí desconocido hasta ahora, Todd Haynes. La trama, por demás previsible, es el conflicto, real, iniciado a finales de los años 90 del pasado siglo, por un ganadero de Virginia Occidental, que ve como sus vacas enloquecen y mueren tras la ubicación, en las proximidades de su granja, del vertedero de una gran empresa química. La película permite entender, entre otras cosas, por qué es imposible, o extraordinariamente difícil, que el sistema, constituido por el gobierno y las grandes empresas, se autorregule, por iniciativa propia, para detener o mitigar el deterioro del ecosistema terrestre, abocado a una brusca y presumiblemente desastrosa pérdida de complejidad en un futuro no muy lejano. El caso es, y perdón por el spoiler, que los vecinos del granjero afectado le retiran la palabra y acosan a su familia, que acaba contrayendo cáncer, por haber sacado a la luz las prácticas, a todas luces criminales, de la empresa Dupont de Nemours, que había envenenado las aguas fluviales y subterráneas y lanzado a la atmósfera cantidades ingentes de materias peligrosas y altamente contaminantes durante años. Y eso porque preferían, con mucho, correr el riesgo, incierto, de contraer cáncer u otra enfermedad que el más seguro de quedarse sin trabajo, o perder ventajas y privilegios que dependían, en buena medida, de que la empresa, el mayor empleador de la zona, pudiera seguir obteniendo beneficios llenando el planeta de mierda. Para terminar y sólo después de haber perdido algunos pleitos individuales, la compañía accedió, hacia el año 2008, a llegar a un acuerdo colectivo por unos 300 millones de dólares, aproximadamente la tercera parte del beneficio que obtenía en un año de la comercialización del producto en litigio, conocido como PFOA o C8.  Por cierto que, nada sorprendentemente, el mismo producto se sigue utilizando hoy y por la misma empresa, en la fabricación de bienes de consumo como el politetrafluoroetileno, más conocido como Teflón, que se utiliza, entre otras cosas, como antideslizante para las sartenes. Su eventual prohibición o incluso su regulación dependen de decisiones que el actual gobierno de Estados Unidos no ha tomado ni es previsible que tome, a pesar de que el PFOA se ha relacionado directamente con más de 6 tipos de cáncer. Y ¿qué relación tiene esto con el pin parental?, se preguntarán. Pues, probablemente ninguna, pero, como ha sido el tema estrella de la semana pasada, me ha parecido oportuno traerlo a colación, aunque fuera en el título y utilizarlo para atraer lectores. No lo haré más.

ECA 31/01/2020

sábado, 5 de enero de 2019

17 años y casi dos meses después del 11 de septiembre...

el fiscal de Estados Unidos para el distrito Sur de Nueva York envió la carta que se reproduce más abajo, en respuesta a una petición de The Lawyers' Committee for 9/11 Inquiry, que ha reunido evidencias de la comisión de delitos federales, no perseguidos hasta la fecha, en el WTC (las torres gemelas) el 11 de septiembre de 2001. Entre estos delitos podría estar la voladura con explosivos de parte de la estructura de ambas torres, lo que explicaría la total ausencia de deceleración una vez iniciado el colapso y la caída libre de la parte de las torres situada por encima del impacto de los aviones. La respuesta supone la convocatoria de un gran jurado federal para evaluar la evidencia presentada y formular, en su caso, las acusaciones pertinentes.

Enlaces

1 Entrada relacionada con este asunto publicada en 2009
Architects & Engineers for 9/11 Truth

La carta

BY MAIL
Mick G. Harrison, Esq.
Executive Director
The Lawyers' Committee for 9/11
 Inquiry, Inc.
426 River Mill Road
Jersey Shore,
Pennsylvania 17740

Dear Mr. Harrison:


We have received and reviewed The Lawyers' Committee for 9/11 Inquiry, Inc.'s submissions of April 10 and July 30, 2018. We will comply with the provisions of 18 U.S.C. § 3332 as they relate to your submissions.




viernes, 28 de septiembre de 2018

¿Tiene calor? Queme un bosque.

Torres de refrigeración de la Drax Power Station
El clima está cambiando. Ya ni el primo de Rajoy lo discute. Tampoco se discute, o no mucho, que este cambio es atribuible, en muy buena medida, a la actividad humana y en particular a la emisión de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO₂). Los cambios no tendrían necesariamente que ser negativos, pero no cabe duda de que el nuevo entorno climático está causando y va a causar muchos más inconvenientes que ventajas, aunque alguna parece encontrar la industria turística de sol y playa, que ve como sus temporadas se prolongan casi indefinidamente. Es poco probable, sin embargo, que las recientes inundaciones de la costa este de Estados Unidos, el progresivo y más que alarmante deshielo de los casquetes polares o la pérdida del permafrost siberiano, por citar solo alguno de los efectos más llamativos, puedan ser contemplados desde alguna perspectiva favorable.

En principio, sin embargo, no habría por qué preocuparse. La directiva 2009/28/CE del Parlamento europeo y del Consejo de 23 de abril de 2009, ya estableció una serie de medidas y un complicado sistema de cálculo de emisiones para alcanzar el objetivo de limitarlas primero y reducirlas significativamente después, de tal manera que al menos un 20% de la energía consumida en el año 2020 debería proceder de fuentes renovables, un objetivo que ha sido revisado al alza en enero de este mismo año por los negociadores comunitarios, sin modificar sustancialmente el texto legal.

En el corazón de Inglaterra, cerca de Leeds, hay una planta de producción de electricidad, la Drax Power Station, que genera unos 23 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, según una prudente estimación de la Yale School of Forestry and Environmental Studies. A pesar de eso y de lo escandaloso de sus enormes torres de refrigeración (ver imagen) emitiendo gases a la atmósfera, la empresa pretende que su huella de carbono es prácticamente cero gracias, por una parte, a que ha sustituido el carbón por pellets de madera importados del sur de Estados Unidos y por otra a que un agujero en la legislación europea citada más arriba  permite, con el beneplácito del actual gobierno británico y supongo que, llegado el caso, de los demás gobiernos comunitarios, considerar neutral, es decir, sin huella apreciable de carbono, la quema de la madera procedente de la tala de árboles.

Pero, como sucede cada vez con más frecuencia, las cosas no son exactamente como nos las cuentan. De lo que realmente se trata es de encontrar alguna forma creativa de elaborar la contabilidad para justificar la quema de los bosques y alcanzar, nominalmente, un objetivo para el que otras fuentes, estas sí renovables como el viento y el Sol, resultarían claramente insuficientes. Y si de paso y por casualidad, se favorecen los intereses a corto plazo de las industrias madereras norteamericanas, las europeas están aún afilando las motosierras, tanto mejor. Los ecologistas y no sólo ellos sino también un número importante y creciente de científicos se han dirigido al Parlamento Europeo para intentar poner fin a una fantasía que va a poner en riesgo los bosques de medio mundo primero y de Europa después. He aquí, en cursiva, algunos fragmentos de la carta (el original en inglés puede encontrarse aquí).

‘A los miembros del Parlamento Europeo,
Aprovechando que el Parlamento Europeo avanza, encomiablemente, para ampliar la directiva sobre energías renovables, instamos encarecidamente a sus miembros a enmendar la actual Directiva para evitar un daño creciente a los bosques del mundo y la aceleración del cambio climático. El fallo en la directiva radica en las disposiciones que permitirían a los países, plantas de energía y fábricas reclamar créditos de cumplimiento de los objetivos de energía renovable, talando árboles deliberadamente para quemarlos y obtener energía. La solución pasaría por restringir la biomasa forestal elegible para combustión exclusivamente a residuos y desechos.
…..
Incluso si se permite que los bosques vuelvan a crecer, el uso de madera recolectada deliberadamente para quemar aumentará el carbono en la atmósfera y el calentamiento durante décadas y siglos, como muchos estudios han demostrado, incluso cuando la madera reemplaza el carbón, el petróleo o el gas natural. Las razones son evidentes, independientemente de si el manejo forestal es o no "sostenible". La quema de madera es ineficiente y, por lo tanto, emite mucho más carbono que la quema de combustibles fósiles por cada kilovatio hora de electricidad producida. La recolección de madera también deja algo de biomasa para proteger los suelos, como las raíces y las ramas pequeñas, que se descomponen y emiten carbono. El resultado es una gran "deuda de carbono". Que vuelvan a crecer los árboles y prescindir de los combustibles fósiles puede finalmente cancelar esta "deuda de carbono", pero solo después de mucho tiempo. En general, permitir la cosecha y la quema de madera con arreglo a la directiva transformará las grandes reducciones, que de otro modo quizá se lograrían a través de la energía solar y eólica, en grandes incrementos del carbono atmosférico para 2050.
….
Las implicaciones adversas no solo para el carbono sino también para los bosques y la biodiversidad mundiales también son grandes. Se necesitaría más del 100% de la cosecha anual de madera de Europa para suministrar solo un tercio de la energía renovable prevista en la directiva. Debido a que la demanda de madera y papel se mantendrá, el resultado será una mayor degradación de los bosques en todo el mundo. El ejemplo que Europa daría a otros países sería aún más peligroso. Europa ha alentado adecuadamente a países como Indonesia y Brasil a proteger sus bosques, pero el mensaje de esta directiva es "corten sus bosques siempre que sea para producir energía". Si se anima a los países a invertir en semejante despropósito, después puede ser imposible corregir el error.’

No es la primera vez que los bosques europeos se encuentran en peligro. La construcción de los barcos ingleses que aseguraron el Rule Britain sobre los mares y también la de los barcos de la flota española enviada por Felipe II para acabar con la reina Isabel -que acabaron bajo las aguas del canal de la Mancha-, se hicieron a costa de los bosques de entonces. Los bosques ingleses se recuperaron con la llegada de los buques de hierro y la utilización del carbón y después el petróleo como fuentes de energía, pero, a título de ejemplo, los Monegros (montes negros, por su población de sabinas y pinos negros) quedaron desiertos para siempre y parte de su capa de tierra vegetal, arrastrada por las lluvias y los ríos, es hoy territorio catalán en el Delta del Ebro. Quizá deberíamos reivindicarlo. Ahora volveremos a quemar árboles, no creo que la carta sirva para nada, y seguiremos aumentando la deuda, que ya es impagable, contraída con un futuro que no es el nuestro pero que está cada vez más cerca.

En fin, que más que homo sapiens, como nos autodenominamos, somos como mucho, algo espabilados y bastante pícaros, pero incapaces de aprender de nuestros propios errores y pendientes sólo de nuestros intereses particulares, no los de la especie, a muy corto plazo.

No hay día que no me pregunte qué hubiera sido de nosotros y de este planeta si fuéramos tan listos (sabios, en realidad) como creemos o como parece desprenderse de algunos curriculums. O sólo la mitad.

Publicado en ECA el 28 de septiembre de 2018


lunes, 18 de agosto de 2014

In God We Trust (por que lo que es en estos...)

El ministerio de sanidad dice ahora que el ciudadano nigeriano, supuestamente afectado por el virus del Ébola en Alicante, padece en realidad otra enfermedad que será tratada adecuadamente y que por lo visto ni es infecciosa, ni contagiosa ni nada. ¿Quiere esto decir que el hombre no tiene el Ébola? Desde luego que no. Quiere decir que lo que creen más conveniente -para evitar el pánico, para no perder votos, para dar mejor imagen o simplemente para seguir con la inveterada costumbre de soltar lo primero que se les ocurre si creen que es lo que la gente quiere oír- es decir lo que han dicho. Que puede que, además y circunstancialmente, coincida, aunque sea por los pelos, con la verdad, pero eso, desde luego, no tiene la menor importancia ni estaba entre los objetivos del portavoz gubernamental. En este país nadie, en su sano juicio, cree que tenga por que haber ninguna relación entre los hechos y lo que dicen los que están en este gobierno y en mayor o menor medida, en cualquier otro hasta Recaredo. Por lo menos. Y no sólo por las razones antedichas sino también por pura y simple ignorancia. No saben nada de economía, ni, por supuesto, de las leyes que rigen las transformaciones energéticas imprescindibles para hacerla funcionar, no comprenden las leyes que rigen los mercados financieros y sin embargo están convencidos de que son poco menos que la verdad revelada y tampoco son capaces de evaluar las consecuencias de sus actos u omisiones salvo en términos electorales y muy a corto plazo. El número de variables que pueden manejar para tomar decisiones vitales no van más allá de las imprescindibles para saber si sus intereses personales o los de sus amigos o padrinos se van a ver afectados y en qué medida. A pesar de todo, esto ha seguido funcionando porque los recursos, limitados, para sostener esta ficción se han extraído mucho más deprisa de lo que la Tierra podía reponerlos tomándolos a crédito de un futuro que se presuponía lejano y sobrado de todo. Pero tampoco eso era cierto.El futuro está a la vuelta de la esquina y sin nada que prestar y los recursos necesarios para restituir lo que nos prestó no aparecen por ningún lado. Pero seguimos,  parafraseando a Ortega, sin saber lo que pasa. Y eso es lo que nos pasa.


jueves, 13 de marzo de 2014

Creced y multiplicaos


'Creced y multiplicaos', dicho en un planeta redondo y con recursos limitados y a gentes de no muchas luces, ha resultado ser, a largo plazo, una solemne tontería. Y que dios, si fue él el que lo dijo, me perdone. Hay quién atribuye la responsabilidad de la catástrofe que se nos viene encima a Bush, Obama, Rajoy, Berlusconi, ZP o Aznar pero ni ellos ni ninguno de sus colegas son, en sentido estricto, realmente responsables. Es posible que alguno de ellos pudiera ser procesado por ladrón o por mentiroso y más de uno por imbécil o por idiota, si la idiotez fuera punible que, por suerte para tantos y tantas tontos y tontas, aún no lo es, pero ninguno de ellos ha tenido nada que ver con un problema que hunde sus raíces en la imposibilidad física de sostener aquel 'creced y multiplicaos' más allá de unos pocos milenios. Nuestros problemas actuales los provocan la escasez de recursos, la degradación acelerada del medio, como consecuencia del uso irracional de esos recursos y la incapacidad para comprender las letales consecuencias de un crecimiento exponencial de cualquier magnitud.