jueves, 23 de marzo de 2006

Alto el fuego

Este chico tiene suerte. A pesar de que su discurso es plano y algo cursi y sus iniciativas bastante discutibles desde un montón de puntos de vista, da la impresión de que se va a mantener en el poder por algún tiempo. No parece que el actual presidente del mayor, y en la práctica el único, partido de la oposición, un hombre aparentemente más sólido, represente ningún problema a corto plazo. Sus conmilitones, aún encandilados por el supuesto buen hacer del anterior presidente del gobierno, un hombrecillo insignificante pero lo bastante complejo como para confundir a uno y otros y controlar a los más extremistas de su partido, le están obligando a ir por un camino que, probablemente no sea el suyo y en el que no se siente nada cómodo, con lo que su rendimiento es muy inferior al que cabría esperar de alguno de sus brillantes discursos parlamentarios. Por otra parte la prensa está, mayoritariamente, del lado del gobierno que tiene intereses coincidentes con los periódicos más importantes de Madrid y Barcelona. La emisora de radio de los obispos y el diario de PJ, sobre todo la primera, reparten bastante leña pero con un estilo zafio que, si bien les sirve para mantener un público fiel en demanda permanente de sangre, les impide captar nuevos adeptos. Pero tanto los amigos como los enemigos dedicaron todo el santo día de ayer a dar la lata con el alto el fuego, bastante condicionado, anunciado por los majaderos de la chapela, a los que el anterior presidente del gobierno llamaba Movimiento de Liberación Nacional Vasco, cuando intentaba congraciarse con ellos. Y el mensaje subyacente era que, finalmente, el chico este tenía razón y el camino emprendido, e incomprendido por la derecha cavernícola, la radio de los obispos y algunas asociaciones de derechohabientes de víctimas de los de la chapela, era el correcto. Cinco puntos más en la próxima encuesta de intención de voto. Aún suponiendo, que no es mucho suponer, que yo no le vote.

domingo, 5 de marzo de 2006

Al cine

Foto A. H.
Hasta cuatro cines llegó a haber aquí. El Coliseo se cerró hace muchos años. El Principal, una pequeña joya en sus buenos tiempos, aguantó algo más, después de haber sido transformado por sus propietarios en algo más parecido a un garage que a un cine. El Argensola está siendo derribado en estos días, víctima de la aluminosis, la piqueta y la incuria de sus propietarios y del ayuntamiento. Queda sólo el cine Cortés, tan lamentablemente restaurado como el Principal y por los mismos propietarios, destartalado y sucio, que gestiona una empresa leridana y se está quedando sin público. Una pena.

Joaquín Costa en el antiguo Teatro Principal