miércoles, 12 de mayo de 2010

Apagando la luz...

Me ha escrito mi amigo Rubén para decirme que había entrado ya un par de veces, al menos, en este blog, para ver que pendejadas, puede que en realidad haya dicho pelotudeces tenía yo que decir ahora de las medidas del gobierno que, en su opinión, demuestran que el presidente tiene lo que hay que tener y está dispuesto a enfrentarse con los sindicatos y con quién sea para levantar el país. Mi amigo Rubén, creo que ya lo he dicho, es argentino y en Argentina tienen un sindicato, la CGT, aliado tradicional del peronismo, que quita y pone presidentes sin despeinarse y que está metido, de hoz y coz, en todos los casos de corrupción que afectan, desde hace años, a la política y a la economía argentina. Por eso a Rubén le entusiasma ver a un Gobierno enfrentarse a los sindicatos, como le indigna ver  a un juez, como Garzón, perseguido porque, eso piensa Rubén, se está enfrentando a los militares y la extrema derecha al investigar ejecuciones, desapariciones y otras macanas de la interminable dictadura del general Franco. La verdad es que, después de oir esta mañana la presentación de las medidas de austeridad y el posterior debate en el Congreso, se me ocurre más de una pelotudez pero, sobre todo, me invade una sensación de aburrimiento, de dejá vu, junto con la persistente impresión, eso no es de ahora,  de que esto ya no tiene remedio. El gobierno, en realidad su presidente,  ha hecho lo que han dicho o lo que le ha parecido la opción menos problemática y más directa, para contentar, hay quien diría obedecer, pero el matiz es lo de menos, a los avalistas de la deuda pública española y no perjudicar a la banca, que le ha sacado, recientemente, de un serio apuro en relación con esa deuda, confiando, además, en que podrá calmar –convencer- a los sindicatos como los ha convencido –calmado- otras veces. Pero de momento, ha dejado, y es una pena,  la triste impresión de que sus compromisos, no valen, más por inconsciencia que por mala fe, el papel en el que están escritos. Y por si todo esto fuera poco, hemos tenido que ver a Rajoy y al Partido Popular, de paladines de los derechos de trabajadores y pensionistas.

Europa ha prometido que pondrá 500.000 millones de euros encima de la mesa, para garantizar a los eventuales tenedores de deuda pública, española sobre todo, que, pase lo que pase, recuperarán su dinero y para  ganar algo de tiempo para la economía española, pero no ha sido, claro, a cambio de nada o a cambio de más promesas. Ya no podemos seguir viviendo como unos jubilados de lujo mientras los que trabajan, los que investigan, los que fabrican y los que cultivan los alimentos que nos comemos están en Asia, en América o en África y viviendo peor que nosotros. La fiesta ha terminado y cuanto antes nos hagamos a la idea y empecemos a intentar vivir en consecuencia mejor.  Zapatero ha ignorado esta crisis todo el tiempo que ha podido, esperando que se arregara sola y todavía sigue creyendo, o fingiendo que cree, que en poco tiempo volveremos a estar como antes. Pero no es así. Nunca volveremos a estar como antes.  Y en cuanto a Garzón, querido Rubén, pues no sé que decir. A mí me ha parecido siempre un poquiyo fantasma, pero me preocupa, por lo que puede suponer de precedente y de aviso para navegantes, que lo empapelen por sus investigaciones en los casos Gurtel y de la Memoria Histórica, de la misma forma que me parece bien que le toquen un poco las narices por el asunto del Banco Santander y los cursos en NY financiados por Botín. En fin, que todo parece muy confuso pero, en definitiva, es la misma mierda de siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario