Mucha escalera, mucha cámara de vídeo, mucha luz y mucho espacio -vacío- para albergar los fondos del viejo y pequeño, museo diocesano de Barbastro -y los que aún están el Lérida-, en un entorno más adecuado. Da la impresión de que esperan muchas visitas y piensan contar con mucha gente para atenderlo. También hay espacio, un par de salas enormes, para los archivos municipal y diocesano, biblioteca, un pequeño escenario y para las oficinas del obispado y la residencia del obispo.