sábado, 27 de febrero de 2010

El milagro del hidrógeno

Esta semana, en la última página, el semanario local publica un artículo(*) titulado El hidrógeno hará posible la tercera revolución industrial, que resume, o extracta, una entrevista con un joven ingeniero industrial barbastrense que participa en un equipo de 'Fórmula Zero', una suerte de competición para coches con cero emisiones (de gases de combustión), con un coche llamado Milagritos que sólo emite vapor de agua y que parece utilizar hidrógeno, una fuente conductora de la electricidad, como combustible. El entrevistado sitúa, al hidrógeno, al final de una cadena, de la que también forman parte el carbón y el petróleo y vaticina que dará lugar a la tercera revolución industrial. En cuanto a la forma de obtener hidrógeno sin necesidad de ir al Sol, el lugar más próximo dónde se encuentra libre y en cantidad suficiente, a buscarlo, se trae a colación el supuesto buen posicionamiento de Aragón como productora de Energía. Aunque no lo dice exactamente así, parece que, de lo que se trata, es de aprovechar la exposición al sol y al viento de gran parte del territorio aragonés para transformar en electricidad la energía solar y eólica y obtener después hidrógeno por electrolisis, o algún otro proceso en el que no intervengan los combustibles fósiles, que el autor da ya por amortizados y prescindibles. Lanzados ya a toda marcha por la pendiente ecológico - nacionalista y localista descubrimos que hoy técnicamente es posible la utilización de energías no contaminantes y que todos los vehículos deberían ser eléctricos... En este aspecto Barbastro sería un enclave estratégico para el abastecimiento de hidrógeno (sic). Por el momento parece que sólo hay, en el mundo seis (6) coches milagrosos, diseñados por distintas universidades que coinciden en manifestar su interés, preguntando cosas, por Milagritos que, por cierto y a modo de aval se nos cuenta que ya ha aparecido en un programa de televisión, llamado 'el hormiguero', sobre cuya seriedad o credenciales científicas no puedo opinar.

El artículo no es demasiado relevante, al menos desde el punto de vista de la energía, pero lo traigo a colación en este blog porque utiliza algunos tópicos muy extendidos, que contribuyen a la desinformación generalizada en un tema tan sensible como este. El hidrógeno puede ser útil para almacenar, por el momento con bastantes problemas, la energía eléctrica producida por fuentes más o menos renovables, posibilidad a la que, probablemente, quiera hacer referencia la expresión, fuente conductora de la electricidad, utilizada en el artículo y que, en otro caso, no tendría el menor sentido, pero esto lo convierte en una portadora de energía y no lo coloca, ni de lejos, en pie de igualdad, desde el punto de vista energético,  con el carbón o, sobre todo el petróleo, que es enegía primaria, concentrada, abundante, al menos hasta ahora y relativamente fácil de usar, transportar y almacenar. Además, la mayor parte del hidrógeno que actualmente se produce proviene directamente del petróleo o el gas natural (metano) o utiliza el petróleo como fuente de energía para su obtención. Prototipos de coches movidos por hidrógeno hay muchos, seguramente más de seis y proyectos de comercialización de coches eléctricos tampoco faltan. En el 2004 y en Figueruelas, sin ir más lejos, se presentó el Hydrogen3, un coche movido por hidrógeno, con las mismas o parecidas virtudes que Milagritos, aunque no era un coche de exhibición o competición, sino que iba a empezar, supuestamente, a producirse industrialmente y a comercializarse en el 2010. No parece que las cosas vayan por ahí, aunque aún estamos en febrero, sino que, por el momento las esperanzas de Opel y de casi todos los fabricantes siguen puestas en los coches de gasolina y nada se sabe de la suerte que ha corrido el proyecto ni, por supuesto, de la extraordinariamente compleja infraestructura de almacenamiento y abastecimiento que habría que montar para que este tipo de vehículos fuera viable.

Creo que está muy bien que se investigue, que se juegue con cochecitos milagrosos, que se compita y que se mantenga el objetivo de prescindir, en su momento, de los combustibles fósiles. Es algo que probablemente habrá que hacer, por las buenas o por las malas, antes o después, pero no creo que sea buena idea dar por sentado que el hidrógeno va a solucionar todos los problemas en la hipótesis, de ninguna manera improbable, de una escasez de combustibles de origen fósil. Sobre todo porque eso, de momento, está lejos de ser una realidad. Las energías llamadas renovables, altamente dependientes también del petróleo, suponen sólo una ínfima parte de la energía consumida y proporcionan, en todo caso, electricidad pero no combustibles líquidos que son los que sostienen el 95% de la economía globalizada y siguen siendo la principal fuente de energía para todos los usos. Ahora, hace cien años y en cualquier futuro previsible, hasta que se acabe o hasta que aprendamos a vivir sin ellos. No es un problema de cantidad. Es un problema de concentración de energía.

(*) En cursiva, citas literales del texto del artículo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario