miércoles, 26 de octubre de 2016

Apertura del curso 2016 en la UNED de Barbastro. Discurso del Director.

 Bienvenidos a este acto que tiene lugar regularmente en el mes de octubre de cada año y que, como todos los actos de carácter más bien protocolario, puede, ocasionalmente, parecer prescindible y no les voy a ocultar que esa sensación, la de que es prescindible, me invade casi todos los años. Pero, sin embargo yo creo que son varios los motivos que aconsejan reproducir, año tras año, en este y en todos los centros de esta Universidad, el acto de apertura de curso. En primer lugar la Universidad, donde se crea, se conserva y se difunde conocimiento, es un lugar propicio para las solemnidades y la apertura de curso es un acto tradicionalmente solemne. Por otra parte, es esta una ocasión y esto también me parece importante, para dar cuenta, aunque sea de forma somera, de la actividad desarrollada por el Centro durante el pasado curso. 

Digo somera porque además del formato que aquí utilizamos existe y está a disposición de patronos, alumnos, tutores y público en general, tal como exige la legislación vigente en materia de transparencia, una memoria escrita y la posibilidad de ampliar la información contenida en ella sin más que acudir a la Secretaría del Centro o de la Fundación.  

Por supuesto hay una actividad que se superpone a las demás y es la académica. Y en este acto se hace más visible, con la colaboración del grupo de alumnos que, en representación implícita de sus compañeros, han recogido un diploma que acredita la finalización de sus estudios en este Centro.

La lección inaugural, la parte central del acto,  es un poco como el recuerdo de lo que se está perdiendo con toda esta eclosión tecnológica que facilita el contacto con entre alumnos y profesores y el acceso a cantidades ingentes de información, más o menos contrastada, pero que parece hacer cada vez más prescindible el recurso a las bibliotecas y a la transmisión oral  que es, después de todo y al menos en buena parte, el origen del conocimiento que conforma esta sociedad que, precisamente, llamamos del conocimiento. Procuramos que la lección tenga además el carácter de magistral y para ello, este año, hemos invitado al profesor Guillermo Fatás que ha traído a colación, magistralmente, un interesante episodio de la vida del Rey Fernando II de Aragón, más conocido como Fernando el Católico, de cuya muerte se celebra este año el 500 aniversario. Este es un buen momento para agradecerle la lección cuya calidad e interés dábamos por supuesto pero que no por ello nos ha resultado menos interesante y formativa.

Inauguramos el curso este año en un entorno socioeconómico y político complicado y confuso, aunque, a lo que parece, lo único que hacía falta para salir de tanta confusión es un gobierno sancionado por el Congreso, que aún no tenemos pero que tendremos el domingo si nada se tuerce. Un gobierno que, siguiendo instrucciones superiores, tratará una vez más de acomodar nuestro modo de vida a nuestras posibilidades lo que quiere decir que los problemas financieros que tradicionalmente han afectado a nuestra universidad y al resto del sistema español de educación superior, se verán agudizados lo que tendrá, una vez más, la virtud de obligarnos a agudizar el ingenio

Pero, al margen de esos problemas, de los que ya nos preocuparemos cuando se presenten, si se presentan, el Centro de Barbastro encara el nuevo curso con cierto optimismo. Porque el Centro induce, de alguna manera, un apreciable progreso social en su entorno, al menos mientras siga contando con su principal fuente de energía, sus alumnos y también con sus profesores y su personal, sin que, por el momento se aprecien caídas en la matrícula, ni en el número de egresados que han accedido en esta Universidad a un título superior. El centro sigue desarrollando una importante actividad de extensión universitaria entre la que destaca, por su importancia en el proyecto global de formación a lo largo de toda la vida,  la que lleva a cabo la Universidad para mayores, en colaboración con la Universidad de Zaragoza en las tres sedes de Barbastro, Fraga y Sabiñánigo. 

Este moderado optimismo, no debería ser óbice para que la Universidad en su conjunto reconozca que puede estar en una fase no terminal, desde luego, pero sí muy complicada y continúe trabajando para adaptar su modelo y también su oferta educativa, que necesita una urgente puesta al día, a las demandas de la sociedad que evoluciona con mucha mayor rapidez que sus instituciones, representada a estos efectos no sólo por los alumnos matriculados en los estudios regulares de la Universidad sino también por todos aquellos que acuden a la UNED en busca de la formación, la información o los recursos que las instituciones públicas ponen a su disposición a través de sus centros. 

Quiero recordar aquí a los que nos han dejado en este último año, A María Jesús, a Ángel y a Alejandro que han fallecido y a Miguel, que se ha jubilado. Y desear a los alumnos y exalumnos el mayor de los éxitos en sus estudios y en su vida profesional.

 

martes, 4 de octubre de 2016

Despedida laboral. UNED Barbastro

 La jubilación de Miguel es la tercera de las que se producen por razones de edad y la primera de uno de los dos trabajadores que empezaron, empezamos, esta aventura en el verano de 1983. La UNED de Barbastro ha cumplido, pues 33 años y tres meses, que es también el tiempo que lleva Miguel en la institución.

Miguel ha tenido la “suerte” de formar parte de la casa en una etapa de continuo crecimiento, en una época en la que el crecimiento ha sido una especie de obligación para cualquier ente o empresa y en general para cualquier economía. Una etapa en la que crecer ha sido, además,  relativamente sencillo porque empezamos de cero y las otras alternativas, permanecer como estábamos o ir hacia abajo, sencillamente no existían y como no existían, no nos las planteamos.

Empezamos a crear, de la nada, un centro de la UNED sin saber muy bien lo que era y sin que las instrucciones que llegaban de Madrid nos sacaran de muchos apuros. También es verdad que, por entonces, el nivel de intervención de la sede central era meramente testimonial, la comunicación difícil y durante largos períodos de tiempo inexistente y la autonomía de funcionamiento casi total aunque supeditada a la mayor o menor disposición de las entidades promotoras para facilitar los recursos necesarios. Compramos una máquina de escribir capaz de guardar en memoria tiras de unas pocas decenas de caracteres, todo un adelanto para aquellos tiempos y conseguimos un computador HP, sin eñes ni acentos ni otras aplicaciones que las que nosotros mismos escribimos, con el que empezamos a trabajar y creamos la primera base de datos de que se tiene noticia en la UNED. Compramos también un montón de aparatos para el departamento de medios audiovisuales. Eran tiempos, como estos, en los que el dinero para inversión, que no comprometía aportaciones futuras, llegaba con más facilidad que el destinado a gasto corriente.

Llegó más gente, nos metimos cada vez más profundamente en el lío de la informática  con la librería, la biblioteca y un montón de pequeñas utilidades más. Y la gente que iba llegando era cada vez más joven mientras nosotros íbamos haciéndonos mayores y más o menos respetables.

Miguel ha sido, como empleado público, un hombre multitarea. Algo que, ahora mismo, ya no es muy fácil de encontrar. Fue multitarea en tiempos en los que las tareas a acometer eran muchas y el personal disponible escaso. Creo que ha llevado casi todos los negociados del centro, desde las cuentas, pasando por la librería, la gestión de las compras de los edificios en los que ahora se asientan las nuevas instalaciones de la UNED, las complicaciones administrativas de la gestión de personal… y en todos los casos ha hecho su trabajo con dedicación, con eficiencia y sin llamar la atención. Bueno, esto no significa que lo haya hecho en silencio porque Miguel es un hombre locuaz que siente la necesidad de explicarse pero eso no es necesariamente malo. Bromas aparte y por lo que a mí respecta, Miguel ha sido una persona, más que un trabajador, con el que siempre se ha podido contar sin que por eso haya dejado de plantear las cosas como creía que había que plantearlas. No sé si yo habré estado a la misma altura y más allá de las palabras si él habrá podido contar conmigo como yo he podido contar con él. Espero que sí pero estas cosas no son siempre como deberían ser.

En fin, Miguel. Por abreviar. Ahora que te vas, tengo que decirte que dejas un hueco importante. Treinta y tres años son muchos años, aunque los dos años de contrato de relevo con jornada reducida, como nos está pasando ahora con Faustino, han suavizado la salida pero al final e inevitablemente, tu relación laboral con esta casa ha terminado. En mi caso, decir que espero que sigamos siendo amigos es una obviedad, porque ya lo éramos antes de 1983 y no ha pasado nada, espero, que impida que lo sigamos siendo, al margen ya de una relación de trabajo que termina hoy. Que disfrutes de la tercera edad y si vienes por aquí, aquí estaremos. Bueno, según lo que tardes igual algunos ya no, pero la mayoría seguro que sí. Y ahora si quieres decir adiós, tienes la palabra.


martes, 20 de septiembre de 2016

en la despedida de María Jesús y Ángel (Huesca, cerca de la Carbonería, septiembre 2016)

 

Hablar aquí de María Jesús y de Ángel es fácil. Es hablar a un público convencido. Nada de lo que yo pueda decir va a modificar vuestra opinión sobre ellos, pero creo que algo hay que decir. La relación entre la UNED de Barbastro y María Jesús se ha prolongado a lo largo de treinta y tres años y lo que en la UNED se ha hecho y lo que la UNED ha significado en relación con el arte, entendido como compromiso social, como manifestación de la belleza y de la capacidad humana para expresarse mediante la belleza no hubiera sido posible sin ella y sin otra persona también tristemente desaparecida, la entonces Secretaria, Gloria Moreno. Su compromiso y su interés por acercar el arte a la gente más joven y por despertar su interés hizo que la sala de exposiciones de la UNED estuviera siempre repleta de estudiantes, Ángel era un matemático raro, valga la redundancia. De esos que se empeñan en que para resolver la ecuación de segundo grado hay que completar cuadrados y no recurrir a la clásica y por otra parte comodísima formulita. De los que creen que hay que pensar y que antes de hacer las cosas hay que saber por qué se hacen. Era un hombre preocupado por la pedagogía y por entender el mundo en el que vivía. Con los dos ha mantenido la UNED una fructífera relación a lo largo de los años. Pero María Jesús y Ángel tenían una extraordinaria capacidad, la de convertir en amigos a la gente con que trabajaban y colaboraban. Por eso, una relación cuya manifestación física terminó con el desgraciado accidente de la noche del martes, seguirá durante mucho tiempo en la memoria de los muchos amigos que dejan.

Descansen en paz.


sábado, 5 de marzo de 2016

Así lo veo yo (con perdón)

En una semana pueden ocurrir, como de hecho están ocurriendo en esta, muchas cosas. Cosas que configurarán el futuro en formas que seguramente ahora no sospechamos y cosas que son una consecuencia, que ahora parece  inevitable, de acontecimientos del pasado. La civilización, que hemos construido en poco más de un millón de años de los más de 4000 que tiene el planeta que habitamos, ha alcanzado niveles de complejidad tales que hacen cada vez más difícil la tarea del analista político, el experto en casi todo o el simple enteradillo de barra de bar que, más o menos, suelen tener el mismo éxito en sus predicciones. Pero ya casi nadie se sorprende de nada y todo el mundo les da a los pronósticos, ya sean sobre la evolución del clima, la economía o la política española o estadounidense, el valor que tienen, escaso, sin exigir mayores responsabilidades a sus autores. De la misma manera los políticos pueden sostener o pretender que sostienen, en cualquier momento, posiciones inamovibles que serán modificadas sin que nadie aprecie en ello más que la necesaria flexibilidad ante una situación y unos supuestos que cambian con desconcertante celeridad. En este entorno, cualquiera, como yo que no soy analista ni paso por experto en nada, puede permitirse especular sobre lo que va a ocurrir en las próximas semanas o meses. Por ejemplo, si alguien, no es el caso, me preguntara, yo diría que no habrá nuevas elecciones y que el próximo presidente del gobierno, aunque quizá no por mucho tiempo, será Sánchez y que lo será con el apoyo explícito de Ciudadanos y el implícito de Podemos, que no puede arriesgarse a someter a evaluación pública la tosquedad exhibida por su líder en la pasada sesión de investidura. Y si no es así será de cualquier otra manera, pero creo que considerarán y si es el caso, ensayarán todas las opciones posibles para evitar unas nuevas elecciones que, de momento y por unos días al menos, les dejarán sin los sillones y los privilegios que apenas han empezado a disfrutar. Por si hubiera alguna duda ya han dejado claro, unos y otros, que están dispuestos a prescindir de sus proclamados principios, en el mejor estilo marxista, de Groucho Marx, sin el menor escrúpulo con tal de seguir en el poder o alcanzarlo. Mientras escribo esto me llega la noticia de que la segunda votación ha dejado las cosas como estaban y que Podemos ha mantenido su negativa a apoyar a Sánchez tal como estaba previsto. Bueno, no importa. Quedan dos meses antes de que se disuelva el parlamento. Ya veremos qué pasa de aquí a entonces pero si yo fuera uno de ellos, de los que tienen que buscar una salida a esta situación, procuraría solucionarlo antes y evitar, en todo caso, unas nuevas elecciones. La gente está harta de discursos vacíos, de insultos y descalificaciones de ida y vuelta y del poco edificante espectáculo de lo que, cada vez más, se presenta como una descarnada lucha por el poder y nada más y puede acabar abominando de esta forma de hacer política pero no para sustituirla por el modelo de democracia ateniense, por ejemplo, en el que los gobernantes se elegían por sorteo y que no es más irracional que el que tenemos ahora, sino por algo peor, no sólo que el modelo ateniense sino incluso y ya es decir, que el actual. Ya ha pasado antes. 

(Enviado a ECA)

sábado, 9 de enero de 2016

Sigue el 'buen' tiempo

Parece una visión del infierno pero, de momento,  no es más la imagen de una proyección del mapa terrestre en la que se han destacado las temperaturas de superficie a las 10 de la mañana. Únicamente las pequeñas manchas moradas en Siberia, Groenlandia o el norte de Canadá (que representan temperaturas por debajo de los -20ºC) nos recuerdan que aún existe, en algún lugar, algo parecido al invierno.

lunes, 21 de diciembre de 2015

De la modificación del sistema electoral

El sistema mayoritario a doble vuelta, que tiene sentido, en mi opinión, en circunscripciones pequeñas y que se utiliza, por ejemplo, en el Reino Unido, tiene algunos inconvenientes como, por ejemplo, que también favorece el bipartidismo o a los partidos hegemónicos y puede primar, a veces de manera escandalosa, a uno de los partidos en liza, dándole un porcentaje de escaños muy superior al de votos obtenidos. Tiene una ventaja y es la mayor proximidad entre el diputado electo y sus electores que, normalmente y con distritos suficientemente pequeños, conocen personalmente al elegido y disponen de formas de contactar directamente con él como su teléfono o su correo electrónico, así como una oportunidad para verlo personalmente y hablar con él periódicamente. En este sistema, y esta es otra ventaja, el poder de los partidos para remover a un candidato que cuente con el favor popular, se ve bastante restringido, mientras que otra de las alternativas al sistema actual, la circunscripción única con listas cerradas y bloqueadas y a una sola vuelta, es decir, cambiando sólo, en relación con el sistema actual, el tamaño de la circunscripción (de la provincia a todo el país), deja también todo el poder en manos de las cúpulas de los partidos y aleja al candidato de sus electores, pero es el único sistema donde la proporcionalidad, esto es la relación entre los votos obtenidos por un partido y los diputados que le corresponden, es prácticamente perfecta con un número suficiente de puestos a cubrir y tanto más,  por supuesto, cuantos más puestos haya. ¿Eso es bueno? Pues no lo sé.

martes, 20 de octubre de 2015

Discurso de apertura del curso 2015/2016. UNED Barbastro

 Buenas tardes.

Rector, Presidente, Consejera… 

Inaugurar el curso en la Universidad es un acto formal y solemne, rodeado, en ocasiones, de cierta pompa de origen medieval, que pone de manifiesto el apego de la Universidad por la tradición. A mí me parece que eso está bien, aunque la Universidad no es sólo ni principalmente tradición aunque sea un importantísimo repositorio de cultura científica y humanística. También es o debería ser el lugar donde el progreso humano, en todos sus aspectos, se plantea como un objetivo cuasi revolucionario, aunque actualmente la investigación, sobre todo la aplicada, esté quedando en manos de grandes corporaciones farmacéuticas, alimentarias, energéticas o tecnológicas y universidades, no precisamente de segunda fila, como la escuela de negocios de Harvard vendan como progreso la ingeniería financiera que ha iniciado esta crisis y ha convertido la economía en un casino en el que, como pasa en todos los casinos, al final siempre gana la banca.

Pero no hemos venido aquí a debatir sobre la Universidad, aunque nunca está de más, porque eso requiere un tiempo y un espacio que no son estos. Hoy abrimos el curso en el Centro de Barbastro de la UNED, que es una universidad con unos objetivos bastante precisos, en el área docente, que yo creo que alcanza con bastante corrección. De cualquier manera y después de algunos años de reflexión, 33, he llegado a la conclusión de que a esta Universidad no le va muy bien el calificativo de a distancia porque, en realidad, para un alumno de Huesca una Universidad a Distancia sería la de Sevilla y una Universidad a mucha distancia la de Auckland en las antípodas, pero no la UNED que tiene una puerta abierta a pocos kilómetros de cada pueblo y ciudad de España.

Lo de a distancia viene, según cuentan los que estaban por allí en 1973, a que los adjetivos que inicialmente se le atribuyeron, como libre y abierta pero sobre todo libre, no acababan de encajar en la ideología dominante, para la que la Universidad tradicional era un permanente foco de fronda, tolerado a regañadientes y sólo porque un gran número de los que protestaban en la calle eran, para desconcierto de las autoridades de entonces, sus propios hijos que, en aquellos tiempos, demostraban su hartazgo de manera bastante expeditiva. Bautizar a una Universidad con los nombres propuestos no les debió parecer una buena idea .

De manera que se quedó con ‘a distancia’ siguiendo el modelo alemán de la FernUniversität en lugar de abierta, como la Open, británica y yo tengo la sensación de que el nombre ha tenido cierta influencia, ha impregnado de alguna forma las relaciones entre el centro y la periferia, incluso en estos tiempos en los que la tecnología ha venido a anular barreras antes infranqueables de tiempo y distancia.

Clarke, un escritor británico recientemente fallecido, enunció tres leyes que, según él, regulan el progreso científico. De acuerdo con la tercera, cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia y algo de mágico tendría, para los pioneros de esta Universidad, que las tutorías que se imparten en las aulas del centro puedan ser seguidas por el alumno desde su casa y en tiempo real o que ese mismo alumno pudiera debatir con compañeros y profesores situados a cientos de kilómetros de distancia. Pero la magia que se hace en provincias consiste, sobre todo, en hacer desaparecer cosas y aquí lo que desaparece, poco a poco, son los alumnos de las aulas abocándonos a un nuevo modelo que nadie parece haber planeado ni diseñado, al menos conscientemente, pero que pone, una vez más, en cuestión la organización territorial de la UNED al mismo tiempo que sus responsables proclaman y yo estoy completamente de acuerdo con ellos, que este modelo, el formado por la UNED y sus centros, es uno de los principales activos de la Universidad.

En definitiva, creo que no se debería insistir demasiado en la dinámica actual, que como he dicho está poniendo en cuestión algo que funciona por razones exclusivamente instrumentales, sino más bien caminar hacia un modelo descentralizado, no distanciado, que permita hacer un uso mejor y más racional de los recursos de la UNED. De toda la UNED. Un modelo que yo creo que es el que pretenden financiar las administraciones locales que son el principal sostén de la UNED fuera de Madrid y un modelo en cuya definición han de participar, en el caso de Aragón, tanto la UNED como el Gobierno de Aragón 

No quiero terminar esta intervención sin manifestar mi satisfacción por haber formado parte de este proyecto durante treinta y tres años ni, por supuesto, sin reconocer, una vez más, el trabajo de los sucesivos patronatos, de los equipos rectorales y de los profesores y personal de la Universidad así como de los profesores tutores y del personal del Centro sin cuyo concurso la tecnología no tendría la menor utilidad y también y no obstante lo anterior el del personal del departamento de informática de este centro que crea, bajo los auspicios de la UNED una buena parte de la magia que la hace funcionar. Y por último y no menos importante a los alumnos que llegan a la Universidad por primera vez y a los que la abandonan tras haber alcanzado sus objetivos, cualesquiera que estos sean.


martes, 12 de mayo de 2015

El verdadero espíritu democrático, revisitado.

Estamos a poco menos de dos semanas de las elecciones municipales y regionales —o autonómicas, que viene a ser lo mismo—. Lo que más se oye, y se lee, es a gente que se lamenta de que, en tal o cual municipio o región, vaya a salir elegido, de nuevo, tal o cual partido o candidato, a pesar de las abrumadoras evidencias en su contra y de la más que cuestionable ética, y nula estética, de su comportamiento. A mí estos lamentos me hacen cierta gracia, porque suelen venir acompañados de protestas en favor de la democracia como remedio a todos los males que nos aquejan. Más democracia, suelen decir, y algunos claman también por más política, más Europa o más de cualquier otra cosa que parezca tener virtudes terapéuticas.

Pues bien, la democracia consiste, precisamente, en respetar escrupulosamente la voluntad popular en la forma en que se manifiesta en lo que llamamos elecciones. Y esto parece que lo hagamos más por imperativo legal y por falta de recursos para hacer lo contrario que por verdadera convicción democrática. Y si no nos gusta la alcaldesa de Valencia, por ejemplo, o la candidata —frustrada, por ahora— a presidir Andalucía, o estamos hartos de ver siempre las mismas caras aquí y allá, pues estaremos equivocados, porque resulta que eso, y no otra cosa, es lo que quiere la mayoría. Y punto.

Y la política —que no tiene mucho que ver con la democracia, ni tampoco con los más desfavorecidos, uno de los mantras de moda, o con lo que realmente necesitan los españoles (algo que todos los políticos creen saber)— consiste en resolver un problema irrelevante en la situación actual del ecosistema terrestre, pero, para los afectados, capital. Se trata, claro, de decidir cuál de los distintos partidos en liza va a disfrutar de los privilegios del poder durante los próximos años, y de tal manera que parezca que eso lo decidimos entre todos, votando. Ese, y no otro, es el objetivo de las elecciones, en las que, en realidad, hacemos poco más que ratificar lo ya elegido por las cúpulas de los distintos partidos.

Cada cuatro años, más o menos, somos llamados a lo que los más cursis llaman "la fiesta de la democracia", e invitados a escoger, de entre unas cuantas, una papeleta con un conjunto inalterable de nombres y depositarla en una urna. Nombres entre los que, de acuerdo con un algoritmo previamente pactado, se repartirán los puestos disponibles. Hecho esto —poner la papeleta en la urna— nuestra participación, que será convenientemente destacada como muestra inequívoca de espíritu democrático, habrá dejado de ser necesaria y, desde luego, conveniente. Podremos, eso sí, jalear o criticar al poder en tertulias debidamente controladas y en tabernas, lo que tendrá el efecto de reducir la presión cuando esta devenga excesiva, pero sin pretender nada más, y mucho menos ningún tipo de participación ulterior en las decisiones que hayan de tomarse por nuestro bien.

El poder será ejercido —en nuestro nombre, por supuesto— por los elegidos, que dispondrán, durante años, si lo hacen con la debida discreción y procurando no meter mucho la pata ni llamar excesivamente la atención, de los recursos comunes en su propio beneficio y en el de los que ellos consideren conveniente. Eventualmente, algunos se pasarán de la raya y tratarán de acaparar más de lo que un entorno de recursos limitados y las tragaderas del común permiten. Como consecuencia, el sistema entrará en crisis de cuando en cuando, y la gente se sorprenderá —o fingirá que se sorprende— al descubrir sus perversiones. El sistema, a su vez, aparentará estar compungido y arrepentido, se purgará, pero poco, de los más notorios descarriados, y todo volverá, al cabo de poco tiempo, a ser lo que era. Y así, hasta que la burra ya no dé suficiente leche y haya que resolver las cosas de otra manera.

Pero —como no dejarán de recordarnos en otra de esas impagables frases hechas, como esta atribuida a W. Churchill— la democracia es el peor de los sistemas, descartados todos los demás. Chúpate esa.

miércoles, 4 de febrero de 2015

PSOE o no PSOE. Esta no es la cuestión, pero podría serlo.

El secretario general del PSOE dice, desmintiendo a uno de los suyos, que está deseando firmar más pactos con el PP y la prensa adicta (al PP, claro) lo saluda como al hombre de estado que actúa por encima de los intereses de su partido. A ver si le votan, o piden el voto para él, pero no creo. Este hombre y siento decirlo, no está a la altura de lo que la situación actual exige al responsable político del partido que, hasta ahora, ha sido hegemónico en la izquierda. El PSOE, que sobrevivió a Zapatero, puede llegar, con este irrelevante y seguramente bienintencionado personaje, al fin de su larga y no siempre gloriosa trayectoria. Es una pena.

lunes, 2 de febrero de 2015

Diálogos para besugos III

- Buenas tardes
- Muy buenas
- ¿Qué le parece nuestro partido?
- El nombre me parece una traducción pasable del Yes, we can de Obama,  pero la letra y la música me parecen un poco estridentes. Será cosa de la juventud. ¿Y a usted?
- A mí me parece que ya era hora.
- Ya era hora ¿de qué?
- De que viniera alguien a poner orden.
- Ah, ¿vienen ustedes a poner orden? Creí que iban a presentarse a las elecciones.
- Desde luego que vamos a presentarnos a las elecciones. Después podremos orden.
- ¿Después de las elecciones?
- Después de ganar las elecciones.
- Pero el orden ¿no lo ponían los del PP? Yo creía que ustedes traían libertad y aire fresco. 
- ¿Los del PP? ¿Orden? ¿Está de broma? ¿No ha oído hablar de la trama Gurtel? ¿La púnica? ¿Bankia? ¿Los ERES? Bueno, los ERES son otros, pero es igual.
- Ah, bueno. Quiere decir que van a acabar con la corrupción.
- Desde luego.... También eso.
- Y después de acabar con la corrupción y con lo que sea que vayan a acabar ¿traerán libertad y aire fresco? 
- Que sí, claro. Se acabó la izquierda y la derecha que es cosa antigua y de trileros. ¿Le parece poca libertad?  Y vamos a por la casta. Su odio nuestra sonrisa. Renovación y aire fresco.
- Ah, ya. La casta. Los políticos, quiere usted decir.
- Claro. PP, PSOE, IU, bueno, una parte de IU y todos los demás son casta. Pero no sólo ellos. Los banqueros también, salvo Patricia. Y algunos empresarios. En fin, los de arriba, que han estado viviendo a costa de los de abajo.
- Ya. Y ustedes aspiran a sustituirlos. ¿Se quedarán abajo o subirán arriba?
- Nadie estará abajo. Ni arriba. Nadie explotará a nadie. Cada uno trabajará de lo que sepa y recibirá lo que necesite.
- Bueno, eso no es lo que dicen pero me suena. Es curioso pero casi todo lo que dicen ustedes me suena mucho. Y no es que me parezca mal, pero habrá que ver, en la práctica, quién es el que decide lo que cada uno sabe y necesita. De momento parecen haber suavizado bastante sus ideas sobre la renta básica, el rechazo de la deuda, la revisión de la monarquía, etc. A ver cuando hacen un programa más concreto. Y más estable.
- Usted parece un poco fascista. No sé si eso le parece bastante concreto.
- Bastante. Gracias.
- De nada. Ah, y no se preocupe. Todos los votos son bienvenidos. El suyo también.

viernes, 16 de enero de 2015

El futuro es nuestro


Ayer comí con un amigo en Villa Virginia, cerca de Pirenarium, el frustrado intento de crear un polo de atracción turística a base de maquetas a las puertas del Pirineo central y hablamos, también, de energía. Mi amigo, que es un hombre con formación y desempeña un puesto de cierta responsabilidad, cree que el problema energético no es más que algo artificial creado por las compañías petrolíferas que ocultan, deliberadamente, otras alternativas ya existentes para salvaguardar su inversión y que es posible obtener tanta energía como haga falta a partir, por ejemplo, de las pisadas de la gente en un aeropuerto, sobre un suelo especialmente construido para transformar la energía mecánica en electricidad. Por supuesto, también de las fuentes habituales, pretendidamente renovables, como la radiación solar, el viento o las mareas, que proporcionarán la energía necesaria para mover los nuevos coches eléctricos que, también según él, se construirán, se están construyendo ya, cuando hagan falta. No mencionó la energía geotérmica ni la de origen nuclear que, en tan optimista escenario, no parecían necesarias pero, si dejamos de lado lo del aeropuerto que no había oído nunca, el resto es parte de lo que podríamos llamar sabiduría convencional. Mientras tanto el senado de los Estados Unidos cree necesario o útil, someter a votación la existencia del cambio climático. Yo no creo que haya ninguna posibilidad de invertir el proceso catabólico en marcha, cuyo inevitable final es la simplificación, probablemente brusca, del complejo sistema que llamamos civilización, pero no me importaría que las fuerzas interesadas en mantener el statu quo, que no son pocas ni despreciables, exhibieran algo más de sentido ¿común? y tuvieran éxito durante diez o quince años. O más.

viernes, 10 de octubre de 2014

Introducción al Congreso 'Más allá del pico de petróleo. El futuro de la energía'.

Celebrado en la UNED de Barbastro, los días 9 y 10 de octubre de 2014.
Esta es la breve presentación que hice para fijar la postura, objetivos y motivaciones de la organización.
Este congreso se organiza en el marco del Proyecto OLEUS, que es el acrónimo de Observatorio Local de la Energía de la UNED en el Somontano. El proyecto se inició en 2008 es un proyecto local, sin financiación exterior y cuya actividad más destacada, hasta ahora, ha sido la organización de un congreso en mayo de 2011 y de este que empieza hoy. Organización que, dicho sea de paso, ha consumido una parte importante de los recursos del proyecto.

Mantenemos el objetivo inicial de constituir un fondo de información relevante acerca de cuestiones relacionadas con la energía y de contribuir a la difusión de esa información sobre todo en niveles escolares e incluso el de una eventual colaboración con las autoridades locales, si optaran por ello en algún momento, en la definición y puesta en marcha de un modelo de transición hacia una sociedad post carbón o en la elaboración de un plan de contingencia que cubriera una escasez persistente de combustibles líquidos, en la línea de los que ya se han elaborado en otros países y de movimientos que ya funcionan en este.

Lo que se va a discutir aquí está, evidentemente, relacionado con los objetivos del proyecto y también está entre las cuestiones más relevantes para el futuro que pueden abordarse hoy en día,  aunque el debate no esté, aún, salvo esporádicamente y generalmente en el sentido de minimizar su importancia, en los grandes medios de comunicación.

En todo caso estamos en un entorno universitario lo que, en principio, nos obliga a manejar datos, analizar hechos, presentar evidencias, llegar a conclusiones cuando se pueda y sobre todo a poner en cuestión y someter a cuidadoso escrutinio las afirmaciones no sostenidas por evidencias contrastables como, por ejemplo, que la crisis ha terminado y la vuelta al crecimiento es inmediata,  que la globalización es la solución a todos los problemas, que el petróleo disponible es sólo una función del dinero que se esté dispuesto a invertir en su extracción o que se agotará en los próximos meses.

George Mobus, conocido por el blog que publicaba y publica con el sugestivo título ‘question everything’ y que, como otros antes que él, ha renunciado, parece que definitivamente, a seguir reflexionando en voz alta y bastante clara sobre las consecuencias de la lógica del crecimiento y de las formas actuales de gobierno del mundo, sostiene que, aunque somos, en cierta medida, una especie inteligente, carecemos de lo que los anglosajones llaman wisdom y que en español podríamos traducir por sabiduría. Podemos acumular conocimiento, a través del aprendizaje y de la experiencia, pero nos falta, o no tenemos suficiente, lo que podríamos llamar metaconocimiento, es decir, el conocimiento para utilizar el conocimiento.

Un ejemplo podría ser el persistente entusiasmo que, a cuenta de la sostenibilidad, despiertan lo que hemos venido en llamar energías renovables que tienen, como los combustibles fósiles, que son el paradigma de la no renovabilidad, su origen en la procedente del Sol. Pero que tengan el mismo origen no implica necesariamente que sean equivalentes ni que puedan utilizarse las unas en lugar de los otros. Los combustibles fósiles son, salvo nuevos e improbables avances en las teorías abióticas,  el resultado de cientos de millones de años de transformación de residuos orgánicos, originados por la fotosíntesis, en complejos conglomerados de cadenas de hidrocarburos que parece que estamos agotando en un tiempo insignificante a escala geológica y poco relevante a escala humana, un proceso de concentración que quizá se pueda reproducir pero para el que, evidentemente, no disponemos de tiempo y el intento, un tanto desesperado, de utilización de fases intermedias de esta transformación, es el caso de las arenas bituminosas de Canadá o de recurrir a sofisticados procedimientos como la fracturación hidráulica para acceder a los últimos y más inaccesibles depósitos de petróleo o gas natural, amén de proporcionar una rentabilidad energética decreciente y de constituir per se una burbuja de incierto futuro, plantea también graves problemas medioambientales.

Decía Bartlett, un matemático norteamericano de Colorado, que uno de los mayores hándicaps de la humanidad es su incapacidad para entender la función exponencial.

Gracias, es un decir, a esta incapacidad hemos construido una economía y sobre todo un sistema monetario basados en la deuda y en el interés compuesto, que hace que tengamos que elegir entre el crecimiento, por problemático e insostenible que parezca, y el desastre económico. Por supuesto hemos elegido el crecimiento, pero esta elección recuerda un poco a aquella apócrifa interpelación al primer ministro inglés, Chamberlain, cuando volvía, muy satisfecho, de su negociación del Pacto de Munich con Hitler: Entre la guerra y el deshonor, has escogido el deshonor, pero también tendrás la guerra.

Pero no hemos venido aquí a especular ni a hablar de historia. O no sólo a eso.  Hemos venido sobre todo a hablar y a escuchar y hemos venido a discutir, con la esperanza de aprender y de que algo de lo que aquí se diga salga de estas paredes y en la medida en que aún pueda resultar útil, contribuya a construir un futuro viable para nosotros y para nuestros hijos. 

Muchas gracias y feliz congreso.

lunes, 18 de agosto de 2014

In God We Trust (por que lo que es en estos...)

El ministerio de sanidad dice ahora que el ciudadano nigeriano, supuestamente afectado por el virus del Ébola en Alicante, padece en realidad otra enfermedad que será tratada adecuadamente y que por lo visto ni es infecciosa, ni contagiosa ni nada. ¿Quiere esto decir que el hombre no tiene el Ébola? Desde luego que no. Quiere decir que lo que creen más conveniente -para evitar el pánico, para no perder votos, para dar mejor imagen o simplemente para seguir con la inveterada costumbre de soltar lo primero que se les ocurre si creen que es lo que la gente quiere oír- es decir lo que han dicho. Que puede que, además y circunstancialmente, coincida, aunque sea por los pelos, con la verdad, pero eso, desde luego, no tiene la menor importancia ni estaba entre los objetivos del portavoz gubernamental. En este país nadie, en su sano juicio, cree que tenga por que haber ninguna relación entre los hechos y lo que dicen los que están en este gobierno y en mayor o menor medida, en cualquier otro hasta Recaredo. Por lo menos. Y no sólo por las razones antedichas sino también por pura y simple ignorancia. No saben nada de economía, ni, por supuesto, de las leyes que rigen las transformaciones energéticas imprescindibles para hacerla funcionar, no comprenden las leyes que rigen los mercados financieros y sin embargo están convencidos de que son poco menos que la verdad revelada y tampoco son capaces de evaluar las consecuencias de sus actos u omisiones salvo en términos electorales y muy a corto plazo. El número de variables que pueden manejar para tomar decisiones vitales no van más allá de las imprescindibles para saber si sus intereses personales o los de sus amigos o padrinos se van a ver afectados y en qué medida. A pesar de todo, esto ha seguido funcionando porque los recursos, limitados, para sostener esta ficción se han extraído mucho más deprisa de lo que la Tierra podía reponerlos tomándolos a crédito de un futuro que se presuponía lejano y sobrado de todo. Pero tampoco eso era cierto.El futuro está a la vuelta de la esquina y sin nada que prestar y los recursos necesarios para restituir lo que nos prestó no aparecen por ningún lado. Pero seguimos,  parafraseando a Ortega, sin saber lo que pasa. Y eso es lo que nos pasa.


domingo, 20 de julio de 2014

Hace calor, pero no mucho y mientras tanto...

   el PSOE ha elegido como secretario general a un diputado del congreso, prácticamente desconocido hasta hace unos meses, joven, de buena presencia y capaz de tomar medidas de impacto nada más empezar. ¿Zapatero?. No, Sánchez. Pablo Iglesias sigue en la cresta de la ola gracias, en parte, a la atención que le prestan los voceros del PSOE y sobre todo, los del PP que reparten sus intervenciones entre las invectivas a Podemos y la descripción entusiasta de las mar...avillas de la economía española, cantadas, según Montoro, por todo el asombrado mundo que nos contempla. En fin, las tonterías de siempre. La realidad va por su lado y la política española y parte de la europea, por el suyo. Cuando converjan, si es que lo hacen, será, por supuesto, por el lado de la realidad y ya veremos entonces lo que queda de tanta insensatez y las consecuencias de estar gobernados por incompetentes o majaderos que defienden, únicamente, sus propios intereses. Democráticamente elegidos, eso sí.

jueves, 12 de junio de 2014

La teoría del todo

Newton dijo algo así como que se sentía como un chiquillo que iba recogiendo por la playa alguna concha de conocimiento mientras tenía ante sí el océano de todo lo que desconocía. El hombre común, cosa que Newton no era, no suele ser consciente de su ignorancia pero aún así es raro que quien mira al cielo en una noche estrellada no se pregunte por el origen y el destino de lo que está viendo. Por eso hemos construido teorías y modelos y hemos ideado explicaciones para intentar comprender el mundo que nos rodea y predecir su evolución futura. Por ahora las grandes cuestiones siguen siendo un misterio y hoy quiero elucubrar un poco acerca de algunas de esas cuestiones, no de fenómenos cotidianos que puedan explicarse con ayuda de las leyes de la mecánica clásica y algunas simplificaciones no excesivamente gravosas para el necesario rigor científico, ni tampoco de física recreativa sino de otros fenómenos situados en la frontera y más allá de lo que podemos explicar. Cosas sobre las que podemos especular sin temor, al menos a corto plazo, de que la evidencia experimental vaya a contradecirnos. Es hablar, casi, de ciencia ficción.

La física, como la religión y la política, tiene su catecismo, formado por lo que, en cada momento, representa la ortodoxia dominante y a cuyos preceptos hay que acomodarse si uno quiere hacer carrera en los grandes centros de investigación del mundo occidental. En las fronteras de la ciencia esta ortodoxia es especialmente importante y es donde es más fácil confundir ciencia con conciencia, certezas con hipótesis y realidades con cuentos chinos cosas estas que ya no nos ocurren al intentar explicar nuestro entorno inmediato y la mayor parte de las cosas que podemos apreciar en nuestra vida cotidiana, al menos si nos comparamos con nuestros antepasados remotos y no tan remotos.

Los acontecimientos que observamos parecen responder a una cierta lógica y estar dotados de una, yo diría que maravillosa, simplicidad. La Tierra no es ya el centro del universo, como se creía antes de Copérnico o Galileo, y las órbitas de los planetas, en torno al Sol, no son circunferencias sino elipses pero sin embargo gran parte de lo que ocurre por encima de nuestras cabezas parece responder a leyes simples y comprensibles para la mayoría. Hace tiempo ya que dejamos de creer en que las cosas caen por su propio peso y admitimos que hay una ley que, sin explicar el origen de la fuerza que atrae unos cuerpos contra otros, permite al menos cuantificarla en función de las masas de esos cuerpos y de la distancia que las separa. A escalas atómicas y subatómicas, sin embargo, actúan otras fuerzas muchos millones de veces más potentes que la gravedad, que hacen que el impresionante orden que parece gobernar el universo a escala planetaria y estelar se convierta en un auténtico caos gobernado por la mecánica cuántica y por el principio de incertidumbre de Heisenberg según el cual no es posible conocer, simultáneamente, la velocidad y posición de una partícula. Einstein, que fue un hombre de impresionante creatividad en sus primeros años, pasó los treinta últimos años de su vida embarcado en la, hasta ahora infructuosa, búsqueda de una teoría que unificara todas las fuerzas conocidas y abarcara y explicara simultáneamente el movimiento de las estrellas y el comportamiento de los electrones y los quarks que informan los protones y los neutrones del núcleo atómico. Una teoría, en definitiva, que englobara su teoría de la relatividad, que explicaba razonablemente el comportamiento de las estrellas, y la mecánica cuántica, que explica hasta cierto punto el comportamiento de las partículas subatómicas.

Es posible que esa teoría, que lo explica todo, exista y es posible, incluso, que estemos preparados para comprenderla. También es posible que no. Un computador puede hacer ciertas cosas y no puede hacer otras. El cerebro humano es un computador, aunque no trabaja con algoritmos sino con patrones,  y hay cosas que, ni su actual cableado ni su experiencia le permiten y entender y  las leyes que rigen el universo están, probablemente, entre ellas. Por el momento parece que si alguien quiere hacer una carrera académica respetable en este terreno debe abrazar,  con suficiente entusiasmo, una teoría, relativamente nueva, conocida como teoría de las cuerdas según la cual, y simplificando mucho, el componente primigenio de la materia no son los quarks, que como se sabe, o se supone, son los componentes de los protones y los neutrones que conforman el núcleo atómico, y los electrones sino unas pequeñísimas, muy por debajo de nuestra actual, y previsible, capacidad de resolución, bandas de energía que pueden vibrar con distintas frecuencias produciendo, en función de ellas, una u otra de las partículas elementales. Estas bandas de energía vibrante, por el momento una creación intelectual pura, se mueven en un espacio que ya no es el espacio tetradimendional de Einstein sino uno de once dimensiones, lo que requiere un aparato matemático en parte aún por desarrollar y hará imposible, por mucho tiempo, una verificación o refutación experimental de su existencia. Salvando todas las distancias que haya que salvar, la teoría de las cuerdas recuerda un poco a  los epiciclos que los astrónomos ptolomeicos, valga la expresión, hubieron de introducir en su modelo de la esfera celeste para intentar conciliar la supuesta geocentricidad del sistema solar con el movimiento observado de los planetas.

Los físicos que soportan esa teoría, Edward Witten del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton es el más destacado de todos ellos, creen que puede, que podrá, explicar tanto el movimiento de las estrellas, actualmente cubierto por la teoría de la relatividad como los fenómenos que ocurren a escala subatómica explicados, en buena parte, por la mecánica cuántica. Es posible que sea así pero desde luego se trata de explicaciones que siguen requiriendo bastante fe y una capacidad de abstracción que no está al alcance de la gente normal, de la misma forma que la demostración del teorema de Fermat debida a Wiles, lejos de la brillantez que Fermat parecía anunciar en sus notas marginales, es un trabajo extraordinariamente denso y pesado accesible a muy pocos -incluso entre los 200 matemáticos que asistieron a la presentación, sólo una muy cualificada minoría sobrevivió, intelectualmente hablando, a la primera pizarra- y basado en un aparato matemático y en resultados previos, como la conjetura de Taniyama,  que en la época de Fermat eran completamente desconocidos.

La búsqueda de una teoría unificada tiene que ver, desde luego, con los primeros intentos de buscar una demostración al Teorema de Fermat en el sentido de que de lo que se trataba, en primer lugar es de buscar una explicación sencilla y comprensible, una ley del tipo cuadrado inverso que se aplica a la interacción entre cargas electricas y que también parece servir  para explicar que la Luna siga dando vueltas en torno a la Tierra en lugar de, como vulgarmente se dice, salirse por la tangente. Pero la gravedad y la fuerza electromagnética no son las únicas fuerzas que actúan en la naturaleza, ni siquiera son, desde el punto de vista de la magnitud, las más importantes. Las otras dos fuerzas conocidas hasta ahora son la fuerza nuclear fuerte, que mantiene cohesionados los núcleos atómicos  y es el origen de la  energía liberada en las explosiones nucleares, y la fuerza nuclear débil responsable de la descomposición de los núcleos radiactivos.

 Puede que, en el muy improbable caso de que alguien lea esto, se pregunte que qué falta hace una teoría unificada si la mecánica cuántica y la relatividad general proporcionan, cada una en su ámbito, una explicación satisfactoria de los fenómenos observables. Esto es bastante cierto si nos circunscribimos, efectivamente, a esos fenómenos pero no está en la naturaleza humana contentarse con explicaciones parciales mientras crea que existen explicaciones más generales. Si miramos en una noche clara al cielo es casi inevitable que nos preguntemos por su evolución, por las razones por las que ha llegado a ser como es y, llevando las cosas al extremo, por las razones por las que nos podemos preguntar cosas como esa. Tampoco está en la naturaleza humana dejar las cosas sin respuesta por mucho tiempo así que el origen del universo nunca ha carecido de una explicación, que hasta no hace mucho han tenido más que ver con la religión que con la ciencia pero que, en todos los casos, han proporcionado un modelo relativamente satisfactorio para intentar explicar lo inexplicado.

En una leyenda nórdica compilada en el siglo XIX en Islandia se decía que al principio no había más que dos regiones de hielo y fuego al norte y al sur respectivamente, que el fuego fundió parte del hielo y que de las gotas de hielo surgió un gigante que se alimentaba gracias a una vaca que hubo que hacer aparecer para evitar que el gigante muriera de hambre. Para alimentar a la vaca hubo que introducir también un poco de hierba … A medida que se van haciendo preguntas hay que ir complicando las condiciones iniciales hasta que el escenario es completamente inmanejable. La mayor parte de las culturas han construido, con más o menos imaginación, su propia explicación del origen del universo que durante algún tiempo ha constituido el modelo corriente. La tradición judeo cristiana atribuye la creación a la voluntad de una entidad superior y la secuencia de acontecimientos descrita por el génesis es, según Pio XII, compatible con la más extendida y aceptada de las teorías actuales, que ha recibido el nombre que inicialmente le dieron sus detractores, Big Bang o gran explosión.

 Una vez abandonado el modelo de Ptolomeo y constatado que el hombre,  el planeta que habitaba e incluso la estrella en torno a la cual giraba ese planeta, estaban muy lejos de ser el centro del Universo, la teoría científica dominante pasó a ser la que sostenía que el universo era algo que había estado ahí siempre y que ahí iba a seguir y por lo tanto resultaba innecesario preguntarse por su origen o deprimirse pensando en su final. Los trabajos del sacerdote y científico belga Lamaitre, basados en las ecuaciones de la relatividad de Einstein, presentan el universo como asimilable a un fluido en expansión y las observaciones del astrónomo norteamericano Edwin Hubble confirman el alejamiento de las galaxias a velocidades que se incrementan con la distancia. Esta constatación, la de que las galaxias se alejan, está basada en el efecto doppler aplicado a la luz que llega de las galaxias. Este efecto está basado en el mismo principio que aplicaría la familia de un viajero del siglo XIX, antes del correo electrónico, que se compromete a escribir a su familia una vez a la semana. Mientras el viajero permanece en la misma ciudad las cartas llegan a su familia precisamente con la frecuencia de una semana pero si el viajero se está alejando las cartas han de recorrer cada vez más camino y la familia recibe las cartas separadas por intervalos cada vez más largos. Si las galaxias se alejan unas de otras parece razonable concluir que han estado más cerca en el pasado, hasta llegar, si se retrocede lo suficiente, a estar arbitrariamente cerca. Gamow, uno de los científicos del proyecto Manhattan, que como se sabe terminó con el lanzamiento de dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, basándose en la aparición de nuevos elementos, detectables muchos años después en el desierto de Nuevo Méjico, escenario de la primera explosión nuclear experimental, concluyó que todo pudo haber empezado con una explosión, la gran explosión o Big Bang, en el momento en que la materia del universo estuviera concentrada en un punto.

domingo, 8 de junio de 2014

Diálogos para besugos II


- Buenos días. ¿Es aquí donde se vota al PP?
- No, señor.
- ¿Y al PSOE?
- ¿Va a votar al PSOE?
- Desde luego que no. ¿Por quién me ha tomado?
- Pues para votar al PP tiene que ir a aquella mesa de allí.
- ¿Al PP? Ni loco.
- Pero ¿No ha preguntado si aquí se votaba al PP o al PSOE?
- Si. Quería comprobar si aún había alguien que les votaba.
- Eso a usted no le importa. Si no va a votar, aquí no se le ha perdido nada. Váyase.
- No tengo que decirle a usted si voy a votar o no. Quizá vote. ¿A quién se puede votar en esta mesa?
- A nadie. En esta mesa no se vota.
- Pues  yo quiero votar. Quizá vote a nadie.
- Pues eso ya está hecho. Puede irse.
- ¿Eso es todo? ¿No tengo que poner mi voto en la urna?
- ¿Para qué?
- ¿Cómo que para qué? Tengo derecho a votar a nadie si quiero. Y quiero que se cuente mi voto cuando se abra la urna.
- Si es por eso no se preocupe. No vamos a abrir esta urna.
- ¿No? ¿Y por qué la han puesto ahí?
- Bueno, la urna está puesta, pero ya ve que no tiene ranura para introducir las papeletas. Además tampoco hay papeletas.
- Yo traigo mi papeleta de casa. Y quiero echarla en la urna. Haga el favor de abrirla.
- ¿Abrir la urna antes de que finalice la votación? ¿Está usted loco? Eso es imposible. Es un delito.
- Bueno, pues esperaré a que finalice la votación y entonces le daré mi voto.
- De ninguna manera. Una vez finalizada la votación, nadie puede votar.
- Entonces todo está en orden. Yo soy nadie.
- ¿Nadie? ¿Y va a votarse a usted mismo? ¿No le da vergüenza?
- Quizá me vote. Y puede que no. No tengo por qué darle explicaciones a usted. Ni a nadie.


martes, 27 de mayo de 2014

El PSOE se renueva... otra vez.

El PSOE amaga con un nuevo proceso de renovación que, necesariamente, se saldará en falso porque en realidad y como de costumbre no se renovará... más que lo cosméticamente imprescindible. Y no se renovará nada más, porque no es tan sencillo como parece. Renovar, en este contexto, significa sustituir viejas caras por caras nuevas, es decir, poner en la calle a los que están y llevar al poder a una nueva generación de políticos no necesariamente más jóvenes pero sí más capaces y más en contacto con la realidad. Pero, claro, está el problema de qué hacer con los sustituidos, que es tan grave, si no más, que el de dónde sacar a los sustitutos, nada sencillo, tampoco, en un sistema, evidentemente no me refiero sólo al PSOE, donde los dirigentes tienden a rodearse de majaderos y tiralevitas que, además, no les hagan sombra. De esta forma, casi puede garantizarse que el sustituto de un presunto tonto será un imbécil aunque, eso sí, con la habilidad necesaria para trepar en la organización. Con la política pasa algo parecido a lo que ocurre en la economía. En un entorno de crecimiento pueden asumirse las deudas que hagan falta en la confianza de que podrán pagarse en el futuro. Si los vientos políticos son favorables siempre habrá un lugar, un consejo de administración, un puesto en el senado o una canonjía más o menos significativa pero bien pagada,  para los políticos amortizados o retirados del primer plano. Pero si el entorno económico es contractivo o el panorama político sombrío, las deudas asumidas no podrán pagarse y no habrá suficientes puestos nuevos para políticos viejos, de manera que los que están en el poder se aferrarán con fuerza a sus puestos actuales y la renovación será pura filfa, igual que en otras ocasiones. Y, de cualquier modo, no hay que fiar demasiado a una cara nueva, véase el caso de Zapatero, a no ser que esté totalmente desconectado del aparato actual y tenga la formación y experiencia suficientes para comprender el mundo en el que vive y saber que hay una vida real, más allá de las intrigas y trapisondas de partido. Aunque, a estas alturas, puede que ya no importe mucho a quién pongan.

sábado, 24 de mayo de 2014

Fútbol y elecciones.

El partido de fútbol de esta noche en Lisboa, está, con seguridad, muy por encima de las elecciones de mañana en las prioridades de la gente. Ochenta mil personas han viajado hasta el lugar del encuentro, sin entradas para el campo de fútbol, sólo para estar con su tribu, desafiar a gritos a sus oponentes y beber y entonar juntos sus cantos de victoria o lamerse las heridas cuando la batalla finalice. Otros muchos se reunirán con el mismo objeto en una u otra plaza de la principal avenida de Madrid y de otras ciudades. Los que compiten por un puesto en el parlamento europeo y los líderes cuya supervivencia depende del éxito o el fracaso de sus correligionarios estarán, esta vez, casi solos, sobre todo los que no encuentren a tiempo excusas para justificar su derrota. Y  el lunes, o el martes, todo habrá terminado y todo volverá a empezar de nuevo.

sábado, 3 de mayo de 2014

Una historia que podría repetirse.

Movimientos de tropas en Rusia y Ucrania (WaPo)
El 29 de julio de 1914, el zar Nicolás II decretó la movilización general del ejército ruso para hacer frente a la amenaza austríaca contra Serbia, poniendo en marcha un mecanismo fatal y en la práctica, irreversible. Algo que condujo inevitablemente a la guerra y esta a la revolución y que acabó, en Rusia, con la autocracia zarista para sustituirla por un régimen de partido único, controlado por el Partido Comunista, que siguió en el poder hasta el colapso de la Unión Soviética a finales del siglo XX. Cien años después, Vladimir Putin, antiguo jefe del KGB, la policía política del régimen soviético, es el presidente de Rusia que, con una minoría amenazada como excusa formal y razones neoimperialistas, geoestratégicas y sobre todo, energéticas y económicas de fondo, está moviendo sus tropas y a su país hacia la guerra. Ucrania, formó parte de la extinta Unión Soviética y tiene, actualmente, un gobierno de facto, que no controla partes importantes de su territorio, pero parece contar con el apoyo de Europa y de Estados Unidos. Que la guerra, más allá de escaramuzas localizadas, parezca hoy imposible, no es sino una similitud más con la situación en Europa en los años que precedieron al verano de 1914.

miércoles, 30 de abril de 2014

Somos los primeros

...Termino resumiendo la posición de nuestro país en pocas cifras. España ha situado otra vez tres entre los 8 primeros del mundo. Podemos presumir de tener 7  entre los 50, y 10 entre la élite de los 100 grandes.
Ni Francia, ni Italia, ni los países nórdicos, ni Japón, ni Estados Unidos, ningún otro país puede presentar un balance semejante. Como decía ayer en twitter, nos sobran motivos para sentirnos orgullosos. José C. Capel en El Pais.

¿Centros de investigación en la lucha contra el cáncer? No. ¿Universidades? Tampoco. Creo que no tenemos ninguna entre las 200 primeras. Nuestro esforzado corresponsal, que dice no entender muy bien como se ha elaborado una lista que ha apeado del primer puesto a un restaurante catalán para dárselo a uno danés, habla de cocineros, de cocineros y de restaurantes. Supongo que este será uno de los indicadores que maneja el Sr. Guindos para anunciar, con más voluntad que gracia, la inminente recuperación de los índices de crecimiento. Es obvio que cualquier anuncio de este gobierno, sobre todo si tiene que ver con cuestiones económicas, pongan o no por medio a Santa Teresa o a la virgen del Rocío, hay que tomarlo a beneficio de inventario pero, además y en el caso particular del Sr Guindos, uno no puede menos que preguntarse cómo se llega de responsable en Europa de Lehman Brothers, una de las empresas americanas que llenaron, deliberadamente, los mercados financieros de basura y estuvieron a punto de hundir completamente la economía a mediados de 2008,  a ministro del gobierno de España, invirtiendo el funcionamiento de la puerta giratoria que solía llevar ministros complacientes a las empresas a las que habían complacido. La formación y la experiencia previa del Sr. Guindos parecen tener que ver, sobre todo, con una economía que podríamos llamar de casino, en la que el dinero ficticio es la única mercancía que se intercambia y probablemente, lo ignora todo sobre la economía real y su funcionamiento. Para gentes que juegan con dinero generado en terminales de computador las disquisiciones sobre la distribución de recursos escasos carecen de significado real y el éxito o el fracaso de una política económica se mide exclusivamente en términos de capacidad de endeudamiento a precios razonables. Y para asegurar eso basta con unos pocos trucos de trilero en las cuentas públicas y el pequeño detalle de asegurar a los tenedores de deuda, mediante una enmienda constitucional, iniciativa del Sr. Zapatero secundada con entusiasmo por el Sr. Rajoy,  que el pago de la misma está, en España, por encima de cualquier otro compromiso que pueda tener el estado, sanidad y educación, por supuesto, incluidas.

Por lo demás, aquí, en Aragón uno de los imputados por presunta corrupción y apropiación indebida en el vidrioso asunto de Plaza, al que la puerta giratoria llevó a convertirse en alto cargo de telefónica, va a impartir un curso a líderes latinoamericanos sobre... corrupción, transparencia e intereses en conflicto. Hay quién se ha escandalizado, pero siempre se ha dicho que para dar clase de algo hay que ser especialista... aunque sea presunto. Si aquí, que hemos sido autodidactas, hemos llegado donde hemos llegado, qué no cabe esperar de esos países donde sus líderes recurren desde el principio a las mismas fuentes de la sabiduría.

jueves, 13 de marzo de 2014

Creced y multiplicaos


'Creced y multiplicaos', dicho en un planeta redondo y con recursos limitados y a gentes de no muchas luces, ha resultado ser, a largo plazo, una solemne tontería. Y que dios, si fue él el que lo dijo, me perdone. Hay quién atribuye la responsabilidad de la catástrofe que se nos viene encima a Bush, Obama, Rajoy, Berlusconi, ZP o Aznar pero ni ellos ni ninguno de sus colegas son, en sentido estricto, realmente responsables. Es posible que alguno de ellos pudiera ser procesado por ladrón o por mentiroso y más de uno por imbécil o por idiota, si la idiotez fuera punible que, por suerte para tantos y tantas tontos y tontas, aún no lo es, pero ninguno de ellos ha tenido nada que ver con un problema que hunde sus raíces en la imposibilidad física de sostener aquel 'creced y multiplicaos' más allá de unos pocos milenios. Nuestros problemas actuales los provocan la escasez de recursos, la degradación acelerada del medio, como consecuencia del uso irracional de esos recursos y la incapacidad para comprender las letales consecuencias de un crecimiento exponencial de cualquier magnitud.

martes, 4 de marzo de 2014

El gobierno anuncia, otra vez, la inminente recuperación de la economía.

Cuando los ministros del gobierno, o su presidente, hablan, y la verdad es que últimamente no callan, de recuperación o de salida de la crisis hay dos posibilidades. La primera es que lo que dicen no tenga el menor fundamento, cosa que, aún siendo preocupante, no lo es demasiado. No entienden nada del mundo en el que viven y ya que tienen que hablar o hacer algo, dicen y hacen lo primero que se les ocurre, teniendo en cuenta, si los tienen, el número de factores que pueden manejar a la vez, generalmente uno, de los muchos concurrentes y siempre que crean que que lo que dicen les va a dar votos o responde a los intereses, económicos o ideológicos, que representan, con lo que el daño que pueden causar está limitado, ya que, en principio, tratarán de no enajenarse, a la vez, la voluntad de demasiada gente y siempre cabe la posibilidad de que, alguna vez, acierten por casualidad. Además, no hay en esto nada nuevo ni nada que no fuera a hacer cualquiera de los que ahora están en la oposición. La segunda es que, a pesar de la abrumadora evidencia en contra, se crean lo que están diciendo, es decir, que gracias a sus 'reformas' o a la intercesión de Santa Teresa o de una cualquiera de las innumerables vírgenes que veneran y condecoran, la crisis ha quedado resuelta, las fuentes volverán a manar leche y miel y todos seremos en poco tiempo, al menos, tan felices como antes de que los sociatas nos arruinaran. Esta posibilidad es, ciertamente, mucho más preocupante. Con gente así cabe esperar cualquier cosa.