sábado, 3 de mayo de 2014

Una historia que podría repetirse.

Movimientos de tropas en Rusia y Ucrania (WaPo)
El 29 de julio de 1914 Nicolás II movilizó al ejército ruso para hacer frente a la amenaza austríaca contra Serbia, poniendo en marcha un mecanismo fatal y en la práctica, irreversible, que condujo inevitablemente a la guerra y a la revolución y que acabó, en Rusia, con la autocracia zarista para sustituirla por un régimen de partido único, controlado por el Partido Comunista hasta el colapso de la Unión Soviética a finales del siglo XX. Cien años después, Vladimir Putin, antiguo jefe del KGB, la policía política del régimen soviético, es el presidente de Rusia que, con una minoría amenazada como excusa formal y razones neoimperialistas, geoestratégicas y sobre todo, energéticas y económicas de fondo, está moviendo sus tropas y a su país hacia la guerra. Ucrania, formó parte de la extinta Unión Soviética y tiene, actualmente, un gobierno de facto, que no controla partes importantes de su territorio, pero parece contar con el apoyo de Europa y de Estados Unidos. Que la guerra, más allá de escaramuzas localizadas, parezca hoy imposible, no es sino una similitud más con la situación en Europa en los años que precedieron al verano de 1914.

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