sábado, 27 de febrero de 2010

El milagro del hidrógeno

Esta semana, en la última página, el semanario local publica un artículo(*) titulado El hidrógeno hará posible la tercera revolución industrial, que resume, o extracta, una entrevista con un joven ingeniero industrial barbastrense que participa en un equipo de 'Fórmula Zero', una suerte de competición para coches con cero emisiones (de gases de combustión), con un coche llamado Milagritos que sólo emite vapor de agua y que parece utilizar hidrógeno, una fuente conductora de la electricidad, como combustible. El entrevistado sitúa, al hidrógeno, al final de una cadena, de la que también forman parte el carbón y el petróleo y vaticina que dará lugar a la tercera revolución industrial. En cuanto a la forma de obtener hidrógeno sin necesidad de ir al Sol, el lugar más próximo dónde se encuentra libre y en cantidad suficiente, a buscarlo, se trae a colación el supuesto buen posicionamiento de Aragón como productora de Energía. Aunque no lo dice exactamente así, parece que, de lo que se trata, es de aprovechar la exposición al sol y al viento de gran parte del territorio aragonés para transformar en electricidad la energía solar y eólica y obtener después hidrógeno por electrolisis, o algún otro proceso en el que no intervengan los combustibles fósiles, que el autor da ya por amortizados y prescindibles. Lanzados ya a toda marcha por la pendiente ecológico - nacionalista y localista descubrimos que hoy técnicamente es posible la utilización de energías no contaminantes y que todos los vehículos deberían ser eléctricos... En este aspecto Barbastro sería un enclave estratégico para el abastecimiento de hidrógeno (sic). Por el momento parece que sólo hay, en el mundo seis (6) coches milagrosos, diseñados por distintas universidades que coinciden en manifestar su interés, preguntando cosas, por Milagritos que, por cierto y a modo de aval se nos cuenta que ya ha aparecido en un programa de televisión, llamado 'el hormiguero', sobre cuya seriedad o credenciales científicas no puedo opinar.

El artículo no es demasiado relevante, al menos desde el punto de vista de la energía, pero lo traigo a colación en este blog porque utiliza algunos tópicos muy extendidos, que contribuyen a la desinformación generalizada en un tema tan sensible como este. El hidrógeno puede ser útil para almacenar, por el momento con bastantes problemas, la energía eléctrica producida por fuentes más o menos renovables, posibilidad a la que, probablemente, quiera hacer referencia la expresión, fuente conductora de la electricidad, utilizada en el artículo y que, en otro caso, no tendría el menor sentido, pero esto lo convierte en una portadora de energía y no lo coloca, ni de lejos, en pie de igualdad, desde el punto de vista energético,  con el carbón o, sobre todo el petróleo, que es enegía primaria, concentrada, abundante, al menos hasta ahora y relativamente fácil de usar, transportar y almacenar. Además, la mayor parte del hidrógeno que actualmente se produce proviene directamente del petróleo o el gas natural (metano) o utiliza el petróleo como fuente de energía para su obtención. Prototipos de coches movidos por hidrógeno hay muchos, seguramente más de seis y proyectos de comercialización de coches eléctricos tampoco faltan. En el 2004 y en Figueruelas, sin ir más lejos, se presentó el Hydrogen3, un coche movido por hidrógeno, con las mismas o parecidas virtudes que Milagritos, aunque no era un coche de exhibición o competición, sino que iba a empezar, supuestamente, a producirse industrialmente y a comercializarse en el 2010. No parece que las cosas vayan por ahí, aunque aún estamos en febrero, sino que, por el momento las esperanzas de Opel y de casi todos los fabricantes siguen puestas en los coches de gasolina y nada se sabe de la suerte que ha corrido el proyecto ni, por supuesto, de la extraordinariamente compleja infraestructura de almacenamiento y abastecimiento que habría que montar para que este tipo de vehículos fuera viable.

Creo que está muy bien que se investigue, que se juegue con cochecitos milagrosos, que se compita y que se mantenga el objetivo de prescindir, en su momento, de los combustibles fósiles. Es algo que probablemente habrá que hacer, por las buenas o por las malas, antes o después, pero no creo que sea buena idea dar por sentado que el hidrógeno va a solucionar todos los problemas en la hipótesis, de ninguna manera improbable, de una escasez de combustibles de origen fósil. Sobre todo porque eso, de momento, está lejos de ser una realidad. Las energías llamadas renovables, altamente dependientes también del petróleo, suponen sólo una ínfima parte de la energía consumida y proporcionan, en todo caso, electricidad pero no combustibles líquidos que son los que sostienen el 95% de la economía globalizada y siguen siendo la principal fuente de energía para todos los usos. Ahora, hace cien años y en cualquier futuro previsible, hasta que se acabe o hasta que aprendamos a vivir sin ellos. No es un problema de cantidad. Es un problema de concentración de energía.

(*) En cursiva, citas literales del texto del artículo.

lunes, 22 de febrero de 2010

A propósito de la deuda

Deuda de los PIGS (a la derecha del gráfico) con el resto de los países de la zona euro y con Estados Unidos. Una buena razón, quizá  la más importante, para no dejar caer a los griegos y al que vaya detrás. Hay un artículo publicado hoy en Cotizalia, referenciado al margen, en noticias de interés, que trata, con buen humor, este asunto.

El gráfico aparece publicado en http://marketsandbeyond.blogspot.com/ sin comentarios, por Pascual Morin.
Origen de los datos: Bank for International Settlements

Celtiberia Show (*)

No sé quién le escribe los discursos a este hombre,  ni cuanto cobra, pero yo lo haría mucho mejor y más barato. Cualquiera lo haría mejor. Además, ¿a qué viene pedir ayuda ahora? ¿No íbamos a salir de la crisis en seis meses y a crear empleo a final de año? Pues mejor que se quede con todo el mérito y Rajoy que se fastidie, que al año que viene hay elecciones. Pero, claro,  no es tan sencillo.  Tonterías aparte, no es el momento de pedir ayuda, sino de hacer algo, eso está claro pero ¿qué?. Como el riesgo de meter la pata, o simplemente de que la crisis siga su curso, ignorando las medidas gubernamentales, si es que finalmente se les ocurre algo, es muy alto, lo más prudente es intentar compartirlo con cuantos más mejor. Y para el PP, pillado, como de costumbre, con los pantalones abajo, intentando hacerse un hueco en  los caladeros de votos del PSOE y entretenido con la interminable secuela de sus fechorías, gurteles y demás, la salida es muy complicada. Si pactan, mal. No hay pacto que resuelva esto y además pactar ¿qué y contra quién?. Si no van al festival que les ha montado Pepiño en Fomento,  tendrán que explicarlo muy bien y aún así, cargarán con el sambenito de la insolidaridad y, lo que es peor,  se hará explícito su juego que es, no puede ser otro, que el de apostar a que las cosas vayan de mal en  peor para recuperar el poder. Y en este río revuelto, pescarán, como siempre, los nacionalistas, fieles a su propósito de aprovechar la inviabilidad de este totum revolutum en que se ha convertido España, Rosa Díez, que quizá no tenga discurso ni proyecto diferenciado en el área económica ¿quién lo tiene?, pero está llamando, con éxito, a la puerta de los muchos desencantados que hay, tanto con el PP como con el PSOE y que aún no están dispuestos a dejar de votar. Algo habrá, también, para los de Izquierda Unida, si es que aún queda alguno,  que aprovecharán la metedura de pata de las pensiones y la inevitabilidad, al menos desde el punto de vista cosmético, de una reforma laboral más o menos profunda, que romperá la deriva izquierdista del gobierno y les dejará algo de espacio para trapichear con los sindicatos cuyo papel tampoco ha sido demasiado lúcido, que digamos, aunque y a pesar de su escasa representatividad real,  aún sean imprescindibles para evitar que esto se convierta en una selva. Bueno, de momento puede que los veamos, a todos juntos, en torno a una mesa, demasiado larga para poder hablar de nada, el próximo miércoles o jueves. Podrían empezar por intentar explicar qué es lo que está pasando y cómo hemos podido llegar a esto desde la economía que más crecía al amparo del sistema financiero más saneado del mundo, pero, por favor, que no nos cuenten otra vez lo de las hipotecas subprime. Y a ver si alguien ve alguna relación entre lo que está pasando y la cuestión energética. ¿A que no?

(*) En memoria de Luis Carandell.

domingo, 21 de febrero de 2010

Energía y tecnología

...Those discussions also rely on one of the dogmas of the modern religion of progress, the article of faith that the accumulation of technical knowledge was what gave the industrial world its three centuries of unparalleled wealth; since technical knowledge is still accumulating, the belief goes, we may expect more of the same in the future. Now in fact the primary factor that drove the rise of industrial civilization, and made possible the lavish lifestyles of the recent past, was the recklessness with which the earth's fossil fuel reserves have been extracted and burnt over the last few centuries. The explosion of technical knowledge was a consequence of that, not a cause.


John Michael Greer
The Archdruid Report (February 17 2010)

Complejidad y futuro

La sociedad es cada vez más compleja y en consecuencia, es cada vez más difícil desentrañar las relaciones e implicaciones entre las distintas manifestaciones de la economía y de la vida. Modificar las reglas del juego financiero, elevar a 100 el coeficiente de caja, por ejemplo, puede parecer una medida imprescindible pero sus consecuencias en otros campos de la economía real son impredecibles y se presumen, por que así interesa, catastróficas. La regulación del mercado laboral puede provocar a los sindicatos y romper la paz social pero modificar las condiciones o aumentar los impuestos a las grandes empresas, puede suponer una rápida deslocalización que nos deje sin empresas y sin trabajadores. Es posible abominar de las autovías, yo lo hago de vez en cuando, pero nadie quiere, ni sabe, plantear un cambio de modelo que las haga innecesarias y con el modelo actual nadie puede, seriamente, abogar por mantener una red de carreteras tercermundista. El Peak Oil ya está aquí y para quedarse, pero no podemos darnos por enterados porque eso provocaría el pánico y supondría renunciar a una nueva etapa de crecimiento, cosa que no podemos hacer. Mientras tanto, los precios altos del petróleo llevan a la recesión y los bajos desincentivan la exploración de nuevos yacimientos y la explotación de los antiguos. La deuda de los países y la de los particulares es imposible pagarla, eso ya lo sabe todo el mundo, pero mantener la ilusión de que se pagará, imprescindible para que el tinglado funcione, sólo puede hacerse en un entorno de crecimiento. La deuda privada en España supera, con mucho, lo tolerable pero la única solución obvia, que la gente deje de gastar y viva de acuerdo con sus posibilidades, provocaría un hundimiento aún más rápido de una economía basada en el consumo interno más que en ninguna otra cosa. La complejidad de todo el sistema hace que tengamos que limitarnos a poner parches, observar el resultado, ver por dónde se escapa el aire y poner otro parche. Eso y que no empeoren las cosas, es lo que cabe esperar de los gobiernos actuales. Poco más. El futuro habrá que plantearlo cada vez más local e individualmente, única forma de reducir esa complejidad y hacerla mínimamente comprensible y manejable. A pesar de lo que tienen de utopía, seguiremos siendo 6800 millones de habitantes, la elaboración de planes de contingencia por parte de las ciudades pequeñas y medianas y la inversión en sistemas e infraestructura que incrementen la sostenibilidad y reduzcan la dependencia exterior puede ser la única actividad razonable para los próximos años. Puede ser, pero no creo que sea. La gente prefiere, y hay que comprenderlo, el punto de vista optimista que consiste en creer que esto que está pasando no es más que la manifestación normal del comportamiento cíclico de la economía y que lo único que hay que hacer es prepararse para la parte expansiva del ciclo, que está al caer. Pero, cuando José interpretó el sueño del Faraón, lo que le dijo es que, en los años de vacas gordas había que amontonar grano y prepararse para los años de vacas flacas. No al revés.

martes, 16 de febrero de 2010

Otra forma de hacer política...

desgraciadamente superada.

Arenas bituminosas... ¿una solución?

Las arenas bituminosas, que cubren en Alberta, Canadá, un territorio equivalente a tres veces Aragón, constituyen una de las principales fuentes de petróleo, ahora y más aún en el futuro previsible, a medida que las más convencionales se van agotando. El petróleo aquí, se extrae de una mezcla de bitumen, un petróleo muy pesado con mucho carbón y poco hidrógeno, que no ha terminado de cocerse, y arena y el proceso de extracción consume cantidades enormes de agua, entre tres y cinco litros por litro de petroleo obtenido y energía. La contaminación y la lluvia ácida resultante y el agua contaminada están destruyendo el bosque boreal y causando gravísimos problemas ambientales y a la salud de la población del territorio pero, aunque la mayor parte de los beneficios van a parar a las compañías extractoras y a los consumidores norteamericanos que ven así reducida su dependencia energética de gobiernos mucho menos estables y fiables que el canadiense, la población del territorio parece encantada con la repentina riqueza que le ha caído encima. Más o menos lo que está pasando en el Pirineo con las estaciones de esquí y las urbanizaciones salvajes. Muy probablemente, la tasa de retorno no supere el 3 a 1 y si se consideran cuidadosamente todos los inputs energéticos necesarios, estará muy cerca del 2:1, que, en modo alguno, compensa el gravísimo daño causado a un espacio vital, ni la enorme liberación de carbono causada por la destrucción del entorno natural, pero las arenas bituminosas permiten sostener la ficción de que no hay a la vista nada parecido al peak oil y que la fiesta puede continuar sin problemas. Mientras tanto y según el NYT, China está aumentando rápidamente su demanda de petróleo, los conflictos internos están afectando a los oleoductos nigerianos y la tensión en el Golfo vuelve a crecer. La cuestión está, sólo, en saber con qué rapidez crecerá la demanda, ahora que parece que se ha dado carpetazo, aunque sea temporal, a la crisis y si la capacidad en reserva de la que tanto alardean los árabes podrá o no, cubrir esa demanda. Porque, si no es así, y lo más probable es que no lo sea, podemos esperar un incremento generalizado de la tensión y también de los precios de petróleo, dentro de este mismo año y de ahí a la escasez de combustible y a encontrarnos, un mal día de cualquier invierno, con las gasolineras cerradas y las estanterías del supermercado vacías sólo va un pequeño paso.

domingo, 14 de febrero de 2010

Revista de Prensa

Dos noticias sobre Aragón en El País de hoy: Una, el conflicto que enfrenta a los obispos de Barbastro y Lérida y de rebote a los gobiernos aragonés y catalán a propósito de 112 obras de arte de las iglesias de la franja que el obispo de Lérida tenía, supuestamente, en depósito y ahora no quiere devolver ni, y esto es literal, aunque se lo diga el Papa y dos: el ex-director de la Guardia Civil, pillado con ambas manos en la hucha cuando lo iban a nombrar ministro, que, una vez cumplida su condena, se queda con un pisito de más de 200 m en el corazón de París, una casa en las Antillas francesas y 10 millones de euros procedentes de la hucha en cuestión. Mientras tanto y por ahí fuera, el Obispo Rouco, siguiendo la senda abierta por su colega de San Sebastián que dijo que peor estábamos aquí que en Haití, por lo malos que éramos, atribuye la crisis a causas espirituales y el NYT acusa a Wall Street de conspirar con el gobierno griego para ocultar su deuda y agravar la crisis en Europa. El mismo, o parecido, interés tiene la noticia de que el Sr. Hereu, a la sazón alcalde de Barcelona, ha creado otro conflicto interautonómico, en este caso con el Sr. Belloch, alcalde de Zaragoza, a propósito de la candidatura de ambas ciudades a la organización de los juegos olímpicos de invierno de no sé qué año. Mientras tanto Vancouver, la sede actual, situada por encima del paralelo 49, está teniendo problemas por falta de nieve. Aquí, por lo visto, sobra y para aprovecharla se va a ampliar y mucho, la estación de Cerler con un proyecto faraónico que firma el mismísimo Foster. De Gran Scala se volvió a hablar no hace mucho, cuando el vicepresidente de Aragón anunció inminentes novedades como la presentación, por parte del consorcio promotor, de el proyecto definitivo del complejo para su aprobación por el gobierno regional. Ya dije en una ocasión que este tema iba a dar aún mucho que hablar. Una encuesta del CIS dice que Zapatero baja bastante en el aprecio de los electores pero que Rajoy no sube nada. En la última página de El País, Karmentxu Marin entrevista a Rosa Díez, que es la única que parece estar subiendo, sin que sus respuestas permitan averiguar cuál es la razón para esa subida. La SGAE ha sido condenada por un tribunal a devolver lo cobrado a bares y restaurantes en concepto de derechos de autor. Esto último va en serio, pero, lo siento mucho, no ha sido la SGAE de aquí sino su versión inglesa y el tribunal también era inglés. Hablando de tribunales, el Tribunal Supremo está considerando la posibilidad de empapelar al Juez Baltasar Garzón por intentar remover el asunto de la identificación de cadáveres en las fosas clandestinas de la guerra civil. Supongo que al final la cosa quedará en nada pero el espectáculo ya está dado. No hace mucho, otro tribunal ha juzgado y condenado a un ¡espía! que trabajaba ¡para Rusia!, el muy traidor. A doce años, y aún es poco. Y eso que tener algo que interese a los rusos, aunque ya no son lo que eran, lo suficiente como para espiarnos, levanta mucho la moral. A ver si nos enteramos de qué se trataba. Si no es un secreto, claro. Mientras tanto la crisis a punto de acabarse, o de acabar con el gobierno, según se mire. Y al pobre Marichalar, una vez divorciado de la infanta Elena, lo han apeado del burladero del museo de cera, a dónde lo habían enviado cuando la separación temporal, y lo han quitado, definitivamente, del medio. Y además, su ex suegro le ha quitado el ducado de Lugo mientras intenta, su suegro, no él, con poco éxito a lo que parece, sentar en al misma mesa a sindicatos, empresarios y partidos políticos para solucionar los problemas del país. Y no deberían tenerlo difícil ya que, según otra encuesta del CIS, los políticos y por extensión los sindicatos y los empresarios, son ya el tercer problema en importancia de los que tiene este país.

viernes, 12 de febrero de 2010

La leyenda negra

Pero ¿qué hace este hombre? ¿por qué inclina(ba) la cabeza? La foto es algo antigua, de cuando el Nobel de Economía y el Presidente estaban a partir un piñón, porque últimamente Krugman, que tiene un blog en el NYT, dedica buena parte de sus entradas a poner a caldo la economía española, contribuyendo así a la campaña de desprestigio que, según el ministro de fomento, Sr. Blanco, están orquestando los enemigos de Europa, del Euro y de la civilización cristiana cuya punta de lanza es, como siempre, España. No lo ha dicho así pero ha sonado prácticamente igual que cuando otro gallego de pro, de nombre Francisco, atribuía todos nuestros males a una conjura judeo masónica, organizada, más allá de nuestras fronteras, por los mismos que tejieron la leyenda negra que tanto daño nos hizo y tanto contribuyó a que el mundo ignorara lo mucho que nos debía por haber sostenido, contra el viento huracanado de la reforma y quemando a quién hiciera falta, las auténticas esencias de la religión católica. Ahora, como entonces, todo depende de la imagen. Por eso tenemos por ahí de tournée a la ministra de economía y a su secretario de estado, intentando convencer a los inversores extranjeros de las bondades de la deuda pública española y al Sr. Zapatero, por ahora con más voluntad que acierto, vendiendo sin desmayo y venga o no a cuento, las maravillas de nuestra economía.

Pero cargar las tintas con España puede parecer, en efecto, una injusticia comparativa. Si uno se atiene a los datos que circulan por ahí, todos los gobiernos de la eurozona y los Estados Unidos son insolventes y la crisis griega es sólo un aperitivo. Trillones de euros y de dólares enterrados en supuestos planes de estímulo, en realidad entregados a los banqueros que causaron el desastre, sobre todo en Estados Unidos o dilapidados en innecesarias estupideces, en España, por ejemplo, no parecen haber servido para nada. La ayuda que Merkel ha comprometido con  Grecia y según dicen con el que caiga detrás y la capacidad que aún conservan los Estados Unidos e Inglaterra para 'imprimir' billetes puede retrasar un poco el colapso. Ya veremos cuanto.

El pico de petróleo en la prensa (II)


No es que sea un oráculo demasiado fiable, ni que el artículo sea una maravilla, pero no deja de tener su importancia que el Wall Street Journal haya decidido dar cabida, aunque sólo en la edición europea, a la, hasta no hace mucho cuidadosamente ignorada, cuestión del peak oil y la subsiguiente crisis energética. ¿Con qué propósito?. Descartada, por improbable,  la mera voluntad de informar, hay que considerar otras posibilidades como, por ejemplo para elevar los precios del crudo en los mercados de futuros, o reorientar la política y las prioridades de inversión, de los gobiernos europeos hacia las energías renovables, la nuclear o los vehículos eléctricos, o ... cualquiera sabe. Pero estoy de acuerdo. La próxima crisis será una crisis energética. Las financieras han perdido ya toda credibilidad y no queda más dinero para repartir entre los banqueros.

martes, 9 de febrero de 2010

El pico de petróleo en la prensa (I)

Hoy he leído un artículo, en el diario digital Cotizalia, sobre el Peak Oil, que hace un esfuerzo por presentar las distintas teorías relacionadas con el pico de Hubbert. No contiene nada nuevo sino que es una sucinta, pero interesante, exposición del estado de la cuestión. Lo saco a colación porque no es corriente que la prensa española y menos la económica, se ocupe de estas cosas y por uno de los comentarios, bastante pintoresco, firmado por una tal labruja, que contiene, en un tono algo más informal de lo habitual, alguno de los argumentos habitualmente esgrimidos en contra de esta teoría y que me permito reproducir aquí:

'Jajaja, hacia tiempo no me reía tanto con un articulo. Y es k aki hay iluminados y tontos de capirote. Una mentira repetida 1000 veces no se convierte en verdad pero se le parece mucho y cuando hay intereses k defender como la nuclear pues mas. Y entiendase k personalmente sí vería con buenos ojos cuatro o cinco centrales nucleares mas en españa. Pero eso es una desviacion al tema de la bufonada. Lo del peakoil siempre me ha parecido del humor digno de intereconomia o esas emisoras de chiste. Eso de iba un dinosaurio y se cayo en un pozo. Y hasta aki podria parecer k soy demagoga. Pero y si le digo k hay otra teoría al origen fosil del petroleo k es la abiotica. El pretroleo y otros hidrocarburos surguirían del manto de la tierra y por lo tanto contra mas abajo mas abundante. Eso no explica todo como tampoco explica casi nada la teoria del chiste, perdon, de los fosiles como el rellenado de yacimientos de forma natural despues de agotarse... Eso explica pk se encontró petroleo en suecia o en vietnam o pk Rosneft sigue sacando petroleo. aunke a mas profundidad petroleo mas caro y en eso si pueden compararse ambas teorias. En fin, otro dia en lugar de iluminismos mirese al espejo.'

La teoría abiótica, sobre la formación de petróleo, presupone, en efecto, que el petróleo no tiene origen fósil sino que se crea continuamente en el manto terrestre, por debajo de la corteza, a partir de materia inorgánica. Los partidarios de esta teoría, por llamarla de alguna manera, sostienen también, como lógica consecuencia, que la cuestión del Peak Oil es irrelevante puesto que el petróleo no es un recurso finito y los yacimientos actuales se rellenarían solos una vez vacíos. Hay dos versiones de esta teoría, la débil, según la cual el petróleo se formaría muy despacio, prácticamente a la misma velocidad que la atribuida al de  origen fósil y la fuerte, que pretende que se formaría a una velocidad hasta 10000 veces superior. La fuerte es directamente falsa, hay documentación  e información de sobra sobre el tema que no cabe reproducir aquí, y por tanto irrelevante, y la débil es irrelevante, aún en el muy improbable supuesto de que tenga algún fundamento. 


El suministro de petróleo está controlado por acontecimientos, de un pasado geológico remoto, que son inmunes a la política. Colin Campbell ASPO founder. 

sábado, 6 de febrero de 2010

A modo de justificación

De vez en cuando recibo correos de lectores —en general amables, aunque discrepantes— que señalan inconsistencias o contradicciones en lo que escribo. El último mensaje que he leído me preguntaba, con cierta ironía, qué demonios saco de difundir una visión tan pesimista de la política y, según él, de la vida en general.

La respuesta es sencilla: no saco nada. Y lo de “difundir” es una forma de hablar. Por lo que sé, mis textos los leen, de vez en cuando, dos o tres personas que me escriben y media docena que conozco, pero que no comentan nada en público. No tengo contador de visitas, así que ignoro si entra alguien más. En cualquier caso, mi capacidad de “propagación” es tan limitada como mi interés en propagar nada.

También se me reprocha que el blog no permita comentarios. Es cierto, y no es casualidad. Escribo por el placer de escribir, por releerme pasado un tiempo y contrastar mis palabras con la realidad. También para pensar en voz alta sobre cuestiones que me preocupan —la energía, la economía o la política— pero no para entrar en debates interminables. Para discusiones técnicas sobre temas como el peak oil o la reforma monetaria hay excelentes espacios como ASPO o The Oil Drum. Ni la energía ni la economía son mi especialidad, aunque me interesan lo suficiente como para reflexionar libremente sobre ellas.

Aun así, he dejado un correo de contacto. Un blog totalmente ajeno a cualquier forma de retroalimentación me parece contrario al espíritu de Internet. Ahora bien, apenas abro esa cuenta y los mensajes recibidos —siete en total, cuatro de la misma persona— rara vez requieren respuesta. Alguno, eso sí, me ha inspirado un tema.

Es posible que en mis textos haya contradicciones. No pretendo ser un especialista, y la realidad es tan cambiante que mantenerse siempre en un mismo punto de vista no solo es difícil: es, en ocasiones, desaconsejable. Tampoco soy un pesimista todo el día, ni mucho menos un optimista. Simplemente describo las cosas como las veo, sin que el optimismo o el pesimismo jueguen papel alguno.

Otra cosa es que gobiernos, empresarios o prensa consideren necesario contar cuentos diarios para que los inversores no guarden su dinero y la bolsa siga creciendo sin límite. Ese es su problema, y el de una política monetaria global absurda, que nos empuja a sostener un crecimiento continuo e insostenible. Terminará afectándonos a todos, pero no hay nada que yo pueda hacer para evitarlo.

viernes, 5 de febrero de 2010

Dos imágenes...

Las dos actuales, una tienda de alimentación en una céntrica calle de Madrid, ayer mismo, y una gasolinera abandonada, la foto es de hace unos meses, ahora está mucho peor, a pocos kilómetros de Huesca en dirección Este. La primera es una metáfora de esta época de abundancia que, aún, estamos disfrutando y la otra de lo que podría llegar a ocurrir (o de lo que ocurrirá inevitablemente, según cada vez más gente). Probablemente la gasolinera fue construida sin tener en cuenta, por ejemplo, que había una muy cerca, poco más de cinco kilómetros y con mejores accesos y sus propietarios tuvieron que cerrarla, pero la imagen es escalofriante y recuerda, sin muchos problemas, alguna de las más famosas películas apocalípticas de ciencia ficción. La primera imagen puede dar la impresión de seguridad y solidez pero es, en cambio, la imagen de algo muy frágil. Ese escaparate se llena casi cada día, porque los productos que allí se exhiben son casi todos perecederos, gracias a que la inmensa mayoría de las gasolineras de este país tienen un aspecto mejor y más animado que el de la foto. La cuestión está en que es muy poco probable que las gasolineras, si empiezan a cerrar, lo hagan poco a poco o de una en una. Si un día llegamos a una y nos dicen que no tienen gasolina puede que se trate de un problema temporal de suministro, de una huelga o de cualquier otro incidente ocasional. Si llegamos a la segunda y ya la encontramos cerrada y sin nadie para dar explicaciones, será mejor que demos la vuelta y vayamos al sitio más seguro que podamos alcanzar con la gasolina que nos quede. De momento no nos preocuparemos demasiado. Hay precedentes, incluso en los Estados Unidos, y las gasolineras han vuelto a abrir. Pero... ¿y si no abren?. La imagen de la tienda parece indicar que tenemos margen. Vivimos tan rematadamente bien y tenemos tanto de todo que, quizá, no será mucho problema vivir un poquito peor prescindiendo, al menos temporalmente, de los embutidos ibéricos, los quesos suizos de importación, el caviar ruso y otras fruslerías. Pero con las gasolineras cerradas no sólo faltará el Jabugo, también la mortadela con aceitunas y hasta el pan negro.

lunes, 1 de febrero de 2010

Victory Gardens

Durante las dos grandes guerras mundiales se hicieron muy populares los llamados Jardines de la Victoria que no eran sino huertos, plantados con más o menos gracia donde antes había flores y otras plantas ornamentales, con los que la gente corriente contribuía, a su manera, al esfuerzo de guerra de sus respectivos países, reduciendo la presión sobre el suministro de alimentos. Esta idea es la que está detrás de las llamadas Transition Towns o ciudades de transición, que están empezando a extenderse, sobre todo por los países anglosajones y que muchos de los peakistas, yo mismo hasta no hace mucho, toman como modelo de lo que debería hacerse para prevenir, o mitigar, las consecuencias del inevitable colapso en el suministro de combustibles líquidos. Y digo que hasta no hace mucho porque la verdad es que los números no salen. La agricultura extensiva, altamente mecanizada y dependiente de una aportación importante de fertilizantes permite mantener una población, casi siete mil millones de habitantes en estos momentos, que, de ninguna manera, podría hacerse depender de los jardines de la Victoria o de una agricultura artesanal, sin maquinaria ni abonos estrechamente ligados a la disponibilidad de petróleo barato. No está nada claro que, en un entorno de disponibilidad de energía limitada o muy limitada, uno pueda organizarse la vida y sobrevivir a cuenta de su huerto en el jardín trasero. No, a no ser que disponga también de un AK47 y sepa como utilizarlo.

viernes, 29 de enero de 2010

Jubilación y pensiones

Los intereses a corto plazo de empresas y políticos suelen prevalecer sobre los generales, y eso de forma tan habitual que ya lo consideramos completamente natural. Por eso resulta curioso que el gobierno salga, ahora, con que el sistema de pensiones, en el corazón del estado de bienestar, corre serio peligro, después de haber negado la mayor, la existencia del más mínimo problema en las cuentas de la seguridad social, durante mucho tiempo. Hace tiempo que está claro, para cualquiera con un mínimo de sentido común, que no es posible sostener, indefinidamente, ningún sistema lineal en un entorno finito y las pensiones, claro, no son ninguna excepción. Desde hace más de cien años, una vez más gracias al petróleo, nos distinguimos del resto de los animales, entre otras, pocas, cosas, por vivir mucho más allá de la edad fértil, es decir, por seguir vivos cuando ya no somos útiles, desde el punto de vista de la naturaleza, para nada. Por cuanto tiempo se podía mantener este derroche de recursos, no ha estado nunca claro, pero, parece, que algunas señales de alarma se están encendiendo en los despachos ministeriales y con la suficiente intensidad y alboroto como para que, hasta nuestro gobierno, bendito sea su optimismo, reconozca que algo puede llegar a ir mal, o no tan bien, en esta maravilla de país que nos ha tocado vivir. Agárrense, que vienen curvas.

martes, 26 de enero de 2010

Gestión de riesgos (o algo parecido)

El ejército de los Estados Unidos considera la eventualidad de un Peak Oil y en general, la cuestión energética, como una amenaza potencial para la seguridad de su país. El gobierno chino, incapaz de plantearse otra cosa que el crecimiento compulsivo, lleva tiempo desarrollando una política extraordinariamente agresiva destinada a incrementar sus reservas de petróleo crudo almacenado y a asegurarse, de momento mediante acuerdos y tratados, el suministro procedente de países como Irak y Venezuela, al mismo tiempo que invierte miles de millones en la construcción de un oleoducto, entre el extremo oriente de Rusia y el Noreste de China, capaz de transportar 15 millones de toneladas de petróleo crudo cada año. Algunas ciudades, en Estados Unidos, Inglaterra o Australia han elaborado planes de contingencia destinados a minimizar los efectos de una crisis de suministro. Por aquí, de momento, poca gente ha oído o está interesada en oír hablar de estos asuntos. Se habla, eso sí, de retomar cuanto antes la dichosa senda del crecimiento, pero la energía necesaria para ello se da por descontada sine die.

martes, 19 de enero de 2010

Gobierno: innecesario pero inevitable.

Glosa, e interpretación libre, del texto de Randall G. Holcombe, “Government: Unnecessary but Inevitable” 


La mayor parte de la gente corriente tendría dificultades para contestar si se le preguntara para qué sirve el gobierno. Tampoco tendríamos una respuesta inmediata si la pregunta se la hiciéramos a un ministro, consejero, conceller, diputado o concejal de cualquier administración. No porque no tuviesen una respuesta sino por la incorrección política de verbalizar la evidencia. Y lo que es evidente es que el gobierno sirve ante todo a los intereses de los que están en el gobierno y sólo coyunturalmente y por necesidades electorales, a los intereses generales que, por otra parte, y como bien sabe el gobierno son muy difíciles de establecer. El gobierno puede pretender y de hecho pretende que gracias al gobierno se construyen carreteras y  hospitales y se mantiene, en condiciones favorables, una apariencia de orden, pero ese no es, ni ha sido nunca, el objetivo ni la razón de ser del gobierno, de ningún gobierno, sino la transferencia de recursos desde los que no hacia los que sí están en el gobierno. La diferencia más importante entre un gobierno y una cuadrilla de bandidos, su precedente más notable, es que el gobierno considera que conviene a sus intereses permitir que los que no están en el gobierno guarden, para sí, una parte de lo que producen mientras que los bandidos, propiamente dichos, se quedan con todo, desincentivando así la creación de riqueza y perjudicando también y a medio plazo, sus propios intereses. Otra diferencia es que el gobierno se organiza de tal manera que los que no están en el gobierno le entregan, no voluntariamente pero, en general, sin necesidad de recurrir a la fuerza, parte de la riqueza que producen en lugares designados por el gobierno y que reciben el nombre de oficinas de recaudación o de hacienda, mientras que los bandidos se ven obligados a ir, casa por casa, a buscar esa riqueza y tienen que recurrir a la fuerza para obtenerla. Pero el gobierno es inevitable, ya que cualquier colectivo al que se encomendara el mantenimiento del orden, necesario para el desarrollo de cualquier sistema económico por elemental que sea, tendería a convertirse en gobierno para, así, maximizar su beneficio.

En los sistemas democráticos actuales, en los que se considera necesaria una especie de legitimación periódica, consistente en el apoyo, más o menos, explícito, de una mayoría de los gobernados, el gobierno es particularmente innecesario, aunque siga siendo inevitable, ya que su acción de gobierno se limita a intentar mantenerse en las encuestas por encima de sus competidores, dejando de lado cualquier iniciativa mínimamente problemática, por más beneficiosa que pudiera resultar a medio y largo plazo. El horizonte del gobierno, democrático, son las próximas elecciones, ya que en ellas existe el riesgo, controlado, de que se vea obligado a dejar de ser gobierno y ceder temporalmente el poder y con él la parte más importante de los ingresos que proporciona. No obstante y para evitar problemas, una democracia consolidada mantiene a los que han sido gobierno y pueden volver a serlo en una especie de limbo, en el que siguen percibiendo parte de las rentas de los gobernados, sin más obligación que la de hacer notar, de cuando en cuando, lo mucho mejor, para ellos, que irían las cosas si ellos estuvieran en el gobierno en lugar de los que están. Más allá de ese horizonte electoral no hay sino el vacío. Todo se supedita a ese inevitable trámite en el que, en realidad, se deciden muchas menos cosas de las que la gente cree,  pero mucho más importantes,  para el gobierno, claro.

El texto de Holcombe,  al que ya me he referido en alguna otra ocasión,  me ha venido a la cabeza mientras leía la reflexión de José Luis Trasobares  a propósito de la última y no por eso menos memorable, ocurrencia de nuestras autoridades que van a embarcarse, de nuevo, en la siempre rentable, desde el punto de vista del gobierno, aventura olímpica. A nadie, que no esté en el gobierno y tenga en buen uso la mayor parte de sus facultades mentales, se le puede ocurrir comprometer su hacienda y su buen nombre en operaciones como la Expo, la otra expo de 2014, que en ambientes populares se conoce como expo nabo,  o, ahora y por enésima vez, los juegos olímpicos de invierno de no sé qué año y eso por no hablar de los casinos a gran escala, pero para el gobierno este tipo de actividades, además de rentables por razones que tienen que ver, ¡cómo no!, con el urbanismo y la especulación, son algo fundamental. Es la versión actualizada del circo de los gobiernos romanos,  que solían acompañar de pan (pan y circo, ya saben) para evitar que se soliviantara el personal y pusiera pegas a la, normalmente discreta, actividad depredadora gubernamental.  El pan y el circo van indisolublemente unidos. La gente se sosiega bastante con el circo, pero sólo mientras el pan se dé por descontado.

jueves, 14 de enero de 2010

Reflexiones, desordenadas, sobre el ¿final? de la crisis

La crisis del 2008/2009 parece haberse difuminado en el tiempo. Los que pronosticaban el apocalipsis parecen un tanto desorientados y los que confiaban en que la crisis iba a forzar un cambio en el modelo económico y a dar lugar a una nueva sociedad, están empezando a desesperar. El apocalipsis no parece estar en el horizonte inmediato y el cambio en el modelo económico es algo completamente ajeno a los intereses y afanes de los responsables políticos actuales, pero, aunque es verdad que el consumo de petróleo está bajando en los países occidentales, es difícil aumentarlo cuando hay prácticamente un coche por habitante, ni las carreteras ni las ciudades soportan ya más tráfico rodado y el consumo industrial ha disminuido o se ha estancado como consecuencia de la crisis, también lo es que está aumentando y muy deprisa en China y la India y su potencial de crecimiento compensará, con creces, cualquier disminución, tolerable, del consumo en los países de la OCDE.

Por otra parte los brotes verdes no son tantos ni tan verdes. La venta de automóviles en los Estados Unidos y el índice de paro no son tan alentadores como se nos ha venido contando, en realidad, nada es como se nos ha venido contando y la escalada de la bolsa tiene, como de costumbre, más que ver con la especulación y con los planes de rescate de entidades financieras y empresas en crisis, miles de millones de dinero público, que con ninguna otra cosa. Planes de rescate que han dejado claro que, si las crisis fueran sólo lo que esta parecía en un principio, no habría ningún problema. El dinero ahora no cuesta ni el precio del papel donde está impreso. De hecho, ni siquiera se imprime, basta con anotar la cantidad que se quiera en la pantalla de un terminal, de algunos terminales, claro, el suyo no sirve, para tener a mano todo el dinero necesario para solucionar cualquier problema, excepto el de la deuda y de este último, que es muy grave, no hay que preocuparse: Las deudas que no se puedan pagar, no se pagarán y ya veremos con qué consecuencias. Islandia podría sentar un interesante precedente.

En cuanto a la otra crisis, la real, la que se presenta como consecuencia de la imposibilidad de sostener un crecimiento exponencial de la explotación de los recursos naturales, la cuestión está sólo en establecer la velocidad con que va a manifestarse y, como ya he dicho en otras ocasiones, en si nos va a golpear a nosotros o a nuestros descendientes y en este último caso ya se preocuparán ellos. En torno a cuestiones tan vitales como las reservas de petróleo, las tasas de retorno, el estado de la red eléctrica o el costo real de las energías renovables nos movemos en el terreno de la especulación y la fantasía, atentos sólo a los beneficios inmediatos y a mantener la ilusión de que este estado de cosas se puede mantener indefinidamente. Los mismos medios de comunicación y los mismos gobiernos que han propiciado, por segunda vez, una extravagante situación de alarma a cuenta de una supuesta mutación del virus de la gripe, ignoran deliberadamente todas las alarmas que se van encendiendo en relación con nuestra dependencia del petróleo y otras cuestiones energéticas y medioambientales. La razón es cada vez más evidente. En el primer caso, la alarma ha servido para incrementar los beneficios de las grandes empresas farmacéuticas y en el segundo, cualquier crisis de confianza podría afectar negativamente las expectativas de un crecimiento cuya continuidad es básica para sostener todo el tinglado.

Y en cuanto a la crisis y su aparente pérdida de virulencia en estos últimos meses, los indicios de que puede no ser cierto que haya pasado lo peor no son, en absoluto, despreciables y la frivolidad con la que nuestros políticos se refieren a la inminencia de la recuperación, inspira cada vez menos confianza y el hecho de que los causantes directos de la crisis financiera, la de mentira pero con consecuencias reales para un montón de gente, hayan salido de rositas tampoco ayuda a confiar en el futuro.

martes, 12 de enero de 2010

La función exponencial

La falta de comprensión del funcionamiento de la función exponencial es uno de los más graves problemas con los que se enfrenta la humanidad en esta última etapa de la era de la abundancia. Decir que una determinada magnitud está creciendo un 4 o un 5% anual es, exactamente, lo mismo que decir que esa magnitud está creciendo exponencialmente. Y el problema con un crecimiento exponencial es que cuando empieza a ser problemático es ya demasiado tarde para tomar ninguna medida correctora. He aquí un ejemplo (tomado del vídeo del profesor Albert Bartlett,  Arithmetic, population and energy)

Si una magnitud determinada crece a una tasa del x% anual, esa magnitud se duplica cada 70/x años. Imaginemos ahora, una botella en la que introducimos una bacteria o cualquier tipo de bicho que se reproduzca por algún procedimiento similar a la división celular y supongamos, en consecuencia, que el número de bacterias se duplica cada minuto y que al cabo de una hora la botella está llena. Si el proceso empieza a las 11:00 ¿En qué momento las bacterias se darán cuenta de que se les acaba el espacio?. A las 11:55 más del 96% de la botella estará vacía. A las 11:59 todavía dispondrán de la mitad de la botella, pero un minuto después, a las doce en punto,  ocuparán todo el espacio disponible. Si intentamos solucionar el problema proporcionándoles otra botella ¿cuánto tiempo tardarán en llenarla también? A las 12:01 la segunda botella estará llena y a las 12:02 habrían llenado, si las tuvieran, otras dos botellas.

Esto puede dar una idea de lo que supone, en un entorno finito, impulsar el crecimiento, en cualquier tasa y de la imposibilidad real de sostener ese crecimiento más allá de unas pocas docenas de duplicaciones. Ahora un caso real, el crecimiento de la propiedad de vehículos de motor en manos de los chinos:


¿Por cuánto tiempo podremos sostener esta tasa de crecimiento antes de que el petróleo, o los materiales necesarios para construir automóviles, o el espacio necesario para que circulen se agote? ¿Por cuánto tiempo podrá sostenerse esa tasa, o cualquier otra, de crecimiento?. El problema,  de los que planifican el crecimiento,sobre todo,  es que confunden la posibilidad, real,  de hacer crecer exponencialmente la masa monetaria, lo que no tiene ningún problema ya que el dinero nos lo inventamos, con la posibilidad, ilusoria, de hacer lo mismo con los recursos naturales.

Los datos son de la Oficina Nacional de Estadísticas de la República Popular China y el gráfico de  Stuart Staniford

domingo, 10 de enero de 2010

Más sobre la pandemia que nunca existió

La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, a propuesta del Dr. Wolfang Wodarg, ha admitido a trámite una proposición para investigar y debatir el papel de la OMS y de la industria farmacéutica en el asunto de la falsa pandemia, conocida como gripe A o gripe porcina. A buenas horas. La verdad es que después de lo de la gripe aviar, sobre lo que ya escribí esto en su momento, resulta un auténtico escándalo que, apenas tres años después, hayamos vuelto a las andadas. Los gobiernos y los medios de comunicación, El País, por ejemplo, se han cubierto de gloria una vez más y aquí, como de costumbre, no pasa nada. Salvo que hemos gastado miles de millones en vacunas que no se han utilizado, en el mejor de los casos, o que se han utilizado para nada, arriesgando la salud de miles de personas.

sábado, 9 de enero de 2010

Sorry, I'm a doomer.

Peakistas, doomers, cornucopianos, indiferentes, ignorantes... de todo hay en el debate sobre el Peak Oil. Personalmente y aunque quizá fuera preferible el estatus de simple observador, no tengo ningún inconveniente en aceptar, con pocos matices, el de doomer que, según la Wikipedia (no sé que haríamos sin ella) es una persona preocupada por la eventualidad de que una escasez de petróleo pueda llevar a una recesión económica severa o a otra Gran Depresión a la que seguirá inevitablemete una Catástrofe Maltusiana, atribuible a la sobredependencia del petróleo tanto para el transporte como para la producción agrícola e industrial. La teoría del Peak Oil, enunciada por Marion K. Hubbert en los años 50, es perfectamente consistente con los hechos observados desde entonces y más concretamente con el pico de petróleo en los Estados Unidos a principios de los 70. Además, hay algunos hechos que el más conspicuo de los cornucopianos tendría problemas para rebatir: 1. El planeta es finito y cualquier recurso que contenga es, por tanto, limitado. 2. No hay, hoy por hoy, alternativas válidas al petróleo. Ninguna otra fuente de energía, si se exceptúa la nuclear, se presenta con niveles de concentración parecidos y la nuclear es utilizable, de momento y con algunas objeciones, para producir electricidad pero no combustibles líquidos. 3. El sistema monetario, basado en la deuda, no permite plantearse la posibilidad de un estado estacionario y hace imperativo el mantenimiento del crecimiento. 4. El incremento de población directamente atribuible al petróleo, que ha permitido la agricultura intensiva, con fertilizantes obtenidos del petróleo y extensiva, con la utilización masiva de maquinaria agrícola y la globalización de la producción, es de más de 4000 millones. 5. El petróleo era la principal fuente de energía en 1900 y sigue siéndolo en 2010. No ha habido ningún progreso real en ese campo. 6. El hidrógeno, en el que parecen depositadas ciertas esperanzas en el campo del transporte, no se encuentra libre en la naturaleza. Hay que producirlo ateniéndose, desde luego, a las leyes de la termodinámica y hoy por hoy, la principal fuente de energía para producirlo es, también, el petróleo. 7. El petróleo fácil ya ha sido extraído. Los nuevos yacimientos tienen una tasa de retorno, energía obtenida por energía invertida, muy baja. Yo no soy, en todo caso, un doomer nihilista. No creo que haya que hacer nada, ni que no haya nada que hacer,  para sostener la globalización y el crecimiento compulsivo, pero creo que hay esperanzas de supervivencia para pequeñas comunidades que se planteen un modo de vida radicalmente distinto.

If you cannot bring good news, then don’t bring any!
The Peak Oil Crisis: 2010 An annus horribilis

El entorno de la Catedral de Barbastro, con la torre, antiguo alminar de la mezquita árabe, exenta,  los contrafuertes exteriores visibles y todo el perímetro, excepto la fachada sur que da a la parte de atrás del Coso, despejado. Las escaleras de acceso, por la entrada Oeste, quizá estarían mejor con una barandilla o algún otro elemento de protección en el lateral que ahora carece de él, pero, por lo demás, la mejora del conjunto es notable.

miércoles, 6 de enero de 2010

El ocio, de los otros, como recurso


Algunos de los que ahora gobiernan Aragón dicen creer, lo que crean realmente es otra cuestión,  que vamos hacia un modelo de sociedad, que ellos llaman del ocio, en la que lo importante será el diseño y la explotación de actividades para rellenar el mucho tiempo que ya no tendremos que dedicar al trabajo:  estaciones de esquí, parques temáticos, casinos, circuitos de competición, turismo de montaña, rural o urbano, festivales, fiestas patronales, becerradas y cosas por el estilo, además de carreteras, para ir de una juerga a otra y unas pocas industrias, de montaje de automóviles, por ejemplo, lo más aparatosas y menos necesitadas de ingenio que sea posible.  En España, además, una perspectiva de este tipo tiene todo el predicamento social que sea necesario. Aquí nada importa tanto como encontrar alguna ocupación distinta de trabajar, lo que la gente llama divertirse,  y eso, en un país de nuevos ricos, que se creen con derecho a tenerlo todo y a tenerlo ya, es, cuando menos, curioso porque  la energía, necesaria para tenerlo todo, si es que está disponible, habrá que pagarla, trabajando y si no,  tendremos que aportarla nosotros mismos y a eso, a aportar la energía necesaria para mantener la entropía local dentro de unos límites que la hagan compatible con la vida -más bien con la gran vida-, también se le llama trabajar.  Aunque puede que la idea no sea  exactamente que nosotros no hagamos nada, sino destacar el hecho de que los aragoneses tenemos un territorio especialmente bien dotado para que el resto del mundo, los 25 millones que van a acudir, cada año, a los casinos de Ontiñena, por ejemplo, venga a pasar aquí sus momentos de ocio. Como nosotros tendremos que hacer de camareros, macarras, putas, traficantes, limpiadoras, croupiers, guias de montaña, monitores de esquí y lo que salga, en realidad el ocio será para los otros, que irán cayendo más y más en el vicio y la molicie mientras nosotros, como laboriosas hormiguitas, iremos amontonando trigo en nuestro hormiguero y podremos así contribuir a la felicidad, y de paso al ocio, de tanto político y tanto listo a cuyos desvelos e ingenio tanto deberemos. Lástima que tan brillante idea no se nos haya ocurrido sólo a nosotros.

Año Nuevo ¿Vida nueva?


El precio del petróleo, en estos primeros días del año 2010, ha rebasado de nuevo los 80$/b y de nuevo es complicado decidir si eso es bueno o es malo. Hay quién lo considera un síntoma de recuperación económica o la única forma de incentivar la exploración y mejorar la explotación de los yacimientos actuales y quién lo considera un obstáculo para la, según ellos, imprescindible vuelta al crecimiento. Esta es, definitivamente, una sociedad muy compleja y por tanto sometida a múltiples tensiones y dependiente de innumerables factores pero hay uno que es incuestionable: no estamos dispuestos a renunciar, ni a considerar la posibilidad de renunciar, a nuestra forma de vida actual, a conducir por dónde y cuándo nos dé la gana, a la calefacción, a la segunda residencia, a las vacaciones en la playa, cuanto más exótica mejor y en definitiva a todo aquello gracias a lo cual hemos olvidado siglos de miseria y humillación, a pesar de que no están tan lejos ni en el tiempo ni en el espacio. Pero los años de abundancia terminaron hacia 1976, al menos para las sociedades occidentales más avanzadas, aunque aquí en España hayamos disfrutado de una prórroga, por la única razón de que para nosotros la prosperidad empezó mucho más tarde y se haya construido una industria imaginaria, la del dinero virtual, la deuda y la especulación, que permite sostener la ficción de que nada va a cambiar, durante algún tiempo. Probablemente ya no mucho más. Esta ilusión está basada en una confianza irracional en el mercado y en las posibilidades actuales y supuestas de la tecnología, y en la contumacia en ignorar las leyes de la termodinámica y la finitud del planeta y de sus recursos. Hay quién está convencido, o finge estarlo, de que basta con aplicar las leyes del mercado y subir el precio para que se produzca más petróleo y también hay algunos que creen que el hueco que deje el petróleo, cuando lo deje y si es que lo deja, será llenado con facilidad por lo que llaman energías renovables, básicamente la electricidad producida por el viento, el sol o el agua, pero nada de esto es cierto. Hasta Bush Jr. sabía que el petróleo es un recurso imprescindible y que asegurar los yacimientos, estuvieran donde estuvieran, era una cuestión vital y por eso, lo de las armas de destrucción masiva no se lo creía ni Aznar, invadió Irak, que tiene en su subsuelo las terceras reservas mundiales de petróleo y no, por ejemplo, Corea del Norte, que tenía armas y además había amenazado reiteradamente con utilizarlas, pero no tiene una gota de petróleo. Y las energías renovables, además de depender y mucho del petróleo, no producen combustibles líquidos y su densidad energética es muy inferior a la de los combustibles fósiles y por tanto inadecuada para la mayoría de las aplicaciones de éstos, aplicaciones de las que depende, totalmente, la globalización y el crecimiento. Y volviendo al principio, el petróleo puede estar a 80$ por razones que tengan que ver con el suministro, con la caída de inventarios por el invierno, con la especulación, con el eterno conflicto fronterizo entre Irán o Irak o con lo que sea. De la misma forma que los árabes, en su suelo están los mayores yacimientos conocidos, pueden estar, o no, mintiendo sobre sus reservas y sobre su capacidad de incrementar la producción, ahora dicen que no producen más porque no quieren, pero nada de eso cambia el hecho, incuestionable, de que, en algún momento, tendremos que plantearnos otra forma de vida. Y no será tan divertida como ésta.

viernes, 1 de enero de 2010

ZP presidente, de turno, de la Unión Europea.


Esta entradilla de El País digital de hoy ha dado lugar, como puede verse, a un número importante de comentarios de lectores que, en su mayoría, se tomaban el asunto a chacota. Da la impresión de que el Sr. Zapatero está alejando del PSOE el voto de las clases medias urbanas, por una combinación de mala suerte e incontinencia verbal. Yo no creo que este hombre sea más incompetente que, por ejemplo,  Aznar aunque desde luego, a su gobierno  le falta la frescura y el idealismo de los de Felipe González, que tuvo a casi todo el PSOE y a una parte importante de la sociedad española detrás de él, incluso en los peores tiempos. Zapatero controla el aparato del PSOE y por tanto las listas, por el momento, y por eso detrás de él están sobre todo los que tienen algo que perder que, entre gobierno central,  autonomías y gobiernos locales, son más de lo que a primera vista parece.