viernes, 29 de enero de 2010

Jubilación y pensiones

Los intereses a corto plazo de empresas y políticos suelen prevalecer sobre los generales, y eso de forma tan habitual que ya lo consideramos completamente natural. Por eso resulta curioso que el gobierno salga, ahora, con que el sistema de pensiones, en el corazón del estado de bienestar, corre serio peligro, después de haber negado la mayor, la existencia del más mínimo problema en las cuentas de la seguridad social, durante mucho tiempo. Hace tiempo que está claro, para cualquiera con un mínimo de sentido común, que no es posible sostener, indefinidamente, ningún sistema lineal en un entorno finito y las pensiones, claro, no son ninguna excepción. Desde hace más de cien años, una vez más gracias al petróleo, nos distinguimos del resto de los animales, entre otras, pocas, cosas, por vivir mucho más allá de la edad fértil, es decir, por seguir vivos cuando ya no somos útiles, desde el punto de vista de la naturaleza, para nada. Por cuanto tiempo se podía mantener este derroche de recursos, no ha estado nunca claro, pero, parece, que algunas señales de alarma se están encendiendo en los despachos ministeriales y con la suficiente intensidad y alboroto como para que, hasta nuestro gobierno, bendito sea su optimismo, reconozca que algo puede llegar a ir mal, o no tan bien, en esta maravilla de país que nos ha tocado vivir. Agárrense, que vienen curvas.

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