domingo, 4 de octubre de 2009

El talante ya no es suficiente

Un par de encuestas, publicadas el domingo en los diarios El País y La Vanguardia, dan cuenta de un vuelco en las preferencias de los electores que se decantan, ahora, mayoritariamente por el Partido Popular. Vuelco que no debería atribuirse a los méritos del Partido de Mariano Rajoy, un hombre no mucho más sólido que Zapatero y totalmente desbordado por los casos de corrupción que están saliendo a la luz en su partido en los últimos meses. No, la debacle del partido que sostiene al gobierno, que aún no es irreversible, hay que atribuirla exclusivamente a sus dirigentes, incapaces de cuestionar al líder que, tras ocho años de travesía del desierto, los llevó de nuevo a pastar en la tierra prometida, donde abundan los despachos ministeriales y los coches oficiales. Zapatero es un hombre cuya inconsistencia puede pasar desapercibida en tiempos de bonanza, estamos en España y es lo que hay, pero resulta bastante llamativa en situaciones de emergencia, que requieren que quien está al timón de la nave dé, al menos, una mínima impresión de saber, si no hacia dónde va, al menos hacia dónde quiere ir. Claro que las encuestas y los del gobierno, dicen que el otro tampoco lo sabe y seguramente tienen razón, pero no es esa la cuestión ni, desde luego, ayuda en nada saber que esto no tiene alternativa.

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