Me dice mi amigo Rubén que los gallegos, españoles, quiere decir, cada vez parecemos más argentinos y que si no fuera por el, según él, providencial euro y por los alemanes ya estaríamos ahogados y a las puertas de una dictadura militar como, en su momento, estuvieron ellos. Rubén cree que nunca debimos echar a Zapatero, aún reconociendo, como reconoce, que el hombre no era ninguna lumbrera, para darle el poder a un pelotudo como Rajoy y que es una vergüenza que estemos aguantando todo lo que nos está haciendo la derecha sin montar, como mínimo, una cacerolada permanente en la puerta del Sol que, añade, nos hemos dejado arrebatar por Aguirre y la Botella o en el Palacio Real que es donde él cree que vive el Rey cuando no está cazando elefantes. Ya he dicho en alguna ocasión que Rubén tiene una fuerte propensión a la simplificación y sobre todo a confundir churras con merinas y la Pampa con la Meseta pero la verdad es que lo que está pasando en España es capaz de despistar a los analistas más experimentados, como se puede comprobar sin más que seguir con un poco de atención los titulares de la prensa económica y la opinión de los llamados, sedicentes, más bien, expertos. En España hay aún, ciertamente, una economía pegada al suelo. La gente sigue comprando y vendiendo, cultivando la tierra y recogiendo las cosechas o montando y atendiendo chiringuitos en la playa. También hay sitios donde se fabrican partes de aviones y hasta barcos y se montan vehículos, ideados en Francia, USA, Italia o Alemania, pero la economía real, la que todas las mañanas aparece en las primeras páginas de los periódicos, tanto económicos como generalistas y la que, ostensiblemente, crea quebraderos de cabeza a nuestros políticos es, precisamente la que menos contacto tiene con la realidad tangible y más con fantasías generadas por computador. Sube o baja la bolsa al compás del miedo, la euforia o, más comúnmente del afán especulador de unos cuantos tenedores de capital o gestores de fondos de inversión, más o menos los mismos que abandonan la deuda pública española y compran la alemana porque piensan que con esta última, al menos, podrán recuperar su inversión, cosa que ya nadie da por descontada con la española, como antes con la griega, la portuguesa o la irlandesa. Esto hace que al estado español le cueste más caro financiar el gasto corriente, poca gente piensa ya en financiar inversión en bienes de capital y eleva el peso de la deuda y sus intereses, en la economía, hasta límites cada vez más insoportables, pero la única solución, para que el juego continúe es seguir endeudándose para lo que hace falta que alguien esté aún dispuesto a seguir prestando. Como no queda nadie, salvo quizá los bancos españoles, con motivación suficiente para ello y no están dispuestos a hacerlo arriesgando su propio dinero, el estado reclama una recapitalización, o rescate o el eufemismo que más convenga en cada momento, de esos bancos para que puedan seguir comprando esa deuda. Recapitalizar, en este contexto, quiere decir que el BCE les da dinero al 1% y ellos se lo prestan al estado al 4, el 5 o el 6%. ¿Esto tiene alguna lógica? Pues depende del punto de vista. Para los bancos, para el Sr. González, del BBVA, que ha hecho unas declaraciones diciendo que lo que sobra, en el FMI o en el BCE, es dinero y que lo que hace falta es ponerlo a trabajar, es decir, dárselo a ellos, por supuesto que tiene lógica. La lógica infernal de un negocio sin sentido, que ha consistido, hasta ahora, en poner, ellos, dinero inventado en el mercado por la vía del préstamo cuasi indiscriminado, con pocas o ninguna garantía, elevando hasta el absurdo el precio de las viviendas y haciendo creer a la gente que este, de repente, era un país rico. Cuando la realidad ha venido a desmentir esa historia, el volumen de la masa monetaria, creada, en su totalidad, como deuda, es ya imposible de controlar y mucho menos de reducir. Ya no pueden seguir con sus juegos de manos sólo con sus propios medios y tiene que acudir al rescate, pero esta vez los que recibirán dinero, más fantasías computerizadas, claro, serán ellos, aunque, eso sí, en inmejorables condiciones y no los incautos que ya han tenido que vender el BMW y la mierda de apartamento playero, por el que pagaron una fortuna en dinero prestado que, aun así, no pueden devolver. Ellos, los banqueros, no tendrán ese problema porque ya nos han convencido a todos, o al menos al pan sin sal de Rajoy como antes convencieron al simplón de Zapatero, de que su ruina es la de todos nosotros. No me extraña que Rubén ande un poco despistado.
Geschichte, Wirtschaft, Politik, Wissenschaft und Energie aus einer persönlichen und undogmatischen Perspektive.
jueves, 31 de mayo de 2012
lunes, 21 de mayo de 2012
Diálogos para besugos (I)
- La fiscalía general del estado ha desestimado la demanda
de un consejero del poder judicial contra su presidente.
- ¿Y?
- Pues que es una vergüenza.
- ¿Una vergüenza? ¿El qué?
- Los viajes de fin de semana de este hombre, con cargo al
presupuesto.
- ¿Eso? ¿Y comparado con qué, es una vergüenza, si puede saberse?
- Pues con…
- ¿Con los viajecitos del Rey? ¿Con las vacaciones del
Presidente del Gobierno en Doñana? ¿Con los viajes de políticos y paniaguados, incluidos
los miembros del CGPJ, con sus familias a medio mundo sin ninguna razón de peso
que lo justifique? ¿Con los privilegios de diputados, senadores y parlamentarios autonómicos? ¿Con
la utilización, por autoridades de toda laya, de los coches oficiales para
fines particulares o de partido? ¿Con el nombramiento, como asesores de cualquier cosa, de legos en la materia o de completos imbéciles?
- Yo me pago mis vacaciones. Comparado conmigo.
- Vaya comparación. Tú no tienes más remedio que pagártelas. Habría que ver lo que harías si pudieras endosárselas a cualquier chiringuito público. El presidente del Consejo General del
Poder Judicial, la cuarta o quinta autoridad del Estado, no puede compararse con un pringado que necesita
el salario de un mes para pasar dos días en un hotel de lujo de Marbella.
- Alguna vez habrá que empezar a poner orden en este país. Ese
hombre ha cometido un delito…
- Sólo si lo dice el fiscal. Y después tendrían que ratificarlo sus colegas en el Tribunal Supremo. Y el fiscal no va a abrir la
caja de los truenos por 8000€ en un país donde se rescata a los bancos con
miles de millones de dinero público y se premia la ineptitud en la gestión con
despidos de un millón o dos. Además, habría que saber que ocultas y seguramente
espurias razones hay detrás de la denuncia de un consejero que ni siquiera se
había tomado la molestia de informar a sus compañeros.
- Lo que ha conseguido el fiscal es que la gente se lo piense dos veces antes de denunciar estas cosas. A partir de ahora la impunidad será aún más clamorosa.
- Justamente. También de eso se trata.
- Y puede que acabemos todos convencidos de que la vía judicial no es la mejor forma de solucionar estas cosas.
viernes, 18 de mayo de 2012
Por fin, viernes
El marco narrativo de la presente crisis, o lo que sea esto,
incluye, por supuesto, la evolución de unos cuantos indicadores, que, en el
caso de España, por ejemplo, podrían ser, entre otros, la prima de riesgo, el IBEX35, el PIB o el
número de desempleados y en otros países otros similares. También la idea de
que la situación volverá a la normalidad, entendiendo por tal una en la que el
PIB sube y el desempleo baja, o a lo que se conoce en el argot de políticos y
economistas como la senda del crecimiento, más tarde o más temprano. Por el
momento, sin embargo, todos los indicadores muestran una preocupante y persistente
tendencia a empeorar, con efectos que, ciertamente, no son iguales ni son
igualmente percibidos por un desempleado de larga duración, al que se le están
agotando los recursos para mantener a su familia, que por un inversor que puede
ganar, o perder, en una sesión varios millones de euros. En realidad, y este es
el tema de esta entrada, se trata, no
sólo de dos percepciones distintas, sino también de dos economías y de dos
mundos distintos, aunque fatalmente interrelacionados. La economía productiva, en la que trabajaba el ahora desempleado, afectada por la sobreproducción, la
automatización de procesos, que requieren cada vez menos mano de obra, la
crisis energética que pone en peligro la globalización y el agotamiento paulatino
de recursos esenciales, tiene cada vez menos que ver con la financiera, de
casino, basada en el apalancamiento, la
especulación y la creación y comercialización de productos bancarios de
laboratorio, ajena por completo a su antiguo papel de intermediaria entre el
capital y los demás factores de producción. Mientras la primera ha alcanzado o está a punto de
alcanzar, sus límites naturales, consecuencia inevitable de la finitud del
planeta que habitamos y de la vigencia de las leyes de la termodinámica, la
segunda está abocada, casi por definición, a un crecimiento exponencial indefinido que no
puede sostenerse porque, en última instancia, el dinero, concebido como instrumento para facilitar el trueque, incluido el dinero
fantasma tecleado en un terminal de computador, tiene que representar valores tangibles o ser
capaz de transformarse en ellos y la acumulación de cantidades absurdas en unas
pocas manos tiene, entre otros, el perverso efecto de que, el que aún está en
manos de la gente corriente, cada vez sirve para menos.
miércoles, 16 de mayo de 2012
Y sigue la fiesta
El diferencial con el bono alemán en 500 puntos básicos, el IBEX35 cayendo en picado y el ministro de economía del mismo gobierno que no iba a subir el IVA, anunciando que no habrá corralito, El precio del barril de Brent se mantiene, inexplicablemente en una recesión tan prolongada como esta, en torno a los 110$ con la moneda europea perdiendo posiciones respecto al dólar. Con esto y con casi todos los servicios públicos amenazados, algunos, como la sanidad y la educación, directamente afectados ya por los recortes y un 24% de paro resulta, cuando menos, extraordinario que no se haya desatado ya el pánico bancario o que la reacción popular en las calles se mantenga dentro de unos límites compatibles con la contestación puramente verbal y la algarada festiva. Supongo que más vale así pero ... ¿hasta cuándo?
lunes, 7 de mayo de 2012
Cuando el futuro nos alcance
Suscribirse a:
Entradas (Atom)