Geschichte, Wirtschaft, Politik, Wissenschaft und Energie aus einer persönlichen und undogmatischen Perspektive.
martes, 31 de enero de 2023
Tambores de guerra
viernes, 27 de enero de 2023
Apuntes preelectorales
Este país está tradicionalmente dividido en dos facciones, bueno, en realidad muchas más, pero, para los efectos de este artículo, lo dejamos en dos. Pongamos, aunque la terminología se haya quedado algo obsoleta, que son: la izquierda, que se autodenomina, con la sorprendente anuencia de la otra facción, progresista, y la derecha, también autodenominada y también con la anuencia de su contraparte, conservadora. En la izquierda progresista están la izquierda tradicional, ‘i.e’ socialistas y comunistas, ya descafeinados, con algunos añadidos nacionalistas regionales, populistas y otros que pasaban por allí y se han quedado a cobrar. En la derecha conservadora está… la derecha de siempre, la derecha de la derecha o ultraderecha, descontenta con las veleidades zurdas, o eso dicen, de la anterior, los liberales, los nacionalistas nacionales y ocasionalmente también los que pasaban por allí, que se quedarán para ajustar cuentas y seguir cobrando cuando los otros se vayan.
No suelen estar de acuerdo en casi nada, ni
siquiera en cosas en las que parece que debería ser fácil estarlo, sin más que
preguntar un poco por ahí. Por ejemplo, en si hay, o no, un cambio climático
que amenace nuestra supervivencia o en si la crisis energética va a dejarnos tiritando
y a la intemperie, como cree la derecha o si, como cree la izquierda
representada en la coalición gubernamental, no solo no tenemos ningún problema energético
a la vista, sino que estamos llamados a ser la solución de los de toda Europa.
No hay más que ver, a título de ejemplo, el acuerdo alcanzado con Monsieur
Macron para la construcción de un gasoducto submarino entre Barcelona y
Marsella para transportar… como no, hidrógeno verde. Un hidrógeno verde que no
se sabe muy bien cómo, y sobre todo dónde, se va a producir, pero, por pura
lógica, debería producirse a poca distancia de la boca del gasoducto. El
hidrógeno, un gas muy ligero y reactivo, no es lo más adecuado para que le
organicen viajes con transbordos. Pero supongo que, en estas cosas, a pesar de
las apariencias, ya habrá pensado alguien. A ver si se molestan en explicarlo,
pero no creo. El acceso a fuentes de energía y su almacenamiento y transporte,
más que el de cualquier otro recurso, lleva mucho tiempo provocando guerras en
Europa y fuera de Europa. Guerras que son, invariablemente, atribuidas a otras
causas.
En cuanto al cambio climático, unos, más
a la izquierda, creen que es cosa del hombre, y de la mujer, claro, y en
principio reversible, en cuanto los capitalistas, a los que hacía referencia la
Sra. Belarra, dejen de contaminar. La derecha conservadora, por el contrario,
cree, o dice creer, que no hay tal. Que en verano hace calor, unos veranos más
y otros menos, y en invierno frío, también más o menos, según le dé al hombre
del tiempo y que, en todo caso, los capitalistas a los que creen representar,
nada tienen que ver con algo que viene ocurriendo desde antes de que se
inventaran los gases de efecto invernadero. En realidad, tampoco importa
demasiado si el cambio, por demás evidente para cualquiera que tenga más de
cuarenta años, es de origen antropogénico o tiene el carácter cíclico que le
atribuyen los escépticos. En el primer caso sería reversible, previa
cancelación o moderación de las actividades humanas que lo causan que son, en
general, las que nos han permitido llegar hasta aquí y, en el segundo, sólo
quedaría esperar al cambio de ciclo. Cuestión de paciencia.
En lo que la izquierda y la derecha
suelen coincidir es en la cosa esta de la corrupción. Ambas facciones coinciden
en que, para corruptos de verdad… los otros. Lo cierto es que corrupción y la
incompetencia, que suelen ir unidas, afectan por igual a políticos de cualquier
ideología y de cualquier país, quizá con alguna excepción en el Atlántico norte
o a orillas del Báltico. En Ucrania, por ejemplo, su presidente acaba de cesar
a un número importante de altos cargos que, en plena guerra, se estaban aprovechando
de la ayuda exterior y con complicidad exterior. Y aquí mismo, sin ir más lejos…
pero bueno, mejor lo dejamos para otro día que me he quedado sin espacio.
Enviado a ECA 27/01/2023
Otra tienda cerrada.
Esta se dedicaba a la venta a granel de productos de limpieza, una actividad que debería estar subvencionada, y estaba en el Coso. Tampoco ha podido aguantar más el incremento de los costos y la bajada de las ventas y finalmente se ha rendido. Una más de las muchas que han desaparecido en estos años, al socaire de las grandes superficies, parece que en Barbastro hay nueve, y de las ventas por Internet. Otra puerta cerrada y una luz apagada, más oscuridad y menos gente por las calles. Aún hay quien abomina de la inmigración, pero los inmigrantes parecen ser los únicos a los que aún les queda un poco de iniciativa y de ganas de seguir apostando por el comercio local. El Ayuntamiento, este y los anteriores, son algo completamente inútil, dedicado, como toda la administración pública, a la recaudación de tributos, a poner pegas cuando no a torpedear directamente cualquier iniciativa y a dejar que el pueblo vaya cayendo en la degradación y en la ruina. No hay mucha diferencia, urbanísticamente hablando, entre el Barbastro de hoy y el de los años 60, ne este ayuntamiento ni los anteriores han servido para mucho en ese sentido, pero entonces el centro estaba habitado, las tiendas estaban abiertas, el mercado de frutas y verduras funcionaba todo el año y la ciudad era prácticamente autosuficiente. Hoy el centro está abandonado, las tiendas se cierran, la mayor parte de la huerta ha desaparecido y dependemos completamente de que alguien llene todos los días las estanterías de los supermercados. Es verdad que tenemos un hospital que no teníamos y que vamos a tener un centro de salud nuevo, pero ya veremos si también tenemos los médicos necesarios. En un entorno de escasez generalizada de profesionales de la medicina, ya veremos cuantos son los que quieren venir a vivir aquí.
miércoles, 11 de enero de 2023
De aquellas comedias, estas tragedias.
Han pasado 14 años pero parece que fue ayer.
A vueltas con la gripe del pollo (publicado en enero de 2006) (pulsar)