Parece una visión del infierno pero, de momento, no es más la imagen de una proyección del mapa terrestre en la que se han destacado las temperaturas de superficie a las 10 de la mañana. Únicamente las pequeñas manchas moradas en Siberia, Groenlandia o el norte de Canadá (que representan temperaturas por debajo de los -20ºC) nos recuerdan que aún existe, en algún lugar, algo parecido al invierno.