viernes, 11 de octubre de 2024

Vuelva usted mañana. O pasado.

 

Estoy metido en una especie de laberinto administrativo del que no sé como salir. Para intentar obtener una resolución, basada en la normativa vigente, escribo a la Unidad de Quejas, Sugerencias y Felicitaciones del Ministerio del Interior para formular una queja. Las otras dos opciones, sugerencias o felicitaciones, no me parecen, en este momento, lo más adecuado. La presentación debe hacerse a través de una página web a la que se accede identificándose con la Clave y una firma digital. Y con suerte. Pero el acceso es relativamente sencillo, la queja queda registrada y el sistema emite un justificante que descargo sin problemas.

El mismo día y el siguiente recibo un par de correos electrónicos. Uno, generado automáticamente para anunciar una respuesta o resolución en el plazo de veinte días hábiles. Otro en el que, tras notificarme la remisión de la queja, para su información, al mismo departamento donde se generó, me piden disculpas por las molestias y me dan las gracias por dirigirme al servicio y ayudarles a mejorarlo (SIC).  No obstante, y por si acaso, me facilitan un número de teléfono y la dirección postal de la inspección de servicios. El teléfono es el 91 3017722 y la dirección calle Josefa Valcárcel 28, Madrid. Aunque no estoy acostumbrado a tanta eficiencia, me dispongo a esperar, pacientemente, el transcurso del plazo indicado, pero…

Pasa un día, pasa otro, pasan 20 y pasan 10 más y la anunciada respuesta no llega…

Llamo al número indicado y no lo coge nadie. Llamo otra vez, y otra. A las 9, a las 10, a las 11, por la tarde. Y nadie contesta. Y así un día y otro…

Llamo al 060, flamante teléfono de acceso a la administración del estado. Según la web del servicio, ofrece, entre otras cosas, acceso a los servicios telefónicos del ministerio del interior. Tras dos o tres timbrazos, una grabación me pregunta que qué quiero. Menciono la Dirección General de Tráfico y me transfieren a una señora, muy amable, que se identifica someramente y me pregunta que en qué puede ayudarme. Le digo que estoy llamando a un número de la Inspección de Servicios, facilitado por ellos mismos, en el que nadie contesta. Que he llamado muchas veces, varios días y a distintas horas, sin resultado. Me dice que no tiene los teléfonos de ningún servicio. Que qué más quisiera. Que allí sólo hacen trámites. Que seguramente será más fácil para mí que para ella acceder a la DGT. Que si puede hacer algo más por mí. Le digo que no. Nos deseamos mutuamente buenos días y colgamos.

Pongo otra queja en la Unidad de Quejas. Esta vez para quejarme de que no he recibido respuesta a la queja anterior, y de que no contesta nadie en el número de teléfono habilitado por la misma administración. Firmo digitalmente la queja. Queda registrada y recojo el justificante.

Recibo inmediatamente un mensaje, generado automáticamente, anunciándo una respuesta o resolución en el plazo de 20 días hábiles. Y, naturalmente, en caso de que la respuesta no llegue puedo llamar al 91 3017722.

Llamo. Y no contesta nadie...